Fotografía cedida por PRETOMA
Ambiente Crítico
Comentamos en marzo del 2013 que el país había avanzado cuando la Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna (CITES) en Bangkok, tomó el acuerdo de incluir al tiburón martillo dentro de su apéndice 2 que regula las capturas y el comercio de la especie. Este proceso fue el resultado de la iniciativa de los compañeros del Programa Restauración de la Tortuga Marina (PRETOMA) que promovió esta campaña solicitando que Costa Rica encabezara un bloque latinoamericano en apoyo de la propuesta. La inclusión en el Apéndice II de la Convención implica una categoría que si bien no impide la pesca, sí fija controles más estrictos sobre las cantidades que pueden ser comercializadas internacionalmente.
Las entidades científicas de la convención han estimado que las poblaciones de esta especie se redujeron hasta en un 85% para el año 2005. Estudios científicos estiman que entre el 6-8% de la población mundial de tiburones se sacrifica anualmente, muy por encima de los niveles sostenibles. El comercio mundial de aletas es global y tiene como su base la ciudad de Hong Kong, donde terminan el 50% de las aletas. Diez millones de kilos de este producto se transportan a este puerto todos los años desde 83 países, siendo España e Indonesia los principales exportadores y estando Argentina, Nigeria, Nueva Zelandia e Irán entre los 10 primeros.
El tiburón martillo se encuentra en Costa Rica en aguas de ambas costas, tanto en el Océano Pacífico como el Mar Caribe. Las investigaciones científicas han demostrado que sitios como la boca del Río Grande de Tárcoles, en el Pacífico Central y el Golfo Dulce, en el Pacífico Sur son sitios importantes de reproducción de esta especie.
La falta de estos tiburones en nuestros ecosistemas provocaría fuertes cambios en el ambiente marino, pudiendo ocasionar hasta la extinción local de algunas especies comerciales y desestabilizar las cadenas alimenticias. Es importante mencionar también que esta especie representa un insumo importante para la economía nacional en lo que respecta al ámbito del ecoturismo. La Isla del Coco es uno de los principales centros mundiales de congregación de los tiburones martillo, junto con la Isla Galápagos y las costas de Ecuador. Diversas prácticas turísticas se organizan alrededor de esta especie de tiburón, sobre todo en lo que respecta al buceo y el avistamiento, tanto en la Isla del Coco como en el Golfo Dulce.
Estudios recientes en Palau muestran que el turismo de buceo tiene en el avistamiento de tiburones a uno de sus principales atractivos, generando $18 millones al año (aproximadamente 8% del PIB de ese país) e inyectando $1.2 millones en salarios a las comunidades locales y $1.5 millones en impuestos para el gobierno de esta pequeña y joven nación. Para Fiji, un estudio similar determinó una contribución anual de $42.2 millones incluyendo impuestos e ingresos directos para las comunidades.
La campaña de PRETOMA fue acuerpada por el gobierno de Costa Rica ese año. Fue respaldada por 28 organizaciones no gubernamentales de diversos países. En 2013, dada la importancia de esta especie en las zonas de humedales costeros, El Frente Nacional Por la Protección de los Humedales, al que pertenece la Fundación Neotrópica, endosó esta iniciativa.
Dijimos entonces que la implementación de estas acciones requiere de un esfuerzo nacional que incluya a todos los sectores y logre canalizar los recursos suficientes para lograr estas ambiciosas pero necesarias metas. El sólo control del aleteo requiere de un influjo de recursos sumamente significativos con los cuales el país no ha contado hasta hoy.
Pone a prueba la consecuencia del país la denuncia que hace PRETOMA en estos días. Por ello, provechamos para reproducir el texto de la carta enviada por esa organización al Presidente Luis Guillermo Solís. Ya ha sido endosada por gran cantidad de organizaciones ambientalistas y ecologistas, entre ellas, nuestra fundación.
“Honorable Presidente
Luis Guillermo Solís
Por este medio, nosotros los firmantes, deseamos respetuosamente mostrar nuestro repudio hacia el otorgamiento de permisos por parte del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) para la exportación de las aletas de más de 2000 tiburones martillo hacia Hong Kong, así como la exportación libre de aletas de tiburón martillo al menos por seis meses más, contra todo criterio científico y en violación flagrante a los compromisos adquiridos durante la Convención Para el Comercio de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES) con el fin expreso de proteger el tiburón martillo de la extinción. Le recordamos que el tiburón martillo está catalogado como una especie en Peligro de Extinción según la Unión Internacional Para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y se reconoce que la exportación de sus aletas hacia Asia para elaborar sopa de aleta de tiburón es su principal amenaza. La información científica más actualizada señala que la población de tiburón martillo que habita en el Pacífico Oriental Tropical, donde opera la flota costarricense, es la más amenazada del mundo. Esta información ha sido suficiente para que los Estados Unidos prohíba totalmente su captura, retención, y comercio, y para que Ecuador prohíba su captura a la flota palangrera. La inclusión del tiburón martillo bajo el Apéndice II de CITES (177 países) en marzo del 2013, implica la necesidad de criterio científico y sistemas de trazabilidad para continuar su comercio internacional a partir del 14 de setiembre del 2014. Costa Rica no ha cumplido, pero SINAC se justifica en el interés público por el impacto que la medida podría tener sobre los pescadores artesanales, y la necesidad de conseguir mejor información científica precisamente para tomar medidas futuras. El supuesto interés público no es tal, pues la flota artesanal captura tiburones recién nacidos que se consumen domésticamente, por lo que CITES en este caso es irrelevante. Por otro lado, la falta de acción ante un inminente deterioro ambiental justificándose en la carencia de información técnica es una clara violación al Principio Precautorio, consagrado en la Declaración de Río adoptada por la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Ambiente y Desarrollo (1992), y por la Resolución 9.24 de CITES. Estas acciones debilitan seriamente la imagen y credibilidad internacional del país, así como nuestra capacidad de liderar procesos similares en el futuro por falta de credibilidad. Peor aún, con las mismas Costa Rica contribuye directamente en la extinción del tiburón martillo. Por tanto, en nombre de la mejor información científica que existe, es nuestra opinión que usted, Sr. Presidente debe interponer sus buenos oficios y revocar la Resolución SINAC-DE-011.”
El gobierno de la república ha salido hoy a los medios asegurando que el permiso otorgado “fue a una solicitud específica para la exportación de aleta de tiburón martillo producto de una pesca incidental donde el tiburón fue descargado con aletas adheridas”, pero que “no se trata de ninguna autorización en general”. Asimismo, aseguró “El MINAE y el SINAC (Sistema Nacional de Conservación) aclaran que no otorgarán más permisos de exportación de aletas de tiburón martillo hasta que el Poder Ejecutivo no defina mediante un acuerdo ejecutivo el interés público que sustente, para futuras solicitudes, apartarse del criterio del consejo de autoridades científicas de CITES mientras se elabora el Dictamen de Exportación No Perjudicial”.
Sellar esta protección es esencial. La carta de PRETOMA puede endosarse en el sitio http://www.pretoma.org/es/policy-advocacy/campaigns/president-solis-dont-promote-the-extinction-of-hammerhead-sharks/. Invitamos a las y los costarricenses a informarse sobre este asunto y a apoyar esta iniciativa en el mejor interés de nuestro país.
Bernardo Aguilar González
Director Ejecutivo, Fundación Neotrópica
Nos unimos por la causa de tener tiburones martillo para siempre!
Buen por la iniciatva, muchas voces se juntan. Mal por Pretoma que no honra sus obligaciones de solidaridad social con la CCSS