«…la felicidad nace de la justicia y la justicia nace del bien de todos…»
Ciro Alegría
El pasado martes 24 de marzo, al ser las dos de la tarde y para «quemar» tiempo mientras se iniciaba la transmisión desde el Plenario de la Asamblea Legislativa -sugiero escucharlo, con actitud analítica por favor, siempre que les sea posible para que descubran quienes defienden realmente los intereses del nuestro pueblo y quienes pretenden arruinarlo día a día- me puse a «recorrer» el dial y dí con un programa transmitido por una de las emisoras más populares, antes de capital costarricense y ahora en manos de una transnacional de la desinformación que por cierto también es dueña, para nuestra vergüenza, de cuatro o cinco FM más.
El tema a tratar era el de la distribución de los ingresos de todo el país entre todos sus habitantes, dicho con el ejemplo que el conductor del programa planteó: si Costa Rica fuese una casa con diez habitantes y tuviese ingresos de cien colones por año, ¿con cuántos colones se quedaría cada uno de los habitantes y por qué?. Para aclarar esta cuestión él había invitado a dos connotados -según decía- economistas pertenecientes a una Academia Costarricense del ramo que por cierto, y esto lo digo yo, es totalmente defensora del sistema capitalista neoliberal vigente y, dicho sea de paso también, la única que consultan nuestros más escuchados medios de «comunicación». A más no haber me puse a escuchar atentamente el desarrollo de esta realmente delicada temática.
Al cabo de una hora y resto y después de que los «doctos» estos habían citado un tanate de estadísticas, estudios y demás fuentes, llegaron a la conclusión brillantísima -obvia para cualquier hijo de vecino con un tantito de sensibilidad social- de que existe una marcada diferencia entre el quintil que recibe más ingresos y el que recibe menos, de manera tal que si los ingresos totales conforman un queque, al partirlo y distribuir sus partes, las dos personas más favorecidas se quedarán con dieciocho partes y a las dos menos afortunadas les tocara recibir dos partes solamente. A estas alturas, eso sí, habían repetido machaconamente la advertencia de que estas conclusiones no son totalmente seguras por que existen estudios que la confirman y otros que las niegan. El asunto se fue poniendo cada vez más neoliberal en la medida que se desarrollaron los siguientes temas: cuando se le preguntó a los economistas sobre la naturaleza del queque contestaron que está constituida por la masa salarial y que, quienes la reparten son los patronos agregando que el criterio para distribuirla entre los trabajadores, es el grado académico que estos poseen de manera tal que, a mayor grado, mayor salario advirtiendo, eso sí, que se contratan con mayor facilidad a las y los profesionales en las especialidades tecnológicas que los empresarios necesitan advirtiendo los economistas que es preferible que el trabajador se quede con un título de técnico pues, como los atestados universitarios en grado y posgrado exigen mayores retribuciones laborales, los patronos no los contratan. Naturalmente defendieron, acto seguido, al los TLC, en particular al de 2007 con Norte y Centro América más República Dominicana, aunque reconocían que algunos estudios lo criticaban y, eso sí, otros los apoyaban. El entrevistador les preguntó que cuáles patrones pagaban mejores salarios y los académicos afirmaron que el mejor pagador era el Estado costarricense conformándose un coro -entrevistador y economistas- que, de inmediato planteó la urgente e inapelable, para ellos, necesidad de nivelar los salarios para abajo desde luego, esto es que, en aras de la austeridad que la crisis impone, a las y los empleados estatales se les debía pagar igual que a los del sector privado, eliminándoseles además, las anualidades, y demás pluses y, de inmediato, empezar a renegociar y ojala eliminar las convenciones colectivas, para así erradicar todos los privilegios que ellas permiten. Para estos secuaces de los patronos más desalmados, los legítimos derechos laborales, que tanto sudor lágrimas y sangre le ha costado a la clase trabajadora reivindicar, son simples favoritismos o ventajas que deben ser eliminadas de inmediato para que sus costos vuelvan graciosamente a manos de los zánganos y explotadores patronos. Realmente dan lástima estos trabajadores, periodistas y economistas en este caso, traidores de su clase. Pero el asunto no paró allí.
Para seguir defendiendo los intereses de sus patronos dueños de la emisora y de las entidades para las que laboran los economistas «formadores de opinión pública», ignoraron por completo temas fundamentales como los siguientes:¿quiénes son legítimos los dueños de la «panadería»?, ¿quiénes no solamente producen las materias primas del queque sino que lo construyen?; si se entiende que el queque real es el PNB menos el precio de las materias primas, desgaste de las maquinarias, alquileres, etc, esto es, las ganancias netas que debiesen repartirse entre las y los trabajadores ¿por qué solo se le reparte al sector laboral los salarios, cada vez más reducidos y quiénes se quedan con el resto de la ganancia?; ¿qué pasa con quienes desertan o no pueden acceder al sistema educativo?; ¿quiénes realmente y con qué derecho, determinan el monto de los salarios, la necesidad y vigencia del Derecho Laboral y, por ende de las convenciones colectivas, si el país requiere o no profesionales del más alto nivel mediante la realización de los estudios respectivos y el derecho, por cierto inalienable, de todas y todos los seres humanos de culminarlos exitosamente?. Las respuestas a estas fundamentales interrogantes jamás serán planteadas en estos programas de emisoras defensoras de la argolla capitalista pues dejarían al desnudo que, esas «roscas», le roban constantemente -por eso son tan ricas- al menos la mitad del queque real a quienes, con constante esfuerzo, sacrificio y privaciones, lo crean en su totalidad y que, por ende, son sus dueños.
Luego de muchos años de leer y tratar de entender las tesis más importantes de la Ciencia Económica vigente en Occidente y, en particular, en Costa Rica, he llegado a la conclusión de que simplemente ésta es un gran constructo teórico que, a partir de supuestos e hipótesis planteadas en un galimatéico -enredado- lenguaje y sacadas, más que de la realidad concreta, de un manipulado imaginario, tiene como único propósito la irrestricta defensa del homicida y ecocida sistema capitalista imperialista, hoy neoliberal.
Y, cuando sus teóricos se ponen medios reformistas, salen con cada perogrullada como la de uno de sus solapados representantes, el francés Thomás Piketty, que pretendiendo abrirse un callejón, más que camino, entre K. Marx y J.M. Keynes, se da el tupé de emplear cerca de 700 páginas para, con datos y estadísticas extraídos de los últimos 250 años de historia económica mundial, demostrarnos lo que todos los pobres, a fuerza de padecerlo, sabemos: que la desigualdad entre ricos y pobres generada por el capitalismo crece de manera irreversible; de feria propone que, la solución a la misma, sería compensar de una u otra forma a los insolventes con el producto de «impuestos progresivos» y un gravamen que universalmente se le impondría a las y los ricos de este destartalado mundo. ¡Como si fuese tan fácil conseguir que los poderes legislativos, en manos generalmente de capitalistas y/o sus títeres, aprobasen la legislación impositiva correspondiente!
En el volumen número uno de su obra El Capital, escrita aproximadamente siglo y medio antes de la casi homónima de Piketty, Karl Marx plantea el siguiente texto: «La acumulación de riqueza en un polo es al mismo tiempo, pues, acumulación de miserias, tormentos de trabajo, esclavitud, ignorancia, embrutecimiento, y degradación moral en el polo opuesto, esto es, donde se halla la clase que produce su propio producto como capital» (Nueva York: Internacional Publishers, 1967, p.645) Y, absolutamente consecuente con esta afirmación, producto de un riguroso y extenso estudio del capitalismo y sus criminales efectos sobre el mayoritario sector de la humanidad -el laboral- despojado mediante todo tipo de antiéticas matráfulas e ilegales maniobras, de los medios de producción de su época, agrega de manera mucho más elaborada y argumentada, lo que, por cierto ya había planteado años antes en texto escrito con Engels -el Manifiesto Comunista- esto es que, las y los trabajadores del mundo, debían ineludiblemente unirse para, conformando una fuerza incontenible, rescatar de las corruptas manos de la argolla dominante ladrona, los medios de producción para ponerlos de inmediato al servicio del la conquista del bienestar integral para toda la humanidad, Para lograr este redentor propósito, Marx plantea dos vías, la revolucionaria, hoy por ejemplo Cuba y Viet Nam y la electoral verbi gracia: Venezuela y Bolivia, pero siempre destacará que la base fundamental de todo cambio realmente radical y positivo para el Pueblo trabajador, honesto y creador del Bienestar Integral General es la unidad popular, su concientización, su movilización y sus inclaudicables luchas hasta su justa victoria . Como final y fundamental ejemplo que debemos estudiar para aprender mucho de el, es el que nos legó, en México, Lázaro Cárdenas quien, a partir de su triunfo electoral que lo llevó a la presidencia del hermano país del norte en 1934, invitó enégicamente a su pueblo trabajador a organizarse, situación que se concreta en 1935 con la creación de sindicatos unidos en federaciones y confederaciones en sectores tan importantes como el agrario, el de la electricidad y comunicaciones, el petrolero, etc.
Apoyado en este pueblo unido, en 1936 repartió, en una verdadera Reforma Agraria, veinte millones de hectáreas a los campesinos y, en 1937 se decide a detener radicalmente el robo descarado que las transnacionales petroleras le hacían a su pueblo impunemente y, en marzo de 1938, apoyado entre otros por el Secretario General de la Confederación General de Trabajadores mexicanos, Vicente Lombardo Toledano -¡estudiarlo por favor!- firma el decreto de nacionalización del petróleo y empieza el progreso integral de México, que termina con la traición de los gobernantes de las últimas décadas del siglo pasado y lo que llevamos del presente que, luego de narcotizar al pueblo a base de aparatos ideológicos -Televisa por ejemplo- y de oprimirlo mediante la represión más descarada y salvaje, le entregan México a las transnacionales -en particular con la firma del TLC Canadá, EEUU, México- situación que se consolida fatalmente con la desnacionalización petrolera que impulsa a sangre y fuego el actual mandatario Enrique Peña Nieto. Sirva esto para reconfirmar que solamente la unión consciente, organizada y combativa del Pueblo, puede garantizar su integral bienestar a partir de la socialización de los medios de producción, ¡¿a qué esperamos para unirnos?!
Post Data: A como están las cosas en nuestro país yo le sugiero a don Luis Guillermo Solís Rivera que siga en ejemplo de Lázaro Cárdenas llamando a la organización popular, mediante la activación de las Asambleas Ciudadanas como llaman en el PAC a este fundamental recurso democrático que nunca han activado. De lo contrario lo van a defenestrar de la Presidencia.
Luis Ángel Salazar Oses es Profesor de Filosofía en la UCR.
Panga ,el problema es que no tenemos petroleo en CR Lo que tenemos es Recope,que es mas bien una carga.Tenemos empresas privadas en su mayoria de capital extranjero.,que si las asustas mucho se van .Somos una economia cada vez mas de servicios…y estos solo en el capitalismo sobreviven.
Cambiar el rumbo economico que el pais tomo desde hace anos seria la locura, Seria ser uno mas de los Alba….y estoy seguro que no queres eso para nuestra querida CR……