Roma/Atenas, 29 dic (dpa) – Un hombre en pijama y cubierto con una manta baja paso a paso la escalera del barco de mercancías, con el esfuerzo de las últimas horas pintado en la cara. Mientras, un niño se pega a un hombre, y otros lloran de alivio. Para ellos ha terminado la pesadilla del ferry «Norman Atlantic» tras ser trasladados al puerto italiano de Bari, después de que la embarcación se incendiase en el mar Adriático, frente a las costas de Albania.
Por el momento se confirmó la muerte de diez personas, mientras van conociéndose detalles de la situación vivida en el barco. Tampoco está claro que ocurrió con todos los 478 pasajeros que según las listas iban a bordo. Fueron rescatados 427 pero sigue sin saberse el número exacto de personas que iban en la embarcación.
Los pasajeros relataron hoy las escenas caóticas vividas después de que el domingo se declarase un incendio cuando se encontraban frente a la isla griega de Corfú.
«No nos dieron ninguna indicación. Sólo había una salida de emergencia en la cubierta 6 en dirección a proa. Reinaba el pánico más absoluto, no había ninguna coordinación, nadie tranquilizaba a la gente», contó a la televisión griega Rania Fyreou, una de las pasajeras. «El mayor bote de rescate, para 150 personas, se ocupó sólo con 60. Apenas había personal disponible».
El barco incendiado de la compañía griega Anek Lines sustituyó en el último momento al que inicialmente estaba previsto que realizase el trayecto. «En realidad teníamos que haber viajado en otro barco. Nos sentíamos como si tuviésemos que viajar en un barco en el tercer mundo», contó Fyreou.
Otros hablan de su desesperación. «Mi marido y yo estuvimos más de cuatro horas en el agua. Quería salvarle, pero no pude. El decía: ‘nos morimos, nos morimos'», cuenta Teodora Douli, la esposa de una de las víctimas. En el hospital de Copertino, en el sur de Italia, un niño de 11 años espera noticias de su padre. «¿Está bien papá? ¿Dónde está? ¿Cuándo me va a recoger?», preguntaba ante los periodistas.
Las labores de rescate se han visto entorpecidas por el mal tiempo. Olas de varios metros han impedido que otros barcos se acercasen al «Norman Atlantic» para salvar a los pasajeros, ante el riesgo que podría suponer para ambas embarcaciones.
Según el experto griego Giorgos Margetis, en este accidente se conjugaron varias situaciones adversas. «En primer lugar el fuego, que se extendió con rapidez. Un fuego es lo peor que puede pasar en un barco. Después llegó el mal tiempo, con viento de fuerza 10, algo que en nuestros mares sólo ocurre dos o tres veces al año», explicó en declaraciones a la televisión.
Tampoco los helicópteros lo tuvieron fácil. «Sobrevolar las llamas no es nada fácil», afirmó el ex general de las Fuerzas Aéreas italianas Vicenzo Camporini. «Además la cosa se complica todavía más cuando se tienen que coordinar tantas instituciones».
Los medios especulan sobre posibles problemas de coordinación entre los distintos países implicados. Grecia habría estado a favor de que el «Norman Atlantic» se remolcase a Albania, pero Italia, al frente de la operación, no apoyaba esa idea. Por si fuera poco, durante la operación de remolque se rompió un cabo, obstruyendo así el trabajo de los rescatistas.
Las fiscalías de Bari y Brindisi han abierto investigaciones para dilucidar lo que ocurrió a bordo. Entre otras cosas, se investigarán acusaciones sobre supuestos defectos en el barco y sobre una posible sobreocupación de la cubierta en la que se transportaban los vehículos.
En Italia, las imágenes de las últimas horas recuerdan a la catástrofe del «Costa Concordia», ocurrida en enero de hace tres años. El crucero, con más de 4.200 personas a bordo, chocó entonces contra una roca antes la isla de Giglio y naufragó. Murieron 32 personas y el capitán, Francesco Schettino, está siendo juzgado. «Algo así no se supera nunca», explicó una de las víctimas del Concordia en declaraciones al diario «La Repubblica». «Pienso en los pobres que están en el barco… esta tragedia les acompañará el resto de su vida».