Los aldeanos del primero de esos sitios rechazaron la reciente confiscación de tierras para ampliar una colonia israelí cercana, decisión que ha avivado sucesivas manifestaciones de palestinos.
Al mismo tiempo los pobladores de Deir Jarir marcharon para expresar su desacuerdo con la instalación de un puesto de avanzada de colonos en las inmediaciones de territorio.
Hace unas dos semanas levantaron una tienda de campaña y comenzaron trabajos de excavación y construcción, a fin de establecer otra comunidad israelí en tierras palestinas, puntualizó el alcalde Ayman Alawi, citado por Wafa.
Líderes de ese pueblo árabe advirtieron que Israel está en una carrera contrarreloj para imponer hechos consumados en Cisjordania, antes de que el saliente presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandone la Casa Blanca el 20 de enero.
A comienzos de año Trump presentó el cuestionado Acuerdo del Siglo, en virtud del cual Israel podría anexar a su territorio hasta un 30 por ciento de Cisjordania.
Aunque el plan anexionista impulsado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, no fue implementado de manera oficial el 1 de julio como había anunciado, en la localidad se intensifican las maniobras para expandir las colonias consideradas ilegales por la Organización de Naciones Unidas (ONU), alertaron dirigentes y activistas.
La resolución 2334 de la ONU declara sin base legal dichos asentamientos, y pide a Israel detener sus actividades allí.
Representantes de la Autoridad Nacional Palestina solicitaron a ese organismo multilateral insistir en la aplicación de tal fallo, paralelamente recaban apoyo para celebrar una conferencia internacional de paz con el deseo de reactivar los diálogos con el Gobierno israelí, sin que ello implique la renuncia a reclamos históricos.
Los palestinos insisten en el establecimiento de un Estado soberano, con las fronteras previas a la guerra de 1967 y su capital en Jerusalén oriental.