‘Vacunar a la clase política empresarial, antes que a los trabajadores de la primera línea, es un acto siniestro, deberían tratar de arreglar las acciones que han llevado a nuestro país al borde de una debacle económica. Es hora de pasarles la factura’, subraya un comunicado de prensa de Undeca, divulgado en redes sociales.
Desde antes de llegar las primeras vacunas antiCovid-19 en diciembre pasado, una Comisión definió los cinco grupos y el orden en que serían inmunizados cerca de 3,7 millones de ticos contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, y en los dos primeros aparecen los adultos mayores en hogares de larga estancia y el personal de primera respuesta.
Por otra parte, la estabilidad familiar, social y económica constituye la principal preocupación de los costarricenses, relacionada con el impacto de la pandemia de la Covid-19.
Los resultados de la investigación Salud mental y relaciones con el entorno en tiempos de Covid-19, divulgados este viernes, reflejan que el 70,1 por ciento de las personas que han quedado sin empleo por el pandemia presenta rasgos de depresión y el 64,8 por ciento de quienes trabajan tiempo parcial también tienen dicha condición.
Refiere que el 61 por ciento de la población costarricense presentó en octubre pasado alguna sintomatología depresiva, un aumento del 50 por ciento en términos absolutos, al compararse con los resultados obtenidos en marzo de 2020.
Una de las principales conclusiones de la investigación, realizada por la Universidad Estatal a Distancia y la Universidad Nacional, consiste en que la vulnerabilidad socioeconómica ejerce una notable incidencia en la salud mental de las personas, que ya se ven afectadas por el temor a contraer la enfermedad.