Washington, 15 nov (dpa) – Los presidentes de El Salvador, Honduras y Guatemala aseguraron en Washington que quieren convertir la crisis humanitaria provocada por la llegada masiva de niños indocumentados no acompañados a la frontera sur de Estados Unidos en una oportunidad para impulsar el desarrollo en sus países.
«Esta crisis ahora nos brinda grandes oportunidades» aseguró el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, en un evento organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que también participó el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El presidente guatemalteco presentó en Washington el «Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte» junto a su homólogo hondureño Juan Orlando Hernández y el salvadoreño Salvador Sánchez Cerén.
Biden expresó hoy el apoyo de Estados Unidos al plan y pronosticó que Centroamérica puede convertirse gracias a esta iniciativa en «la próxima historia de éxito» del continente.
«No veo ninguna razón por la que Centroamérica no pueda convertise en la próxima historia de éxito en el hemisferio», dijo Biden, quien se mostró convencido de que el plan que presentaron los presidentes centroamericanos «va a transformar la región».
El Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte surge a raíz de la crisis humanitaria provocada por la llegada a Estados Unidos de más de 68.000 menores no acompañados en el año fiscal 2014 (entre octubre de 2013 y septiembre de 2014), la mayoría de ellos procedentes de El Salvador, Honduras y Guatemala.
La llegada de un 77 por ciento más de menores solos que en el año fiscal anterior hizo este verano saltar las alarmas en Washington y en las capitales centroamericanas.
Este plan regional busca impulsar el desarrollo de los países del Triángulo Norte y frenar la migración de menores indocumentados no acompañados a Estados Unidos. Para ello cuentan con el acompañamiento técnico del BID y la asociación de Washington.
«Hoy hemos comprobado que no sólo los tres líderes estamos unidos, están unidas las naciones del Triángulo Norte», señaló el presidente salvadoreño, quién considera que el sector privado es «un actor determinante para este proceso».
El plan se dearrolla en torno a cuatro ejes: dinamizar el sector productivo, desarrollar el capital humano, mejorar la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia y fortalecer las instituciones.
Se trata de un plan regional con el que los tres gobiernos centroamericanos quieren realizar reformas estructurales y crear condiciones económicas y sociales para generar más y mejores oportunidades que permitan el desarrollo y el arraigo de la población, especialmente los jóvenes, de modo que la inmigración sea una opción, no una obligación.
«Uniendo esfuerzos vamos a lograr exponenciar la solución a estos problemas», señaló Pérez Molina, quién advirtió que es «un esfuerzo a largo plazo, no de seis meses ni de un año».
«Necesitamos trabajar, trabajar, trabajar y unirnos. Y de esa forma vamos a alcanzar la prosperidad que todos queremos», dijo el presidente hondureño, quién se mostró satisfecho de que Estados Unidos haya aceptado su corresponsabilidad a la hora de resolver el problema.
El plan, del que hoy presentaron sus lineamientos, todavía no está cerrado y aún deberá concretarse con Estados Unidos los puntos del mismo y cómo se financiará.
Según los gobiernos del Triángulo Norte, el éxito de ese plan dependerá del compromiso y trabajo de todos: sector público, sector privado, socios del desarrollo y países aliados, así como de la sociedad de estos tres países.
En tanto, como parte de los intentos de la administración de Barack Obama por frenar la llegada de niños solos al país, Biden anunció hoy el lanzamiento de un programa de reunificación familiar para niños centroamericanos que permitirá a un número limitado de menores inmigrar legalmente en Estados Unidos, siempre y cuando sus padres sean residentes legales en ese país.
«Este programa permitirá a los padres que residen legalmente en Estados Unidos solicitar el reasentamiento de sus hijos sin salir de los Estados Unidos», anunció Biden, quién precisó que el programa se pondrá en marcha en diciembre.
El objetivo es ofrecer «una alternativa segura, legal y ordenada al peligroso viaje que algunos niños realizan actualmente a Estados Unidos», señalaron el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado conjunto.