Bagdad, 18 abr (dpa) – Miles de iraquíes que huyeron de Ramadi por temor al avance de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) se encuentran a las puertas de Bagdad, donde al parecer hoy se vivieron escenas de caos porque las autoridades niegan a los desplazados el acceso a la capital iraquí.
Decenas de miles de personas se encuentran a las afueras de la ciudad, a la intemperie, sin agua potable ni alimentos, según informaron activistas de los derechos humanos.
Masrur Aswad, miembro de la ONG Alto Comisionado para los Derechos Humanos, dijo que varias personas han muerto durante el viaje hasta la capital iraquí.
Las autoridades alegan que bloquean el ingreso de los desplazados por razones de seguridad y aseguran que con ello se quiere impedir que terroristas de EI puedan infiltrarse en Bagdad mezclándose con los refugiados.
La milicia yihadista llegó a Ramadi hace dos días. Las tropas del gobierno mantenían el control de los edificios gubernamentales y el centro de la ciudad, pese a que la mayoría de los pueblos alrededor de la capital de la provincia de Anbar está en manos del EI.
En Irak, las tropas del gobierno y las milicias chiitas luchan junto a combatientes kurdos contra el avance de Estado Islámico, que recluta milicianos entre la población sunita.
La provincia de Anbar va desde Bagdad hasta la frontera con Siria y Jordania por el valle del Éufrates. Un 90 por ciento de su población es sunita.
El canal de televisión estatal Al Irakiya emitía hoy continuamente videoclips con canciones de guerra. Sin embargo, aún no se anunció la ofensiva contra el EI en Anbar que se espera desde hace varios días.
El gobierno iraquí envió hoy refuerzos militares a Ramadi para respaldar a los que están defendiendo la ciudad.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, quien es también comandante supremo de las Fuerzas Armadas, había ordenado los refuerzos el viernes en respuesta a reiterados llamamientos de funcionarios locales y jefes tribales en Anbar, la mayor provincia de Irak.
Tropas del gobierno, apoyadas por aliados paramilitares, se enfrentaban hoy en el centro de Ramadi con extremistas, informaron medios iraquíes sin ofrecer cifras de bajas.
La irrupción de combatientes del EI en Ramadi, situada a 110 kilómetros al norte de Bagdad, forma parte de un contraataque en respuesta a una operación de gran envergadura lanzada hace más de una semana por tropas del gobierno y sus aliados paramilitares para expulsar a los yihadistas de Anbar.
El Estado Islámico, una formación escindida de Al Qaeda, comenzó en junio pasado una ofensiva en Irak y ya controla amplias áreas en el norte, dominado por sunitas, y en el oeste del país.
A principios de mes, las fuerzas de seguridad iraquíes y las milicias chiitas, respaldadas por los ataques aéreos internacionales, pudieron recuperar la ciudad de Tikrit que EI había conquistado antes tras un mes de combates. Los yihadistas controlan además amplios territorios en Siria.