Miami, 25 feb (dpa) – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no sólo defendió hoy en Miami sus medidas ejecutivas en política migratoria, sino que las usó para tratar de minar el apoyo de los latinos a los republicanos en las elecciones presidenciales de 2016.
Obama insistió hoy en una entrevista sobre su política migratoria con las cadenas Telemundo y MSNBC que peleará contra los tribunales y los republicanos para que se apliquen las medidas que tomó en noviembre del año pasado y que previenen la deportación de unos cinco millones de inmigrantes, la mayoría de origen hispano.
«Hemos recurrido de forma agresiva y vamos a ser todo lo agresivos que podamos porque no sólo sabemos que la ley está de nuestro lado, sino que sabemos que la historia está de nuestro lado», dijo Obama.
La pasada semana, el juez de Texas Andrew Hanen ordenó que el decreto de Obama no se aplique hasta que no se resuelva una demanda presentada por 26 estados contra la decisión presidencial. La Casa Blanca ha recurrido esa decisión.
La acción ejecutiva protege de la deportación a unos cinco millones de extranjeros indocumentados si llegaron al país siendo niños, si son padres de ciudadanos estadounidenses o si son residentes permanentes legales.
Los republicanos creen que esas medidas exceden las competencias del presidente y suponen una «amnistía».
Obama optó por la orden ejecutiva en 2014 después de que la oposición republicana se negara a llegar a un acuerdo para votar en la Cámara de Representantes una reforma migratoria, tarea aún pendiente y que queda ahora en manos del Partido Republicano, con mayoría en ambas cámaras del Congreso desde las elecciones legislativas de noviembre del año pasado.
Los republicanos han condicionado ahora la financiación del Departamento de Seguridad Nacional, que expira el viernes, a la revocación de las medidas ejecutivas del presidente.
«La presión sigue estando en el Congreso, en el Partido Republicano, que está actualmente bloqueando la aprobación de una reforma integral», lanzó Obama.
«Eso supone que a los siguientes candidatos presidenciales, cuando empiecen a reclamar los votos, se les pregunte primero: ‘¿Realmente va a deportar a 11 millones de personas?'», dijo Obama, apuntando a los rivales republicanos de cara a las elecciones de 2016, en las que él ya no competirá como líder demócrata.
Los hispanos apoyaron a Obama claramente en 2008 y sobre todo en 2012, cuando logró el 71 por ciento de respaldo por el 27 por ciento de su rival, Mitt Romney. George W. Bush alcanzó el 40 por ciento en 2004, cifra que muchos republicanos creen decisiva recuperar para poder volver a la Casa Blanca.
Las medidas aprobadas por Obama supusieron que el respaldo de los hispanos a su gestión mejorara en 12 puntos, según una encuesta de Gallup en diciembre del año pasado.
«Esto va a resolverse a largo plazo porque en algún punto va a haber un presidente Rodríguez o un presidente Chin. Somos un país de inmigrantes y al final reflejará quiénes somos, la política reflejará quiénes somos», dijo hoy Obama provocando los aplausos.
Hasta que los republicanos no aprueben una amplia ley de reforma migratoria, Obama aseguró que defenderá sus acciones ejecutivas y que bloqueará cualquier iniciativa legislativa de la oposición que las aplace. «La vetaré porque estoy completamente convencido de que estamos haciendo lo correcto», dijo el presidente.
El mensaje de Obama ganó peso por el lugar elegido. La entrevista se realizó en la Universidad Internacional de Florida (FIU), la cuarta universidad pública más grande del país y de la que se gradúan más hispanos. Y Miami es tradicionalmente la capital latina de Estados Unidos, la ciudad donde el bilingüismo es más acentuado.
La Casa Blanca admitió haber escogido Miami por su diversidad de nacionalidades y por la resonancia que podía tener entre la comunidad hispana el que el presidente hablara sobre su política migratoria.
La pasada semana, varios jóvenes latinos indocumentados boicotearon en Miami un acto del senador Marco Rubio, posible candidato republicano en 2016, en protesta por la política migratoria de su partido.