jueves 18, abril 2024
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A propósito de la victoria de Figueres

La tradición judeocristiana ha pregonado desde hace miles de años la doctrina del dogma mesiánico, es decir, la centralidad de una figura divina que <<en los postreros tiempos>> aparecerá para resolver de una vez por todas el conflicto humano universal entre el bien y el mal.

El mesías es -según esta visión- el parteaguas definitivo e inequívoco de la historia y del triunfo planetario del bien sobre el mal. Estas ideas bíblicas caben en el debate propiamente dicho del discurso religioso. Sin embargo, no proceden en la política y hoy mucho menos que antes.

Lo más cercano al mesianismo tenido en nuestro medio alude a la figura del <<caudillo>> y cuyos referentes son, sin duda alguna, don José Figueres Ferrer y el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia.  Estos liderazgos masivamente carismáticos fueron necesarios y hasta fructíferos en el siglo pasado, poco para arrepentirse, pues podían engarzarse a los procesos de cambio democrático y social de la época. Ello nos permitió invertir menos -en términos prácticos y relativos al área de nuestra América- en la obcecada industria del sufrimiento que produce la injusticia.

No obstante lo anteriormente dicho, quepa afirmar que estos devaneos caudillistas fueron en nuestro subcontinente raramente progresistas, pero sí permitieron en Costa Rica la emergencia de un Estado Social y de Derecho relativamente estable. Hoy, sin embargo, el dilema caudillo-pueblo luce obsoleto. Los asuntos de la nueva conciencia democrática obligan a una positiva revalorización de los movimientos sociales y a fijar lo colectivo o comunitario como el lumen de su accionar y discurso. No se niega incluso la necesidad de líderes con carisma a condición de que no suplante la deliberación colectiva.

Finalizó la convención del PLN y todos los aspirantes tuvieron un común denominador: el de mesías, el de salvadores todopoderosos. Aparte del lastimoso espectáculo que ofrecieron sus precandidatos, incluido su ganador, también reflejó -cual nítido espejo- la postración moral y política del costarricense en general. El pueblo hace rato dejó de inspirarse en sí mismo.

Lo afirmado no sucede por una suerte de maldad ciudadana, tampoco se debe a una conspiración colectiva que induzca a remedos de suicidio colectivo.  Antes bien, el costarricense se advierte como una de las criaturas más ingenuas y narcisistas de América y, por lo mismo, sujeto a vulnerabilidades de fondo que con una mente clara habría detectado y rechazado.

En efecto, el tico en general no es <<despistado por naturaleza>> sino bonachón e inseguro por herencia, al que con frecuencia se le anotan goles a punta de porteros y defensas dormidos. No es esta díscola incoherencia lo que al costarricense de a pie arrincona, ni lo son sus insinceridades, sino la extraña fatalidad que nace en el cruce entre ser una nación de la periferia, estable, adornada de excepcionalidad, celebrada con autobombos y platillos, y el rendirse al poder económico global que exige revertir sus conquistas sociales. 

El costarricense se sabe económicamente jodido y deambula aturdido por los pantanos del entretenimiento sin identificar los rostros de los opresores. Creo que es así si se piensa que la contrarreforma liberal iniciada hace 4 décadas no se limita exclusivamente a sus infaustos resultados económicos entre la clase media y los pobres, sino que también abarca el desmantelamiento psíquico-cívico del alma nacional.  A nivel mental el costarricense es ya un indigente en su propia tierra.  El <<yo colectivo>> se ha devaluado como nunca en la historia patria. El <<somos>> se ha reducido casi  exclusivamente al chisme farandulero, al fútbol, al guaro, a los toros, a las redes sociales y, sin duda, a los consuelos del Narciso que llevamos dentro.  

Oscar Arias es el mayor artífice del veneno que recorre el alma nacional. <<Los que hoy vienen en bicicleta, con el TLC vendrán en motocicleta BMW, y los que vienen en un Hyundai, vendrán en un Mercedes Benz, en esto consiste el desarrollo>>. Pidió un sí para el TLC, además, con otras promesas mentirosas: <<Más trabajo para los costarricenses>>, <<Generaremos 500 mil puestos de trabajo>>. Esta osadía no merece perdón ni olvido. Refresque el lector la memoria y no coma más cuento. ¿Y José María Figueres Olsen? ¿Olvidó el pueblo la polémica corrupción del caso ICE-Alcatel? 

Los ticos ya <<no somos>> sino que permanentemente estamos en un estado de <<queriendo ser>> lo que no podemos ser. Y lo que no podemos ser es porque yace entre nosotros una amnesia crónica de lo mejorcito que fuimos.  El discurso nacional se acabó, los sueños colectivos de más y mejor democracia se deslucen en la alcantarilla, como también los  de la solidaridad social.  El exilio ya no palpita en el extranjero sino en nuestras almas.  La patria parece dormitar allá lejana entre brumas. No solamente del cuerpo se muere; también muere uno del espíritu -en <<vida>> y colectivamente-, con corazones ausentes que solo palpitan. 

Todo ha dado paso al costarricense fragmentado, postrado, decrecido en su noción de <<comunidad>> y de <<responsabilidad colectiva>>.  Ya no hay tal héroe imaginario o real que loas cante al músculo patriótico del presente; Juan Santamaría ya ni siquiera es un amuleto. No acatamos que la II República yace casi muerta y no digo muerta porque todavía nos toca defender a la Caja, al ICE, y a las universidades públicas, así como las libertades de los trabajadores a la protesta social, a la sindicalización y a la huelga.

Encarnado en esta helada desnudez, el costarricense se encuentra solo y a merced de cualquier tormenta y hasta de los aires suaves. No es de extrañar, pues, que cuando la oferta electoral toca a sus puertas -puntual y religiosa- ya no creamos en nosotros mismos ni en la promesa de la regeneración comunitaria ni en aquello que dice <<solo el pueblo salva al pueblo>>.  

 

El macabro espectro electoral que ya despuntó tiene como base una dudosa matemática: un pueblo que clama por el mesías.  Nos aguarda un espectáculo circense-electoral lleno de <<políticos magos>>, con un pueblo que no cree en sus propias fuerzas, desprovisto de músculo, intoxicado por la borrachera política, todo lo cual es una fórmula para el desastre.  La convención del PLN fue eso y solamente eso, como serán las que sigan. La recuperación democrática de la patria jamás sucederá si seguimos apostando a los mesías. Pero todo parece indicar que primero -antes de liberarnos- hemos de pagar a la lucidez con el peregrinar de 40  años en el desierto.

(*) Allen Pérez es Abogado

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6 COMENTARIOS

  1. Los hermanitos Arias de la Corporación Rohmoser y Asociados no lograron imponer como precandidatos en el PLN a sus favoritos. Algo es algo. Descartados los Arias y sus nefasta red mafiosa, ahora hay que ver qué pasa.

    • Así es don Alejandro, nos quitamos al peor de los males, ahora hay que ver «a quién más nos capeamos» en los otros partidos, espero las elecciones finales no sean Figueres vs Fabricio Alvarado, hago maletas y me voy al cara…

  2. Mientras leía el texto de don Allen, percibí su tremendo desencanto por la mentalidad del «no me acuerdo» de los desmemoriados y en buena parte desinformados costarricenses.
    Personalmente me adhiero a esa interpretación del panorama político nacional; gente buscando un Mesías que nunca llegará a salvarla de su desinterés, apatía y jolgorio de circo con el que se embelesa para sustraerse de la realidad sin asumir la responsanibidad que les confiere el derecho democrático de exigir cuentas a los políticos del PLN, PUSC, PAC y últimamente los partiditos neopentecostales que durante cuarenta años se robaron la Patria para expoliarla, sangrarla a su provecho y en perjuicio de toda esta masa indiferente que todavía prende velas a estos caudillos ladrones.

  3. Necesitamos experiencia,conocimiento,madurez y a la fecha solo el candidato Figueres exhibe esas cualidades.
    Somo pobres porque queremos,mucho oro y gas en el subsuelo.Ojala lo explotemos para mejorar las condiciones de vida de nuestros ciudadanos,empezando por la Caja que esta tan mal economicamente,y ni hablar del ICE.Necesitamos una gran restructuracion financiera del aparato estatal.

  4. No basta la experiencia a nivel técnico y o administrativo, si no esta acompañada de la ética y la moral .Así, si fuera por un asunto de experiencia entonces igual deberíamos elegir a cualesquiera de los otros expresidentes . Sobre todo, porque deberíamos confiar en un sujeto que en un momento puso sus intereses personales monetarios, por encima de los intereses de todo un pueblo .No le importo contribuir con » asesorías » para que una empresa ganara una licitación, en un tema de alta relevancia para el país ,valiéndose para esto , del soborno y trafico de influencias, privando así al país de haber elegido la alternativa que realmente necesitaba ,para el desarrollo e implementacion de la telefonía celular. Un tema super importante para los intereses y desartollo del país. Tampoco podemos recordar la administración Figures Olsen como la gran cosa , llego a subir y poner impuestos, subió el impuesto de ventas del 10 % al 15% , puso un 15% de impuesto al los combustibles y la inflación estuvo por las nubes.
    Sin duda que gobernar hoy en día ,,es mas un trabajo de equipo , de consensos . y sobre todo de responsabilidad , capacidad y de amor por el país. Y muy importante de Etica . No basta con decir que soy el que tengo la experiencia y los «huevos» ( expresión que por cierto suena mas a machismo y pachquismo , que otra cosa ). No necesitamos demagogos , tipos faruscas , jugando de super heroes.Ni la fantasía de mesias que traen bajo el brazo todas las soluciones. Son muchas la cosas que en este país se dejaron de hacer y se dejaron pasar , decisiones que se dejaron de tomar , por pura politiquería ; como para creer que los problemas los puede resolver de la noche a la mañana una sola persona . Costa Rica tiene mujeres y hombres muy capacitados y con calidad moral y ética para llevar adelante a este país .

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