Pekín, 13 abr (EFE).- El exresponsable de la gestión de las empresas estatales de China, Jiang Jiemin, que también fue directivo de China National Petroleum Corporation (CNPC), la mayor petrolera del país, admitió hoy su culpa y pidió clemencia en el proceso en su contra por corrupción y abuso de poder.
«Confieso y me arrepiento de los crímenes que cometí. Reflexionaré sobre mis malas decisiones y aceptaré corregirlas para que pueda ser una persona útil para la sociedad», dijo Jiang en el juicio celebrado en la provincia central china de Hubei, según la agencia oficial Xinhua.
También dijo a la corte que «los hechos de los crímenes son claros y certeros», mientras las pruebas son «verdaderas y precisas».
Jiang fue acusado de «abusar de su posición» entre 2004 y 2008, cuando estaba al mando de la junta de accionistas de la CNPC, para ayudar a terceros a obtener derechos de explotación de gas y petróleo, entre otros, decisiones que «alteraron seriamente la gestión de las fuentes de petróleo y gas nacional y llevaron a graves pérdidas de la propiedad pública».
El acta judicial, citado por Xinhua, también dice que, supuestamente, el exministro de Seguridad que fue director general de CNPC entre 1996 y 1998, Zhou Yongkang, el más alto cargo político acusado de corrupción en décadas, le ordenó a Jiang que «abusara de su puesto».
Esta mención a Zhou es inusual, ya que normalmente el Gobierno no deja entrever los detalles de la acusación hasta que, si acaso, tenga lugar el juicio contra el sospechoso, que se estima inminente ya que la Fiscalía le ha acusado oficialmente.
Sobre Jiang, añade que entre 2004 y 2013 abusó de su poder para buscar beneficios para otros en proyectos de construcción y promociones, y que él mismo o a través de su mujer pidió o aceptó dinero y bienes ilegalmente por un valor de más de 14 millones de yuanes (2,28 millones de dólares) de «14 unidades e individuos».
A finales de agosto de 2013, poco antes de ser oficialmente detenido, las propiedades de Jiang y su familia «sobrepasaron aparentemente sus ingresos legales (y los de su familia)», añade.
Jiang, de 60 años y hasta su destitución presidente de la Comisión Estatal para la Supervisión y Administración de los Activos Estatales, se confesó «verdaderamente agradecido por la ayuda recibida del Partido Comunista, así como por la atención de toda la gente involucrada» en su caso.
El arrepentimiento oficial suele atenuar las sentencias en China, y si bien hoy los fiscales destacaron la multitud de pruebas en su contra, subrayaron «la voluntad de Jiang de cooperar durante las investigaciones y de confesar voluntariamente más detalles criminales desconocidos».
Se ignora cuándo podría revelarse la sentencia del acusado, aunque en grandes casos de corrupción similares celebrados en China se ha llegado a condenar a los reos a cadena perpetua.
A Jiang se le considera un miembro del entorno de Zhou Yongkang, con quien compartió cargos directivos en su época en CNPC.
Llevaba detenido desde septiembre de 2013, fecha en la que fue destituido de su cargo, y tras meses de investigación en junio de 2014 fue expulsado del Partido Comunista de China, lo que en la práctica ponía su caso en manos de los tribunales.
Cientos de antiguos altos cargos chinos han sido juzgados o están siendo investigados en la gran campaña anticorrupción emprendida por el presidente chino, Xi Jinping, desde su llegada al poder en 2013. EFE