sábado 30, septiembre 2023
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Ordenan arresto de tres militares por caso de ejecuciones en Colombia

Bogotá, 19 mar (dpa) – Un fiscal colombiano ordenó hoy el ingreso a prisión de dos coroneles y un mayor del Ejército investigados por la presunta ejecución de tres hombres en 2006.

La decisión fue adoptada por un investigador de la Dirección Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía en contra de los coroneles José Sanguña y Segundo Huertas y del mayor Édgar Londoño, quienes a finales de 2006 estaban asignados a un batallón destacado en el municipio de Santo Domingo, en el departamento de Antioquia (noroeste).

Según la investigación, los oficiales están involucrados en el asesinato de tres civiles que fueron reportados como extorsionistas que se enfrentaron a las tropas.

El fiscal del caso dijo que los tres civiles fueron conducidos al lugar de los hechos bajo engaños, con la falsa promesa de que conseguirían trabajo, tras lo cual fueron acribillados y mostrados como delincuentes.

Los coroneles y el mayor deben responder ante la justicia ordinaria por los cargos de homicidio en persona protegida, secuestro simple y falsedad ideológica en documento público, según la Fiscalía.

El coronel Édgar Ávila, quien era el comandante del batallón en ese entonces, tiene una orden de captura por ese mismo hecho, en el que también están comprometidos 10 soldados.

Un subteniente confesó su responsabilidad y se acogió a beneficios judiciales, a cambio de colaborar con el esclarecimiento del caso, y está a la espera de que se dicte una condena en su contra.

Las ejecuciones de civiles por parte de militares son llamadas por la prensa colombiana «falsos positivos» y salieron a la luz pública en 2008 por el caso de unos jóvenes que murieron en operaciones del Ejército en el noreste del país.

Una investigación de la Fiscalía concluyó en ese entonces que dentro del Ejército operaba una red dedicada a buscar a jóvenes desempleados y drogadictos que eran llevados a diversas regiones del país bajo falsas promesas de tipo laboral.

Al llegar a esos lugares los muchachos eran ejecutados y vestidos con uniformes camuflados para mostrarlos como guerrilleros abatidos en combate. Los militares buscaban con eso condecoraciones y «premios» como días de descanso.

Según cifras oficiales, estos casos han dejado más de 3.000 víctimas en medio del conflicto armado que azota a Colombia y más de 1.600 investigaciones que involucran a casi 4.000 miembros de la fuerza pública.

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