Dirigidos por el ministerio de la Agricultura, dijo Ahmed, varios expertos trabajaron para atenuar los perjuicios de los primeros enjambres, pero una plaga originada en el Mar Rojo lo impidió y agravó la situación de ese sector en varias regiones.
Las gestiones para traer helicópteros y drones continúan, afirmó, e instó a la comunidad a apoyar la fumigación de productos químicos que realiza el ministerio, para evitar un mayor desastre y resolver el problema de manera sostenible.
Según informó, las plagas afectaron principalmente a los estados regionales de Afar, Amhara, Ogadén, Oromía y Tigray, que suman al menos 420 mil hectáreas arruinadas en unas 240 woredas, nombre de las circunscripciones administrativas o gobiernos locales.
Pese a ello, manifestó, su impacto en la producción agrícola es inferior al cinco por ciento y el país tiene previsto cosechar 35 millones de quintales esta temporada, aunque la prioridad ahora es evitar daños en otras áreas.
Conocidas como tucuras, saltamontes o chapulines, las langostas pertenecen a los acrídidos, familia de insectos ortópteros con facilidad para migrar y reproducirse rápidamente, que forman plagas capaces de devastar la vegetación en grandes extensiones de tierra.
Un enjambre pequeño puede viajar hasta 150 kilómetros diarios y consumir cada jornada la cantidad de productos agrícolas con los cuales pueden alimentarse unas 35 mil personas, advierte la FAO.