Bogotá, 20 feb (EFE).- El ciudadano estadounidense Rusell Martin Stendal, que fue detenido ayer bajo la acusación de integrar una red de apoyo de los frentes 51 y 53 de las FARC, fue liberado al considerar el juez responsable del caso que las pruebas son insuficientes, informaron hoy medios locales.
En una entrevista con la emisora Blu Radio, Stendal, de 59 años, explicó que él es «ciudadano americano» por lo que no puede «estar haciendo contacto con grupos subversivos a menos que tenga permiso oficial».
En este sentido, el estadounidense, que trabaja como misionero, agregó que no ha hecho «nada que no haya tenido permiso de las autoridades competentes y por eso la Fiscalía no pudo comprobar su caso».
Por su lado, las FARC señalaron en un comunicado desde La Habana,sede de los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y esa guerrilla, que la detención de Stendal «es un falso positivo judicial que clama al cielo».
Aseguran que dejan mucho que desear los servicios de inteligencia de Cundinamarca, departamento del cual Bogotá es su capital, «al confundir evangelización con rebelión».
Igualmente señalan que Stendal siempre predicó la paz entre los contendientes armados y no armados, incluyendo a insurgentes, ejército y paramilitares.
Asimismo, Stendal explicó que llegó a Colombia cuando solo era un niño de ocho años de edad y que fue secuestrado por las FARC.
Tras esa experiencia decidió trabajar por los derechos humanos y plasmó su propia perspectiva en la película «La Montaña», que relata la violencia del conflicto armado colombiano.
El estadounidense fue detenido cuando se presentó ante el comando central de la Policía en el departamento de Cundinamarca (centro) con la intención de averiguar su situación judicial.
Según apuntaron varios medios locales, su detención se produjo como consecuencia del testimonio de varios exguerrilleros de las FARC que lo acusaron de llevar material de comunicaciones y mensajes a los diferentes frentes guerrilleros.
Personas que lo conocen dicen, sin embargo, que el misionero, que está casado con una colombiana y que tiene hijos y nietos nacidos en este país, ha dedicado su vida a predicar y repartir biblias en el departamento del Meta (centro), donde durante décadas han operado varios grupos guerrilleros.