‘Necesitamos hacer una gestión para que el servicio de la deuda pueda ser suspendido temporalmente hasta que podamos recuperarnos’, declaró Montenegro a la red de noticias Erbol.
Añadió que Bolivia no se niega a pagar ‘pero sí estamos pidiendo tal vez un breve lapso para que la economía pueda usar los recursos del servicio de la deuda en pro de su recuperación’.
La suspensión, precisó, tiene el objetivo de contar con recursos para la reactivación económica pues si, por ejemplo, se pide créditos por mil millones de dólares se paga por servicio de la deuda 800 millones, sólo quedarían 200 millones, monto que no ayudaría a la reconstrucción económica.
Dos años es el lapso de suspensión de pagos que el presidente Arce calculó como necesario para usar esos fondos para enfrentar la crisis.
Según cifras oficiales, al 30 de abril de este año la deuda externa de Bolivia ascendía a 11 mil 623 millones 200 mil dólares, lo que representa 27,3 por ciento del producto interno bruto (PIB).