Panamá, 11 abr (EFE).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tras participar en la VII Cumbre de las Américas, partió desde Panamá a su país, donde para mañana han sido convocadas nuevas protestas contra su gestión en decenas de ciudades.
La última actividad de la mandataria brasileña en Panamá fue una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con quien acordó que hará una visita oficial a Washington el próximo 30 de junio.
Tras esa reunión, Rousseff abandonó el centro de convenciones Atlapa, donde aún no se había clausurado la cumbre y continuaba la segunda sesión plenaria, y se dirigió al aeropuerto para emprender el regreso a Brasil.
Para este domingo, diversos grupos sociales que no se identifican con ningún partido político han convocado manifestaciones contra el Gobierno de Rousseff, con las que pretenden tomar las calles de decenas de ciudades del país así como ocurrió el 15 de marzo pasado.
Ese día, las protestas contra la gestión económica de Rousseff y la corrupción en la empresa estatal Petrobras movilizaron a cerca de dos millones de personas en todo Brasil.
Las manifestaciones convocadas para mañana han sido apoyadas por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la principal fuerza de oposición, que invitó a los brasileños a dejar claro su rechazo al Gobierno.
«Los brasileños volverán a las calles» y dirán «que no aguantan más tanta mentira, la inflación sin control, el desempleo aumentando y un Gobierno que no gobierna», afirmó en un vídeo el senador Aécio Neves, líder del PSDB y derrotado por Rousseff en las presidenciales del año pasado por una diferencia de apenas tres puntos.
También este día, la firma Datafolha publicó en Brasil una encuesta sobre la opinión que los ciudadanos tienen del Gobierno de Rousseff, cuya tasa de aprobación se sitúa desde hace un mes en un escaso 13% y, según este sondeo, permanece igual.
La encuesta divulgada hoy señaló que un 60% de los brasileños desaprueba su gestión y que un 63% apoyaría que el Congreso someta a la presidenta a un juicio político con fines de destitución, por su presunta responsabilidad en las corruptelas que se investigan en la estatal Petrobras. EFE