San José, 23 Jun (Elpaís.cr) – La mañana de este lunes Costa Rica se despertó con una gran noticia: el Comité del Patrimonio Mundial declaró como Patrimonio a la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), los Asentamientos Cacicales Precolombinos con Esferas de Piedra de Diquís, ubicados en la zona Sur de Costa Rica.
Entre los criterios de la Unesco para la proclamación es el testimonio extraordinario que representa esta zona arqueológica al mostrar los complejos sistemas sociales, económicos y políticos de las culturas ancestrales que habitaron la región en el periodo comprendido entre los años 509 y 1500 d.C.
Además, se tuvo en consideración la forma casi perfecta de las esferas y su cantidad, así como su tamaño y el que se encuentren en sus emplazamientos originarios.
El sitio está constituido por sepulturas, áreas pavimentadas, túmulos y una gran cantidad de esferas de piedra con diámetros que van desde los 0,7 a 2,57 metros, pero sobretodo, un misterio alrededor del origen de estas esculturas.
Al respecto, el presidente Luis Guillermo Solís, señaló estar satisfecho con la declaración y reiteró la importancia de este reconocimiento.
“Este es un reconocimiento que no sé si apreciamos lo suficiente porque no es común entrar a esta lista relativamente pequeña de monumentos de la humanidad y por eso estoy seguro que en los próximos años vamos a trabajar con mucho ahínco por ese patrimonio mundial”, aseguró el mandatario.
Para Solís, esta declaración de patrimonio le permite a Costa Rica convertir a las esferas de piedra en un factor de desarrollo que vincule a la comunidad y al Estado “en pro de un instrumento de desarrollo” para las comunidades de la Zona Sur del país.
“Debemos estar encantados con esta posibilidad porque uno puede potenciar la llegada de visitantes sin afectar el patrimonio, por lo tanto en los próximos meses vamos a darle mucho más vigor al desarrollo de una zona que estaba necesitando incentivos económicos en turismo”.
Solís recordó también como “una de las imágenes más aterradoras de mis años universitarios eran las de los tractores de las bananeras partiendo las ‘bolas’ en dos o poniéndoles dinamita para ver si tenían oro adentro” y recordó como ahora que mucha agua ha corrido debajo de ese puente, Costa Rica tiene la posibilidad de entender que estas esferas son parte de procesos culturales y sociopolíticos de primer nivel “que requieren de un entendimiento cada vez mayor de parte de quienes somos herederos de esas tradiciones”.
La historiadora y ministra de Cultura, Elizabeth Fonseca, destacó que esta designación “es realmente satisfactoria, al haber culminado ese larguísimo proceso”, de casi 17 años, que fue lo que le consumió al país haber alcanzado la designación que le recuerda a Costa Rica de dónde viene su gente.
“Es importantísima esta declaratoria en términos de identidad nacional y de idiosincrasia que nos obliga como costarricenses a revalorizar y a repensar nuestro pasado indígena porque hubo un pasado indígena muy importante en este país que ahora nos permite estar orgullosos”, aseguró la ministra.
Fonseca llamó a asumir una responsabilidad hacia la Unesco para seguir investigando sobre ese pasado, abriendo una nueva página que impulse el desarrollo de esta zona, una de las más rezagadas del país.
La Unesco por su parte, con la vocería de Pilar Álvarez, la directora la institución en el país, felicitó a Costa Rica porque además de tener un patrimonio cultural “ustedes hoy logran un tesoro para la humanidad que está a la altura de considerarse una riqueza para todas las generaciones presentes y futuras”.
Álvarez igualó este nombramiento al de la Muralla China, al de Machu Pichu y demás patrimonios culturales, que mantener viva la historia nacional “a partir del conocimiento de las culturas que por mil años estuvieron labrando esferas de piedra” en suelo costarricense.