jueves 18, abril 2024
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Concepto de pensión «de lujo»

No es un tema nuevo. Es añejísimo. Sí es demasiado impreciso. Pertenece a la categoría de los conceptos amorfos de una obscuridad desesperante. Pero hay que intentar precisarlo, aunque sea negativamente.

Al final del siglo pasado se aterrizó  en que el tope al monto bruto  de las pensiones  del Régimen Transitorio de Reparto del Magisterio Nacional (uno de los que sobreviven y que dan pie para el asunto), debería ser lo que hoy representa poco más de ₵4MM mensuales. Esto fue para las pensiones a otorgar (“nuevas”) y a ese tope debía agregarse un eventual plus por postergación  (sea, por trabajar más tiempo del necesario para jubilarse). Reglas especiales en el régimen magisterial habían ya disparado algunos montos jubilatorios.

En el 2018 pensión de lujo paso a considerarse a partir  de 2.2 MM, a cuento de equiparar la situación con el régimen de la CCSS, equiparación irracional. Por ello se les gravó más todavía con la llamada contribución especial. Ahora, 2021, se habla de congelar los montos brutos a partir de 462 mil, respecto del elemental reajuste por costo de vida, a cuento de que las finanzas del Gobierno están destrozadas. Si seguimos por esta vía, lo que va a resultar es que es lujo sencillamente jubilarse. Jubilarse, en estas épocas, en realidad es pésimo negocio, para los que tienen buen salario.

En los dos últimos gobiernos se metió un aumento a la renta y a la contribución especial. Y vienen más garrotazos. A las verdaderas pensiones exageradas ya no se pudo gravar más, porque ya se les excedió el tope del 55% de máximo en deducciones (50% según la Sala IV). Entonces se intenta ahora, afectar el monto bruto, lo que no se puede. Molesta que haya regímenes especiales en el ámbito público. Empero, desde hace mucho se tuvo por constitucional la existencia de regímenes diversos al de la Caja. Si son diversos, es porque las condiciones son diferentes. Si al legislador de ahora no le parece esto, pues entonces que a futuro elimine todos los regímenes especiales; todos serían todos, sin temores, cualquiera que fuera el costo político.

Sinceramente no tiene la menor equidad que los sueldos devengados, y por ende las cotizaciones hechas, no tengan  relación racional  con los montos jubilatorios. Sea: no tiene el menor sentido que una persona viva bien como servidor activo y pase a arruinado al jubilarse. Sea: no tiene lógica alguna que se parta de que el jubilado con una tercera o cuarta parte de lo que ganaba tenga que sobrevivir su vejez y deba reformular totalmente la satisfacción de sus necesidades, las que, oigan, no disminuyen, nunca, mientras se viva.

El juego debe acabar. El tal RTR magisterial sin un elemental fondo de respaldo, sino a cargo del Gobierno, mientras este se fagocita las cuotas y se economiza sus cotizaciones, fue el mismo Estado el que lo dispuso. Y sigue sin aparecer un estudio que demuestre que si se hubiere manejado con respaldo de un fondo (cuyas reservas se hubiesen invertido) y con estudios actuariales y ajustes periódicos en sus condiciones, aun así a estas alturas estaría quebrado. No hay tal culebra con patas y pelos.

Negativamente, pues, jubilado de lujo no es razonablemente todo aquel con monto bruto superior al de la Caja. Jubilado de lujo lo es el de monto nítidamente desproporcionado. Dada la natural imprecisión de estos conceptos, debería ya de abandonarse el ensañamiento de moda, avivado por la prensa, conformarse con las limitaciones ya dispuestas y esperar a que la Sala defina los reclamos pendientes. Ya están sentadas dos cosas: no cabe afectar  los montos brutos y los gravámenes legales no pueden pasar del 50%. Aun esto último es injusto porque es excesivo y porque no es escalonado. Pero lo cierto es que falta mucho por aclararse jurídicamente. El discurso de que no hay equidad si hay gente que tiene mayor pensión que en la Caja, es totalmente arbitrario. La igualdad absoluta no existe, en casi nada. En el sector privado las vacaciones son de dos semanas. En el sector público llegan al doble. Los sueldos en el sector público son totalmente diferentes y hay todo un derroche de argumentaciones para sostener la razonabilidad de las diferencias. ¿Y qué? La equiparación entre el sector privado y el público es mero populismo barato.

El costo de la vida ya comienza a dispararse y se agravará. Es inevitable. La crisis financiera que terminó de recalentarse al final del gobierno precedente y que está hirviendo con la Pandemia del virus chino, no se frenará siquiera ni en 10 años. Congelar los ajustes anuales es sencillamente rebajar los montos brutos de las pensiones, al rebajarse su poder adquisitivo. Si el gobierno desea soluciones eficaces, en este momento lo mejor sería vacunar de último a los jubilados. El derecho al ajuste por aumento en el costo de la vida es un derecho fundamental. No puede afectarse a mediano ni menos a largo plazo, mucho menos respecto de quienes no reúnen condiciones (racionalmente hablando) de verdaderos pensionados de lujo.

La ausencia de un concepto serio de pensión inaceptable por excesiva no autoriza la ligereza inadmisible de equiparar situaciones desiguales  solo para fundar la eliminación de derechos adquiridos, en un derroche de mala fe. Es demasiado evidente la intención de satanizar al jubilado del RTR para convertirlo en un chivo expiatorio del desmadre fiscal gubernamental.

¿Y cómo se va a manejar el principio fundamental de igualdad? ¿Por qué es sueldo de lujo solo el  de más de 4 MM y pensión de lujo todas las que excedan de 462 mil o de 2.2 MM? ¿Solo se van a lesionar las pensiones pagadas por el Presupuesto Nacional? ¿Solo aquí hay montos mayores a los 462 mil? Los sacrificios, ¿no es un asunto que concierne a todos?

Pensiones “de lujo” sí las hay y ya no pueden afectarse más. Había entonces que ir ensanchando más el concepto, para que le cupiesen más. Pocas veces algo se ha vendido con tan buena estrategia. Los pseudo justicieros linchamientos siempre han fascinado.

(*) Mauro Murillo Arias es Abogado

 

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4 COMENTARIOS

  1. Jubilarse siempre es un pésimo negocio, al menos que se tenga un plan y una estragegia que conteste, más o menos adecuadamente estas dos preguntas: ¿cuántos años cree que le quedan de vida? ¿cómo quiere vivirlos? Pero, la preparación para la jubilación comienza 20 o 30 años antes, capitalizando, invirtiendo, librádose de endeudamiento y teniendo la visión anticipada de qué va a hacer a partir de pensionarse. Muchos han escogido jubilarse manteniéndose activos, y no han puesto todos sus huevos en una canasta. La libertad en la jubilación demanda de mantener abiertas las opciones para no quedar atrapado. ¿Para qué estudiar tanto si va a llegar a la vejez sin alternativas?

    • Lo felicito por ese comentario, la gente no ha entendido que la preparación para retirarse (jubilación) de la vida laboral empieza muchos años antes y se basa sobre el orden financiero de las personas, ya sea haciendo ahorros o inversiones financieras, inmobiliarias o de otro tipo, pocas personas como usted han entendido eso, nuevamente lo felicito por su razonamiento.

  2. La jubilación es una responsabilidad individual, no del estado, no veo porque el estado tiene que controlar la jubilación, ya está más que comprobado que el estado es un pésimo administrador de pensiones, regala la plata que no le pertenece, y se gasta otro poco «en confites».
    Debemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños a crear un ahorro/inversión permanente hasta el día que se quieran jubilar, eso de que el estado nos diga cuándo y con cuánto nos jubilamos cae en Comunismo.

  3. Hablemos claro: la soberbia estafa de las pensiones de lujo se genera y origina de selectos trabajadores que han recibido por decenas de años gruesos y ventajosos salarios, con los cuales han creado sus correspondientes y valiosos patrimonios. Aunado a ello, le han dado ventaja profesional a sus respectivas familias, haciendo un efecto multiplicador. Pero eso, no sucedió con mi suegro Samuel el cual, desde los 90 solicitó una sencilla pensión, siendo en el pasado: agricultor, bollero y campesino. Para él se le hizo un exhaustivo estudio socio-económico, donde incluyó hasta toda su parientada. Y murió a los 104, esperando ese supuesto beneficio. Luego entonces, ya el sistema debe actuar en consecuencia, cuando la ley nos trata como iguales, donde para aquella clase de beneficiarios debe hacerse esos estudios sociales, donde las ventajas se logran y disfrutan por añadidura desde un inicio. Bien nos demuestra la empresa privada, cuando sus jerarcas y mandos intermedios, hacen sus correspondientes planes a futuro, logrando un beneficio indiscutible de esfuerzo particular. Por supuesto, la masa de sus trabajadores, recibirán las “migajas” usuales y hasta disminuidas, dependiendo de sus labores. He aquí, sintetizar la diferencia, para no cansar con el asunto. Cuando sospechamos que alguien defiende esos temas, llevan implícito su conexión afectiva para endulzar al pueblo, por ser su probable benefactor.

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