Santiago de Chile, 23 ene (dpa) – El escritor chileno Pedro Lemebel murió hoy a los 62 años, afectado de un cáncer a la laringe, dejando una obra que recorre los senderos de la marginalidad social y homosexual de su país.
«Me duele esta noche tu partida, amigo», escribió su vocero, Aldo Perán, al informar de su fallecimiento.
La ministra de Cultura, Claudia Barattini, se mostró afectada por la noticia. «Nos abrió un camino de libertad, rompió el doble estándar y nos obligó a reconocer un Chile complejo y diverso».
«Su aporte literario es enorme, pero la verdad es que vino a cambiarnos la cabeza», agregó la funcionaria.
La muerte de Lemebel era, sin embargo, un hecho esperado, incluso por el mismo artista. «Cómo es la vida, yo arrancando del sida y me agarra el cáncer», lamentó meses atrás, cuando la enfermedad lo dejó sin voz y en silla de ruedas.
De tintes autobiográficos, sus cuentos y novelas fueron siempre una expresión contestataria a la sociedad chilena, que el escritor consideraba extremadamente conservadora y católica.
Sus escritos, promovidos en el extranjero por el también fallecido novelista Roberto Bolaño, fueron traducidos al francés, italiano, alemán e inglés, entre otros idiomas.
La provocación y el resentimiento fueron los pilares de su obra, en la que se incluyen títulos como «Tengo miedo, torero», «Adiós mariquita linda» y «Loco afán: Crónicas de un sidario».
Irreverente, barroco e intencionadamente kitsch, su arte incluyó también performances públicas y callejeras, inicialmente realizadas en el colectivo gay «Las Yeguas del Apocalipsis».
Por ello, varios actores recordaron también su aporte en las artes escénicas.
«Tu consecuencia y tu humor seguirán en nuestros recuerdos», escribió en Twitter el actor Julio Jung. «Duele la partida del gran Pedro Lemebel», agregó la actriz Ana María Gazmuri.
La presidenta del Senado, Isabel Allende, también lamentó su deceso. «Se va un valiente y talentoso de las letras», resumió.
De filosofía comunista, Lemebel nació como Pedro Mardones en un barrio marginal de Santiago, pero adoptó el apellido de su madre, Violeta, como un acto de rebeldía e identidad.
Profesor de Artes Plásticas, fue despedido en la década de 1980 de los únicos dos colegios donde hizo clases, debido a su homosexualidad.