viernes 24, marzo 2023
spot_img

Apoteósico inicio de la primera gira latinoamericana de Imagine Dragons

Santiago de Chile, 12 abr (EFE).- Imagine Dragons, la banda revelación del momento, inició esta noche en Santiago su primera gira por Latinoamericana con un apoteósico concierto ante 12.000 personas en el que presentaron los temas de su nuevo disco «Smoke and Mirrors».

El grupo de Las Vegas, cuyo nombre original es un anagrama de «Ragged Insomnia» (Andrajoso Insomnio), ya había visitado Chile con anterioridad.

En marzo de 2014, Dan Reynolds (voz), Wayne «Wing» Sermon (guitarra), Ben Mckee (bajo) y Daniel Platzman (batería) cosecharon uno de los éxitos más rotundos de la cuarta edición del festival Lollapalooza.

Ésa fue la primera ocasión en que la banda, ganadora de un Grammy y cinco Billboards, pisó un escenario en América del Sur y aunque estaba muy lejos de «la ciudad del pecado», la acogida que le dispensó el publico chileno le hizo sentirse como en casa.

Por eso, Imagine Dragons escogió nuevamente Santiago para iniciar su primera gira por Latinoamérica, que también les llevará a Argentina, Brasil, Colombia, Puerto Rico y México, para presentar las canciones de su último álbum, salido a la venta el pasado 17 de febrero.

«¡Llevo aquí desde las siete de la mañana!», clamaba con orgullo una sudorosa adolescente segundos antes de que Dan Reynolds y sus compañeros fueran recibidos con un griterío ensordecedor que casi silenciaba los primeros disparos sónicos de la recién estrenada «Shots».

«Gold», «Friction», «Polaroid», poco a poco la banda fue desgranando los temas del nuevo disco, que abunda en la fórmula ya conocida de rock alternativo y comercial con toques de pop y folk y una estructura anclada en el poderío vocal de Reynolds, con el apoyo de arreglos y coros épicos.

«Smoke and Mirrors», que ha contado con la participación del productor de hip hop inglés Alexander Grant (Alex Da Kid), sucede al exitoso «Night Visions» (2012), su álbum de debut, con el que la banda llegó a vender cuatro millones de copias y que se convirtió en el disco más reproducido en Spotify en 2013.

Casi enajenados, los seguidores de los dragones imaginarios se desgañitaban esta noche gritando «It’s time», «Demons», la canción que compusieron para una fundación de lucha contra el cáncer, y «I bet my life», el tema que narra la a veces tensa y difícil relación de Reynolds con sus padres.

Porque las canciones de Imagine Dragoons están cargadas de tragedia y frustración, pero también de esperanza. Para ellos componer música es una especie de «proceso terapéutico».

La búsqueda constante de una experiencia sonora original ha llevado a Imagine Dragons a explorar diferentes estilos musicales, desde los ritmos africanos y latinos a la música electrónica, el folk y el rock.

Y en directo la débil presencia de las guitarras pasa desapercibida ante el poderío de la percusión, que cuando todo el grupo se vuelca sobre tambores y bombos recuerda a The Blue Man Group y Mayúmana.

Inicialmente el cuarteto tenía previsto dar el recital en el Movistar Arena a media capacidad, pero la rápida venta de las entradas, con precios entre los 30 y los 80 dólares ( entre 28 y 75 euros), hizo que los organizadores se decidieran a ampliar el espacio, repleto esta noche de un público inusitadamente joven para un recital de rock.

Declarado fan de bandas tan dispares como Muse, Arcade Fire o Paul Simon, Reynolds, a quien su maestra de español apodó «Danielito», no dejó de dar las gracias a los seguidores, a los que prometió regalarles «la mejor noche de su vida», aplicando la honestidad artística por encima de cualquier otra consideración.

El éxito de su primer álbum se debió en gran medida al sencillo «Radioactive», que logró nueve discos de platino y que tiene el récord de ser el más vendido en formato digital de la historia.

Con este canto al apocalipsis, considerado por la revista «Rolling Stone como «el mayor éxito rock del año 2013», la banda alcanzó esta noche el clímax del concierto. En pocas ocasiones el Movistar Arena ha sido escenario de tanta intensidad musical, de una catarsis tan energética.

Es paradójico que a Imagine Dragons ahora les cueste tan poco conquistar el corazón del público, como hicieron cuando llegó el turno de «On top of the World», un canción que en su primer recital en Chile dedicaron a una joven fan muerta días antes.

Tres o cuatro años atrás, su música no se entendía en los casinos y salas de «strip tease» de Las Vegas, donde solían tocar antes de convertirse en uno de los grupos de rock alternativo más exitosos del momento.

Los conciertos entre máquinas tragaperras y ruletas mientras tocaban versiones de The Rolling Stones o The Beatles les curtieron y permitieron ahorrar el dinero necesario para que un día pudieran explorar los sonidos que ahora les tienen «en la cima del mundo». EFE

Más noticias

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias