Kiev, 28 ene (EFE).- Las milicias separatistas prorrusas intentan cercar a las tropas ucranianas en la estratégica plaza de Debáltsevo, donde aquellas han concentrado unos 2.500 hombres y armamento pesado, según dijo hoy el mando militar de Ucrania, que teme una escalada de las acciones militares en el este del país.
«La situación más tensa se observa junto a Debáltsevo, donde las tropas terroristas y rusas suman unos 2.500 hombres, con apoyo de hasta 35 tanques, 55 carros artillados, más de 50 piezas de artillería y 22 lanzaderas de misiles», según un parte difundido por los militares ucranianos.
El carácter estratégico de la ciudad de Debáltsevo, de cerca de 45.000 habitantes antes del estallido del conflicto, radica no sólo en que es un importante nudo ferroviario, sino también en que por ella pasa la carretera que une las ciudades de Donetsk y Lugansk, ambas controladas por los secesionistas prorrusos.
Su caída en manos de las milicias les permitiría unir fuerzas y conformar una línea de frente continua, con lo que conseguirían retrotraer la situación a la de mediados del año pasado.
El conflicto en el este de Ucrania comenzó en abril de 2014, con la sublevación prorrusa en las regiones de Donetsk y Lugansk, fronterizas con Rusia, y ha causado más de 5.000 muertos y cientos de miles de refugiados y desplazados, según la ONU.
Según el mando de los separatistas, las tropas ucranianas ya han comenzado a replegarse, con grandes bajas, de sus posiciones junto a Debáltsevo, que se ubica en la región de Donetsk.
«Los militares ucranianos se repliegan de la zona de Debáltsevo. En las últimas 24 horas, han perdido 170 hombres, entre muertos y heridos», dijo hoy a la agencia rusa Interfax Eduard Basurin, portavoz del mando de las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk.
El representante prorruso, que cifró en 1.100 los soldados ucranianos muertos en la última semana y en 61 las bajas mortales en filas propias, aseguró que las milicias ya se hicieron con el control de la localidad de Ozeriánovka, situada en las inmediaciones de Debáltsevo.
De acuerdo con el jefe de prensa del Estado Mayor General de la Fuerzas Armadas de Ucrania, Vladislav Selezniov, en las últimas veinticuatro horas la fuerzas gubernamentales sufrieron 3 muertos y 15 heridos.
Por su parte, el portavoz del mando ucraniano en la zona de las operaciones, Andréi Lisenko, advirtió hoy de que se espera un recrudecimiento de los combates, extremo que atribuyó a «la llegada desde Rusia de cargamentos de armas y municiones, así como de combustible».
Los combates el este de Ucrania se recrudecieron tras la ofensiva lanzada hace unos días por los separatistas, que fue denunciada por el Gobierno de Kiev como una violación flagrante de los acuerdos firmados en septiembre pasado en Minsk, aunque la tregua acordada el 9 de diciembre ya era papel mojado semanas antes.
El pasado sábado, un bombardeo de un barrio de Mariúpol, ciudad leal a Kiev situada en el sur de la región de Donetsk, mató a 30 civiles y dejó más de un centenar de heridos.
El Gobierno ucraniano responsabilizó del bombardeo a las milicias prorrusas y sus acusaciones fueron respaldadas por una misión especial de observadores que se desplazó al lugar y constató que el ataque fue perpetrado con lanzaderas de misiles disparadas desde zonas controladas por los separatistas.
Ante el agravamiento de la situación, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, declaró este martes alerta máxima en todo el territorio nacional y situación de emergencia en las regiones de Donetsk y Lugansk.
A su vez, la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania, aprobó un documento en el que declaró «Estado agresor» a Rusia, a la que acusó de poner en peligro la seguridad y la paz internacionales al respaldar el terrorismo y bloquear la labor del Consejo de Seguridad de la ONU.
Las autoridades ucranianas han redoblado sus llamamientos a los países occidentales para que endurezcan las sanciones contra Rusia por su apoyo militar y financiero a los separatistas.