Montevideo, 17 mar (EFE).- La senadora uruguaya Constanza Moreira, perteneciente al gobernante Frente Amplio (FA), dijo hoy querer «un nuevo tango», ya que a su juicio este género musical tiene un claro componente «machista y paternalista».
Moreira se pronunció ante la prensa sobre una información que trascendió ayer en varios medios locales que aseguraba que dos mujeres que bailaban tango juntas durante una milonga celebrada el domingo en la Plaza Fabini en Montevideo fueron expulsadas por el organizador con la excusa de que no aceptan «tortas ni maricones».
«Me parece que esto llama la atención sobre que somos cavernícolas, machistas», expresó la senadora, quien destacó además que ese incidente esté asociado al tango, que en su opinión «no ha ofrecido una imagen de la mujer precisamente autónoma y de avanzada».
Las dos mujeres se dirigían a la Sala Zitarrosa, próxima a la plaza Fabini, a presenciar un espectáculo, y decidieron participar en la milonga popular para hacer tiempo hasta que empezara el evento al que acudían.
«Yo estoy aprendiendo tango hace un año y estaba con Lucía Conde, que es profesora, por eso ella puede llevar (el paso de baile) como el hombre y me dijo de ir a bailar», contó Florencia, la otra implicada, al medio local El Observador.
«El resto aplaudía a los que tomaron la decisión de echarnos de una plaza pública hablando de maricas y tortas. Asco», escribió ayer Florencia en su cuenta de Twitter.
«Siento asco e indignación. La violencia de estas situaciones no puede quedar impune. Me da vergüenza pertenecer a una sociedad tan hipócrita», añadió en otro tuit.
En opinión de Moreira, el espacio público es «donde circulamos todos, entonces cualquier discriminación a cualquier persona por cualquier cosa es, fuera de algunas normas de seguridad, una herida a todo lo público, una herida a toda la comunidad, a toda la sociedad uruguaya, no solamente a las personas que estaban allí».
«El tango tiene un claro componente machista y paternalista en sus letras… Pero queremos otro tango, así que queremos otros bailarines también», concluyó la senadora.
Una resolución municipal habilita desde hace cuatro años a este grupo a usar la plaza para realizar sus milongas, a las que nadie tiene prohibido el acceso al tratarse de un espacio público.
«Es una resolución que la intendencia perfectamente puede revocar en cualquier momento pero amerita analizar a fondo la situación y no apurarse a tomar decisiones porque no es lo más adecuado en estos casos, más en temas tan sensibles», explicó a Efe el director de Promoción Cultural de la Intendencia de Montevideo (IMM), Gonzalo Halty.
Según dijo, tras una primera aproximación telefónica, desde la institución están tratando de tener una reunión formal con los organizadores de la milonga para tener su visión de la situación.
«Todavía nos falta profundizar en la conversación y hay que darle tiempo al tiempo para madurar bien esto», afirmó Halty.
Hasta ahora, cuentan además con la versión de las chicas, así como un informe que entregó el director de la sala Zitarrosa, Jorge Schellemberg, quien trató «de mediar y bajar un poco el problema» en medio del incidente, pero «no tuvo mucha suerte», añadió Halty.
«Con todos esos elementos ya le hemos hecho llegar nuestra incomodidad y discrepancia por lo sucedido (a los organizadores)», agregó, para insistir en la necesidad de una reunión formal para «acceder a la mayor información posible también desde los que estaban del lado de la parte organizadora».
En las redes sociales se está impulsando, para el próximo domingo, a las 20.00 hora local (23.00 GMT), una «contramovida» en la misma plaza, con el nombre de «Milonga Inadecuada», para protestar contra esta situación.