“Hoy tenemos que estar hablando en este país de banca de desarrollo, porque, lamentablemente, la banca pública fue desnaturalizada, abandonó sus objetivos, se convirtió para poder competir con la banca privada, en una banca fundamentalmente comercial, fijó sus objetivos únicamente o casi exclusivamente en la obtención de utilidades y no en fomentar el desarrollo nacional, facilitando crédito barato, oportuno, a los pequeños y medianos productores del campo y de la ciudad. Vemos a la banca pública compitiendo con la comercial compitiendo por presentar balances anuales, a ver quién obtiene más utilidades y más ganancias, pero no para ver quién ayuda más a desarrollar a los pequeños y medianos productores en este país”. (Diputado José Merino del Rio, en la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa, el día jueves 10 de abril de 2008).
La denuncia del fundador de nuestro partido tiene hoy tanta actualidad como en el año 2008 en que la pronunció. Es vergonzoso que esta Asamblea tenga que aprobar este proyecto de Ley porque ninguno de los Bancos Públicos ha cumplido a cabalidad con su obligación solidaria por la superación del sector campesino y de las pequeñas y medianas empresas, evitando que los fondos estatales sean dirigidos a donde deberían dirigirse, desde un enfoque solidario.
Hay unas situaciones que podrían entorpecer la implementación de un verdadero sistema de Banca de Desarrollo.
• No entiendo como el gobierno del PAC ha dejado en la gerencia y en la presidencia de algunos bancos estatales a personas de sobra cuestionadas, herederos de una larga historia de corrupción y de políticas bancarias nefastas para el sector agropecuario nacional.
• Me resulta patético seguir contemplando como ciudadano a tres bancos estatales compitiendo entre ellos y con la banca privada para ganar clientes y quebrar a los pequeños y medianos agricultores nacionales. Me refiero al Banco Nacional, el Banco de Costa Rica y el Banco Popular ¿No sería más provechoso para el país la integración en varios proyectos e iniciativas por parte de estos entes hasta hoy enfrentados en desmejoramiento del sector agrario nacional?
• Los meses anteriores al cambio de Gobierno en Mayo, muchas autoridades bancarias corrieron para cambiar algunos miembros de las Juntas Directivas de los bancos, los encargados de aprobar muchos créditos altos y establecer algunas políticas bancarias en las provincias. ¿Les movería el interés por colocar personas con sensibilidad social que se apunten ahora por hacer más efectivo el sistema de banca de desarrollo? Lo dudo. Cuando uno analiza los nuevos rostros de directivos bancarios, descubre los parentescos con líderes políticos locales y la afinidad con ciertos partidos políticos que se niegan a dejar el poder político, aunque ya no tienen el Gobierno.
• No queremos que banca de desarrollo se convierta en una piñata política más, como por desgracia lo fueron muchos bonos de vivienda, las ayudas de Avancemos para la educación, algunos proyectos del IMAS o ciertas ayudas de DINADECO que venía comprometidas… Necesitamos organizaciones campesinas sólidas, estables, que no funcionen bajo el vaivén de los dirigentes políticos de turno, que no bailen con la música
Concluyo nuevamente citando al ex diputado José Merino, uno de esos “difuntos que después de muertos, siguen mordiendo”, tal como le decía a su hijo el mártir de la tierra en Upala, el campesino Antonio Mendoza, poco antes que la CIA mandara asesinarlo por sus ideas comunistas, o sea por pensar en vida digna para los pobres. Antonio caminaba junto a su hijo después de un buen día de pesca, y al saltar al otro lado de un pequeño zanjo, los dientes del pescado que cargaba a sus hombros hirieron su espalda, sacándole un poco de sangre… Con su sabiduría campesina, Antonio Mendoza sacó una inusual enseñanza: “M’hijo, hay difuntos que después de muertos siguen mordiendo”.
“Hay que romper con el fundamentalismo neoliberal, porque fíjense que mientras no se rompa con ese rumbo de política económica no habrá, incluso, tratarán de ahogar, hasta cualquier esfuerzo embrionario de banca de fomento que no ponga criterios de rentabilidad económica, pura y dura, por encima de los criterios de rentabilidad solidaria. La rentabilidad social es la más importante para mantener el rumbo solidario y el verdadero desarrollo económico con justicia social… Si eso (no) se impone, al final no llegarán los créditos que necesitan, efectivamente, las organizaciones de mujeres, las minorías étnicas, los grupos de discapacitados, los agricultores de nuestra patria, los pequeños empresarios… Con todo eso, el balance que hicimos desde el Frente Amplio es que había que darle un apoyo crítico a este proyecto, que es un paso tímido hacia delante, pero, al fin y al cabo, un paso” (Diputado José Merino del Rio, en la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa, el día jueves 10 de abril de 2008).
(*) Diputado Partido Frente Amplio. Discurso ante la Asamblea Legislativa 30 de setiembre 2014.