El 15 de Julio del 2016 es una fecha sumamente importante para el pueblo turco. Aquel día, la ciudadanía no dudó en salir a las calles para defender la democracia, sacrificando sus vidas, ante el intento de Golpe de Estado del 15 de julio, planeado y organizado por la organización terrorista FETO.
Fetullah Gülen, cabecilla de dicha organización clandestina, criminal y terrorista, es una de las graves amenazas para la seguridad de Turquía y para la comunidad internacional. Para entender lo que representa su red de delincuencia, es necesario examinar la gravedad de sus acciones, principalmente el intento de Golpe de Estado del 15 de julio.
Aquella noche, sus discípulos dentro de las fuerzas armadas no dudaron en hacer uso de la fuerza militar mortífera contra civiles inocentes, matando a 251 personas e hiriendo a miles de otras.
Todas las pruebas reunidas hasta ahora a lo largo de las investigaciones y los juicios demuestran que el ataque terrorista más sangriento de la historia de Turquía fue orquestado por FETO bajo las instrucciones de Fetullah Gülen.
FETO inició disfrazándose como un movimiento de educación caritativa en los años setenta que gradualmente se convirtió en una estructura operativa secreta con el objetivo de transformar la sociedad y tomar el control del estado desde adentro. Comenzaron una campaña de establecimiento de escuelas en Turquía donde adoctrinaron a un gran grupo de jóvenes, transformándoles en seguidores radicales quienes cumplieron las instrucciones sin cuestionar, violando todas las normas legales y morales. Controlaban miles de escuelas en Turquía y más de ochocientos institutos educativos alrededor del mundo.
Además, realizaron fraudes masivos en los exámenes para infiltrarse en los puestos críticos del gobierno, los estudiantes afiliados a FETO recibieron las respuestas a los exámenes de ingreso.
Los encargados de esos miembros de FETO que ocupaban puestos gubernamentales críticos mantuvieron actualizado su adoctrinamiento y les transmitieron las instrucciones de FETO. Como funcionarios o personal militar, la lealtad de los miembros de FETO no era a la nación o al estado al que servían. No se preocupaban por respetar la constitución o el sistema legal del país. El 15 de julio pudimos comprender el tamaño de la estructura secreta establecida por FETO dentro de nuestra institución más crítica, las Fuerzas Armadas Turcas.
En los últimos cinco años, la lucha contra FETO, tanto dentro de Turquía como afuera, ha constituido una de las principales prioridades de nuestro país. A pesar de que nos enfrentamos a extraordinarios problemas de seguridad, hemos sido capaces de llevar a cabo con éxito nuestra lucha en nuestro país, en cumplimiento de los principios del estado de derecho y de los derechos y libertades fundamentales.
En primer lugar, sobre la base del estado de derecho, los autores del intento de Golpe de Estado del 15 de julio han sido llevados ante la justicia. En segundo lugar, se ha revelado la estructura organizativa de FETO dentro de las instituciones gubernamentales; se han iniciado procedimientos administrativos y judiciales contra sus miembros y, por lo tanto, se ha derribado la «estructura estatal paralela». Por último, los intentos de FETO de extenderse en todos los ámbitos de la economía a través de sus entidades ficticias, en particular en los sectores de la educación, los medios de comunicación y el sector bancario, se han visto frustrados dentro de nuestro país.
A medida que se han producido estos acontecimientos, FETO ha experimentado una transformación significante.
La organización, que perdió su columna vertebral en Turquía, trata ahora de sobrevivir haciendo uso de su estructura en el extranjero. Por lo tanto, la lucha contra las estructuras de FETO en el extranjero ha cobrado importancia y sigue siendo una de las principales prioridades de nuestro país.
FETO está presente en unos ciento sesenta países, con miles de escuelas, empresas, ONG y medios de comunicación. Su modus operandi es el mismo en todo el mundo. Como su objetivo es infiltrarse y ampliar su influencia económica y política global, constituyen una amenaza directa a la seguridad de cualquier país en el que operan.
El objetivo principal de nuestros esfuerzos es demostrar y probar que FETO representa también una amenaza para la seguridad de otros países, en los que se sigue activo. Por lo tanto, seguimos advirtiendo a nuestros amigos contra esta estructura y así estamos satisfechos con la creciente conciencia contra este grupo como consecuencia de nuestros esfuerzos. Como uno de los resultados concretos de estas iniciativas oficiales, varias organizaciones internacionales han adoptado resoluciones de vital importancia en relación con FETO. Varios países y organizaciones internacionales han declarado a FETO como organización terrorista como por ejemplo la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), La Asamblea Parlamentaria Asiática, la República Turca de Chipre del Norte y el Tribunal Supremo de Pakistán.
Además, los países que han investigado y vigilado a este grupo han hallado frecuentemente que están involucrados en una extensa lista de delitos como el blanqueo de dinero, la intimidación, el soborno y el fraude de pasaportes y visados.
Las escuelas y centros educativos afiliados a FETO en 42 países fueron clausurados o asumidos por el país correspondiente. En 20 de ellos, han sido transferidos a la Fundación Maarif de Turquía (TMV) para la educación. TMV ha abierto escuelas en 26 países y mantiene sus actividades en todo el mundo para prevenir cualquier carencia resultante de las medidas adoptadas contra FETO, especialmente en la esfera de la educación.
Nuestros esfuerzos por eliminar completamente las estructuras de FETO en el extranjero constituyen una lucha a largo plazo. El Gobierno de Turquía mantendrá resueltamente sus esfuerzos en ese sentido.
Este 15 de Julio, queremos rendir un sentido homenaje a las personas que ofrendaron sus vidas defendiendo a la República de Turquía y a su sistema democrático. En memoria de todos los mártires y veteranos, hoy conmemoramos el “Día de la Democracia y la Unidad Nacional”. Reiteramos firmemente que abogamos por un mundo más pacífico, sobre todo en estos momentos difíciles de pandemia.
(*) Fatma Pihava Ünlü, Embajadora de la República de Turquía.
