Ankara, 21 mar (EFE).- El fundador y voz dirigente de la guerrilla kurda del PKK, Abdulá Öcalan, ha pedido hoy de nuevo a esta organización que celebre un congreso para decidir sobre el fin de «cuarenta años de lucha armada contra la República turca», un mensaje que Ankara ha valorado como «positivo».
Con este congreso «entraremos en un periodo para vivir como hermanos en democracia», anunció el encarcelado dirigente del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), mediante una carta leída ante miles de kurdos que celebran la festividad del «Nouruz» o año nuevo.
«Considero que es histórico y necesario la celebración de un congreso del PKK para acabar con cuarenta años de lucha armada contra la República turca», reza la carta.
Öcalan, que cumple cadena perpetua en una cárcel turca desde 1999, aseguró que la lucha del PKK está en un «umbral histórico».
«La dolorosa lucha de los 40 años de nuestro movimiento no ha sido en vano pero ha llegado a una etapa en la que no puede continuar», añadió.
«Tenemos la responsabilidad de iniciar un nuevo proceso», anunció el dirigente kurdo.
«El congreso debería determinar una nueva estrategia para terminar la lucha armada», señaló, repitiendo una idea que ya manifestó a finales de febrero a través de un comunicado.
El mensaje de Öcalan fue leído hoy por diputados del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos ante miles de kurdos que celebran en la ciudad de Diyarbakir el Nouruz, una de las fiestas más importantes de este pueblo y cargada de simbología en la lucha contra Turquía.
Ese congreso extraordinario del PKK debería servir, según Öcalan, para «iniciar un nuevo periodo basado en la ciudadanía constitucional y una vida en igualdad y libertad».
«Estamos pasando del proceso de lucha al proceso de paz», explicó.
Para Öcalan, su petición de que el PKK debata el fin de la lucha armada es una llamada a «revisar, restaurar y reconstruir» el pasado y el presente de los kurdos y los turcos de toda la región.
El fundador del PKK consideró a los yihadistas del grupo Estado Islámico como la actual «opresión del imperialismo capitalista» y los acusó de haber cruzado los límites de la barbarie.
«La crisis del neoliberalismo en el imperialismo capitalista está destruyendo nuestra región y llevando a luchas étnicas sin sentido», denunció.
La primera reacción del Gobierno turco llegó por boca del viceprimer ministro, Bulent Arinc, que calificó de positivo el mensaje de Öcalan.
«Este mensaje es positivo en todas sus dimensiones. Lo considero también un éxito del Gobierno y de nuestro presidente», dijo Arinc.
El PKK y el Gobierno turco llevan inmersos desde comienzos de 2013 en un frágil proceso de paz que ha servido para reducir al mínimo los choques armados pero que parece no avanzar.
El PKK acusa al Gobierno de no haber pasos concretos para aumentar los derechos de la minoría kurda mientras que Ankara recrimina a la guerrilla que no haya cumplido totalmente su compromiso de retirar a sus fuerzas de suelo turco.
El PKK comenzó su enfrentamiento con el Estado turco en 1984 con el objetivo de lograr la autonomía para los 12 millones de kurdos que viven en Turquía.
La lucha por la independencia se ha ido transformado en los últimos años en una exigencia de más derechos culturales, lingüísticos y políticos.
Se calcula que unas 45.000 personas han muerto desde entonces en esa guerra no declarada entre la guerrilla y el Ejército turco.