Al respecto, Naciones Unidas publicó reportes sobre cómo la pandemia afecta la salud mental de familias y comunidades, después de décadas de negligencia y falta de inversión en servicios de ese tipo.
Dolor por la pérdida de los seres queridos, estrés ante la pérdida y falta de empleos, estrés mental por aislamiento y restricciones de movimiento, dinámicas familiares difíciles, incertidumbres y miedo por el futuro son algunos de esos problemas.
Así alertó Guterres en mayo del 2020, solo unos pocos meses después de detectarse los primeros casos de Covid-19.
Por medio de un video mensaje, recalcó que quienes están en mayor riesgo son los trabajadores de atención médica de primera línea, las personas mayores, los adolescentes y los jóvenes, aquellos con afecciones de salud mental preexistentes y los atrapados en conflicto y crisis.
Esos aspectos están recogidos en el Resumen de Políticas: Covid-19 y la Necesidad de Acción en Salud Mental.
Además, ese reporte resalta cómo los servicios de salud mental deben ser parte esencial de todas las respuestas de los Gobiernos ante la pandemia, y por ello necesitan ser ampliados y totalmente financiados.