miércoles 22, marzo 2023
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La pobreza no es natural es producida por el ser humano

Columna Poliédrica

La semana pasada procuré explicar la contradicción que existe entre la política económica que se ha seguido en Costa Rica y la realidad educativa que tenemos los costarricenses en relación con el nivel de escolaridad de la población económicamente activa. La idea central del artículo era evidenciar que la mayoría de la población no tiene el grado académico para emplearse en empresas de alta tecnología o de alto valor agregado en conocimiento; por el contrario, la mayoría de la mano de obra tica aplica para trabajos no calificados y por ello no hay coherencia entre una cosa y la otra.

Curiosamente y sin que tuviera noticia de ello, el Programa del Estado de la Nación a solicitud o patrocinado por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), expusieron una serie de datos en que se evidenciaba la contradicción a la que hacíamos referencia en Poliédrica. Y es que esta contradicción es de fondo, porque no es posible resolverla en el corto plazo; es decir, no se puede solventar en un período de cuatro años sino que requiere de una política de Estado de largo plazo.

Pusimos como referencia el proceso de referéndum para aprobar el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos (TLC CR-EU), no porque estemos en desacuerdo con las relaciones comerciales con ese país o con cualquier otra nación de la comunidad internacional, sino porque en aquella ocasión, los que querían su aprobación, decían que si se reprobaba el país viviría una especie de apocalipsis en materia de empleo.

Al final se aprobó el TLC CR-EU y lo que estamos viviendo, más de un lustro después, es un incremento del desempleo en las actividades que supuestamente iban a verse beneficiadas con su aprobación. Al final, el problema no es que sea el TLC con Estados Unidos, sino que los tratados de libre comercio llevan implícita una lógica de exclusión en la que pocos ganan mucho y muchos ganan poco; en otras palabras, hay un sector de la población que sí se ha beneficiado en demasía de los tratados de libre comercio, sin embargo, la mayoría de la población lo que ha visto es un deterioro acelerado de su calidad de vida y eso se ha manifestado en datos macroeconómicos como el aumento de la inequidad en la sociedad costarricense.

El problema que hemos apuntado no es de carácter ideológico, no se trata de ser de Izquierda o de Derecha, se trata de una realidad que muestra una contradicción estructural cuya consecuencia está siendo el aumento del desempleo de la mano de obra no calificada. El común denominador de las empresas que han decidido irse del país, tiene que ver con el objetivo de disminuir el costo de la mano de obra; en otras palabras, prefieren migrar a otras latitudes en que puedan pagar salarios menores a los que pagan en Costa Rica, se trata de procesos real de costo-beneficio.

¿Cómo se puede solucionar esta contradicción? ¿Cómo se puede acometer el problema? La solución más simple y que ya ha sido insinuada por algunos grupos del sector privado y público, es igualarnos con los países que tiene mano de obra barata; ello implicaría bajar los salarios de los trabajadores, así como los costos que aumentan la planilla en Costa Rica (cargas sociales y derechos laborales). Lo anterior sería un retroceso de más de cincuenta años en materia social.

En consecuencia y debido a que las empresas de mano de obra barata van a seguir migrando a otras latitudes, la solución pasa por capacitar a los trabajadores de bajo nivel educativo. En efecto, la opción de homologar la mano de obra con los países que pagan bajos salarios debe ser descartada y en contraste, deberíamos optar porque los trabajadores puedan capacitarse para realizar trabajos más calificados o en su defecto, para convertirse en pequeños empresarios que puedan encadenarse con otras empresas de mayor calado.

Ahora bien, el esquema empresarial que puede permitir absorber la mayor cantidad de trabajadores sería el de la cooperativa. Hay ejemplos exitosos de cooperación entre trabajadores que han logrado mejorar su condición económica y favorecer procesos de movilidad social que han beneficiado a sectores más amplios de la población; dicho de otro modo, hay empresas como la Cooperativa de Productores de Leche Dos Pinos , CoopeDota o Cooperativa Victoria, por citar tres casos de referencia, que pueden servir como modelos para impulsar un cambio que se puede apalancar en la recién aprobada Banca de Desarrollo y en general, en el sistema financiero nacional.

El discurso ha sido que no hay dinero en Costa Rica y por eso es necesario atraer la inversión extranjera. Lo anterior es falso como muchas de las mentiras que nos han vendido a lo largo de todos estos años, dinero hay, sin embargo, quienes lo tienen han preferido hacer inversiones en el mercado especulativo y no en la creación de empresas que aporten a la producción nacional; es más fácil colocar el dinero en productos financieros nacionales e internacionales, que aportar ese mismo dinero como capital social para desarrollar una empresa que genere nuevos empleos en actividades que suponen algún grado de riesgo.

Desgraciadamente esta ha sido la tendencia en los últimos años y el problema se ha agravado porque los empresarios que antes veían su actividad empresarial como parte del desarrollo del país, ahora la ven únicamente desde la óptica del beneficio individual y a costa, en no pocos casos, de la colectividad. No se trata de estar en contra del sector empresarial, nadie está en contra de que sus empresas tengan utilidades y las repartan entre sus socios; sin embargo, esos beneficios no pueden ser a costa del deterioro económico de la mayoría de la población costarricense y sobre la lógica de una polarización social que ha creado dos Costa Ricas: la opulenta y la pobre.

En la columna anterior terminaba citando a Adam Smith debido a que los grandes clásicos de la economía liberal siempre abogaron por el bienestar de la mayoría de los miembros de la sociedad, el problema ha sido de quienes pusieron en práctica aquellas ideas; lo mismo ocurrió en el otro extremo ideológico en que la praxis también traicionó a la teoría, ya que Karl Marx decía en su obra cumbre, “El Capital”, en concreto, en el libro primero denominado “El proceso de producción del capital”, Sección Segunda: “La transformación del dinero en capital”, Capítulo IV: “Cómo se convierte el dinero en capital”, lo siguiente:

“Pero, hay algo indiscutible, y es que la naturaleza no produce, de una parte, poseedores de dinero o de mercancías, y de otra parte simples poseedores de sus fuerzas de trabajo. Este estado de cosas no es, evidentemente, obra de la historia natural, ni es tampoco un estado de cosas social común a todas las épocas de la historia.”

(*) Andi Mirom es Filósofo

columnapoliedrica.blogspot.com

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5 COMENTARIOS

  1. Algunos puntos de tu articulo no quedan claros : primero Andi, es cierto que algunas,una minoria de empresas,aprovechan que en Nicaragua y El Salvador existen gobiernos de izquierda,socialistas,cuyo principal negocio es mantener a sus electores pobres, a traves de sueldos bajos.Ante esta situacion es imposible competir.
    Es cierto tambien que el costarricense empresario ha desaparecido.Las empresas nacionales de capital tico,fundada por padres y abuelos han sido vendidas a transanacionales ,por que por el precio /rendimiento es mejor negocio.
    Se quitan una cantidad de problemas,y con efectivo se lo prestan al gobierno que vive necesitando dinero,y los inversionistas reciben los intereses libres luego de pagar un 8% de impuestos en la fuente , depositados en la cuenta corriente.Facil y sin complicaciones..
    En cuanto a las cooperativas, que son muy valiosas, tienen la suerte, dicha, de NO pagar impuestos.Te iimaginas si todas las empresas fueran cooperativas ,como , de que viviria el estado ?
    Es importante que te leas el articulo de Montaner en La Nacion del domingo, donde nos habla de los filososfos escribiendo de economia ,puesto que su profesion y otras no tienen mercado y deben vivir entonces del estado.

  2. Excelente artículo, don Andi Mirom. Pero, qué pena da ver esos comentarios viscerales de algunos que sólo odio muestran contra El País.Cr. y diariamente intervienen insultando o llamando izquierdista, socialista o comunista a todo aquel que escribe en favor de la justicia social o trata de formar opinión con refinada y culta dialéctica! Son esas voces aculturadas o de poca capacidad crítica -a lo mejor baterías- que penetran los espacios progresistas y decentes, para bloquear y convertir el tema y el medio en algo no trascendente. ¡Mucho cuidado, lectores, para que no ser sorprendidos!

  3. ¿Y Adam Smith, David Ricardo y Robert Malthus no eran filósofos que escribían de economía? ¿Probablemente hay algunos que detestan la filosofía y prefieren seguir, ciegamente, lo que dicen tecnócratas como : Eduardo Lizano, Thelmo Vargas, Miguel Ángel Rodríguez, Leonardo Garnier, Francisco de Paula Gutiérrez, Fernando Naranjo y los demás que nos han llevado al desastre en que estamos y para colmo, todavía se atreven a dar como referencia a Carlos Montarner. Entre los clásicos de la economía liberal y Montaner hay por lo menos unas cuantas neuronas de diferencia, entre los escritos de Karl Marx y los de Carlos Montaner hay toda una filosofía de diferencia. ¡Pongámonos serios por favor!

  4. El autor nos invita a ver la realidad sin caracter «ideológico», tal como es. El problema es que él mismo, por su propia ideología, distorisiona la realidad y muestra una notable ignorancia en materia de historia y economía.

    Empezando por el final, es cierto, como dice Marx que “Pero, hay algo indiscutible, y es que la naturaleza no produce, de una parte, poseedores de dinero o de mercancías, y de otra parte simples poseedores de sus fuerzas de trabajo. Este estado de cosas no es, evidentemente, obra de la historia natural, ni es tampoco un estado de cosas social común a todas las épocas de la historia.”

    Pero por otro lado, es que durante el estado natural del hombre, y durante la mayor parte de las épocas de su historia, su existencia, tal como decía Hobbes era «pobre, sucia, brutal y breve». Es únicamente durante el último siglo, con el auge de lo que suele llamrse capitalismo, que la situación de la humanidad ha mejorado notablemetne: la eperanza de vida se ha más que duplicado, y los recursos disponibles para el bienestar han mejorado incalculablemente. Ver los datos de Angus Maddison.

    Hoy día el bienestar incluso de los más pobres es incomparablemente mejor que incluso la aristocracia de siglos pasados. Tenemos acceso a medicinas que prolongan la vida. Las hambrunas han dado paso a problemas de obesidad. La situación natural del hombre ha sido la pobreza. El verdadero dilema es cómo hemos lograr la prosperidad.

    Países con inmensas poblaciones como China e India han mostrado un acelerado crecimiento y millones de personas saliendo de la pobreza en los últimos 30 años, y China en particular, al dejar los postulados de Marx.

    El problema es que, contrario a los que muchos creen, Marx no era enemigo del capitalismo. Por el contrario, era un gran admirador del sistema y vio su potencial de mejorar las condiciones del trabajador. Simplemente, consideró que su proceso de acumualción de capital era insostenible y llevaría a mayor empobrecimiento del trabajador (lo cual resultó no ser correcto); y por otro lado creyó que, conociendo la dinámica de la formación de capital, era posible distribuir la propiedad del mismo dentro dle proletariado y conseguir los mismos resutlados, algo que no resultó, y que más bien tuvo resultados conrtarios al esperado, con mayor miseria y pobreza.

    Eso no resta decir que el capitalismo tiene sus defectos y desigualdades. Pero compararlas con los resultados de un sisterma idealizado que no ha funcionado en ninguna parte y que nadie, incluso el autor de esta columna, tiene la menor idea de cómo ponerlo a funcionar, es absurdo.

  5. Estoy de acuerdo con el Sr. Don Alberto Sibaja Rojas. Sin embargo, la cuestión es muchísimo más simple: si usted nació y vive pobre o en pobreza extrema, es porque así dios lo dispuso. Y al revés, si existen ricos y poderosos, también es porque así dios lo dispuso.

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