viernes 19, abril 2024
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Lo que puede venirse después

Una vez perdió la posibilidad de reelección para la presidencia de los Estados Unidos debido a la aplastante victoria de su contrincante, el señor Trump, tanto él como sus seguidores más incondicionales, desataron una tormenta de confusión con respecto de la pureza del proceso eleccionario en ese país. A nadie extrañó la reacción inmediata, o casi anticipada, para denunciar el proceso y acusar al partido político contrario de orquestar un fraude electoral masivo. Lo cual, dado el sistema utilizado por cada Estado de la Unión, resulta no solamente difícil, sino casi imposible, sobre todo en aquellos en los que el Partido Republicado dominaba los cargos de la Administración Pública.
A nadie extraña la reacción, dadas las características personales con las que ha adornado los cuatro años de su administración. Pero no debemos dejarnos llevar a engaño. El señor Trump no es ningún tonto, ha logrado casi revertir la mayoría de los logros demócratas del gobierno anterior al suyo, ha desestabilizado el equilibrio geopolítico mundial, ha traicionado o maltratado a los aliados tradicionales del imperio, ha despreciado a los países que, como el nuestro, no resultan de importancia casi nada el concierto global de las naciones. Todo ello acompañado, eso sí, de escandalosos fracasos con respecto de la guerra comercial con China, la carrera armamentista y en especial con Rusia, el astronómico déficit fiscal, y la descomposición social y la inseguridad ciudadana en el país.
Lo que extraña es que no haya agredido militarmente a Venezuela, aunque recrudeció las sanciones contra Cuba, y además influyó en los incidentes de la reaparición de la derecha extrema en países como Colombia, Brasil, Ecuador, Bolivia… y el apoyo que le mostró al anterior gobierno de derecha en Argentina. Quizá porque, como al igual que en Cuba, los ciudadanos venezolanos se encuentran prestos a defender su soberanía.
En mi parecer ningún presidente de los Estados Unidos ha generado tanto rechazo y antipatía de propios y extraños, pero no puede negarse que a pesar de sus aberraciones de toda índole le acompaña una habilidad notoria de manipulación de la comunicación, que es la hermana natural de la ignorancia de las masas.
Queda ahora pendiente saber qué sucederá con el nacional populismo impulsado fuertemente durante su gobierno. Y si dentro de las filas del Partido Republicano continuará teniendo enorme influencia esa combinación de ultra derecha y evangelismo cristiano que lo llevó a la presidencia y a obtener la considerable cantidad de votos que obtuvo en esta última elección. Y nos preguntamos si continuará este extraño señor sus actividades mediáticas desde un canal propio, o estaré recluido en alguna cárcel. por los delitos que cometió y logró ocultar hasta ahora.
Vuelvo a insistir que en esta terrible experiencia norteamericana hay lecciones que los costarricenses debemos aprender. Nosotros que somos dados a imitar todo lo norteamericano, hasta el extremo de que los nombres y los anuncios de algunos comercios están en inglés. Y lo peor es que no copiamos las cosas buenas, sino generalmente las cosas malas.
Ya hemos tenido en Latinoamérica algunos ejemplos de la penetración del fundamentalismo religioso evangélico aunado al derechismo más exacerbado en la política de algunos países, cuyo ejemplo más evidente es el de Brasil, aunque no faltan otros ejemplos como el de Nicaragua en lo de las alianzas con grupos religiosos, pues resulta un instrumento muy útil para la manipulación de las masas el uso del expediente religioso. Y así como en Norteamérica Trump basó parte de su éxito electoral inicial en dichos grupos, de la misma forma Bolsonaro se aprovechó de las creencias religiosas evangélicas, su capacidad de organización y de recursos con que cuentan algunos de esos grupos, para obtener la presidencia de Brasil. Y recordemos que al político no le interesa en absoluto la fe que se promueve, sino la fuerza que las masas religiosas puede representar en una votación.
En nuestro país, donde los partidos políticos tradicionales y algunas agrupaciones nuevas que nacieron como el proyecto de algún político individual, se desprestigiaron por los innumerables actos de corrupción cometidos cuando fueron gobierno, en el primer caso, y en el uso de los fondos electorales, en el segundo, y donde el expediente de gobernar mediante la concertación de las distintas fuerzas políticas al parecer no resulta tan exitoso, como lo demuestra el actual gobierno, a pesar de sus logros, que no podemos negarlos, la tentación de buscar el fervor de quienes por lo general se refugian en sus creencias religiosas para soportar las desigualdades sociales, es muy grande.
Pronto estaremos iniciando las primera escaramuzas orientadas a las próximas elecciones, las tentaciones son muy fuertes para quienes su ambición personal o gremial les impulsa a buscar el poder.
Los tiempos de elecciones son aquellos en los que intencionalmente se hace olvidar el pasado de los partidos políticos, antiguos y recientes, todo el mundo es casi un santo revestido de cualidades supremas, y los medios de comunicación se encargan, a su costo, de promover grupos y personas como si tuvieran las llaves mágicas que solucionarán todos los problemas nacionales.
Nos va a tocar una campaña política con, al menos, cuatro graves problemas: el déficit fiscal y sus terribles consecuencias, la pandemia del Covid-19 y el agotamiento del sistema de salud, la paralización de la obra pública por ausencia de recursos para ellas, y un retraso significativo en los sistemas educativos públicos con sus consecuencias de mediano y corto plazo.
Esperamos ingenuamente que aparezca un mago que solucione todo con su varita mágica. Pero esperamos que la memoria colectiva no sea tan corta como para no recordar errores y desastres como los que hemos visto en los EEUU con Trump, o las chapuzas de los partidos políticos criollos cuando han sido gobierno.
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría

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2 COMENTARIOS

  1. Familiares que tengo en Estados Unidos me han dicho que llevaron una vida de prosperidad en la adaministracion de Trump.Uno de sus hijos en el servicio militar recien regresa de bases en Afganistan.Los salarios me dicen que han mejorado y habia hasta antes de la pandemia mucho trabajo.Fuera de lo que nosotros leemos aqui en La Nacion y en Teletica de las elecciones,el apoyo que tiene Trump es innegable.Este Biden no le veo mucho entusiasmo y si no logran mayoria en el Senado no es mucho lo que pueda hacer.
    En nuestro pais por estar votando en contra y no a favor elegimos un inepto con una mujer afrodescendiente que tampoco dio la talla.
    Mejor viejo conocido que bueno por conocer.

  2. Efectivamente, quienes encabezaron en Nicaragua el intento violento de golpe de Estado a partir de abril del 2018, fueron los obispos de la iglesia católica. Mucha destrucción de carreteras, de monumentos, de edificios de educación y salud, pérdidas millonarias en la economía y el asesinato de 23 policías. Las personas eran retenidas en los tranques desnudadas y pintados de azul y blanco, muchos fueron asesinados ahí mismo si eran lo que ellos denominaba «sapos». La intención de fondo era frenar un proyecto de desarrollo económico y social ampliamente exitoso del gobierno.

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