¿Qué Dice el Banco Central?
“..las finanzas públicas continuaron siendo un tema de preocupación, toda vez que el Gobierno Central acumuló un déficit levemente superior al del 2013 y, aunque su financiamiento no se manifestó en presiones adicionales sobre las tasas de interés internas (debido al uso de recursos externos y de fondos provenientes de los bancos comerciales locales y de entidades públicas), el Banco Central considera que la tendencia creciente de la razón de deuda pública al Producto Interno Bruto (PIB) constituye un riesgo para la estabilidad macroeconómica en el mediano plazo”.
La diferencia entre los ingresos y los egresos del Estado ronda el 6% del PIB, una suma cercana a lo que se dedica a la educación pública. Diferencia que solo puede ser financiada mediante un endeudamiento que agrava las condiciones del país.
Pero la discusión acerca del déficit fiscal no es solo una cosa de números, se trata de algo que tiene que ver de manera directa con la calidad de vida de la gente.
La atención debe concentrarse en cuáles deben ser las funciones del Estado, y por lo tanto, en qué y cómo se gasta sus ingresos.
Tales funciones responden en primera instancia a la naturaleza del sistema social establecido a través del desarrollo histórico de cada pueblo.
Se debe tomar en cuenta que El Estado está constituido por leyes que emanan del poder político y que este poder está sujeto a la lucha de intereses entre los diversos sectores sociales.
Los equilibrios o desequilibrios, siempre dinámicos, entre los sectores sociales, son lo esencial en el rumbo de la acción política, y, por ende del rumbo mismo del Estado.
La incapacidad del capital para mantener un ritmo acelerado de crecimiento manifiesto desde los años 80 le hizo derivar sus intereses hacia la globalización, o lo que es lo mismo hacia la desregulación. “El Estado no puede resolver problemas, porque el problema es el Estado” manifestó desde sus inicios el neoliberalismo.
Efectivamente, para que el capital pudiese seguir ampliándose era necesario hacer renacer al “dejar hacer dejar pasar”. Nada que entorpeciera la acumulación de capital debía quedar en pie. En Costa Rica, está política fue bautizada por el economista Eduardo Lizano como la de permitir a los empresarios “hacer clavos de oro”.
¿Qué Dice el Banco Central?
“El comportamiento de las finanzas públicas llevó a que el saldo de la deuda total del Sector Público ascendiera a ¢15,7 billones en diciembre del 2014 (59% del PIB), que implicó un incremento en la razón de deuda de 3,5 p.p. con respecto a lo observado un año antes
En el caso particular del Gobierno Central, su razón de deuda a PIB se ubicó en 39,5% (36,3% un año
“ el incremento en la carga de deuda del Gobierno pone de manifiesto la vulnerabilidad de su situación financiera para los próximos años, toda vez que, en ausencia de una reforma fiscal estructural que contribuya a generar el superávit primario requerido, la razón de deuda a producto mantendrá su tendencia creciente hacia niveles no sostenibles en el mediano plazo”.
El cuadro que ahora se nos presenta es complejo. El poder del capital exige cada vez menos obstáculos y utiliza todos sus recursos, desde los organismos financieros y la prensa a su servicio, hasta sus fuerzas militares, para doblegar a los pueblos y los gobiernos que intenten oponer resistencia. Por otro lado la vuelta al pasado no solo es imposible sino inconveniente pues sería negar que también su esencia correspondió a las necesidades del capitalismo y dio lugar a graves hechos de corrupción.
A los sectores populares les corresponde la urgente tarea de aclarar, sin eufemismos, las condiciones objetivas que definen a nuestra sociedad y crear nuevas condiciones de organización y de lucha que procure soluciones nuevas para el desarrollo de la convivencia social.
En el centro de esas nuevas formas debe ubicarse la discusión acerca de cómo debe generarse y distribuirse la riqueza. Esta distribución de la riqueza solo puede lograrse impulsando nuevas formas de organización productivas, mejores condiciones de trabajo para los asalariados, y más altos impuestos a la renta para utilizarles en educación, vivienda, salud, agua, infraestructura, investigación, conservación ambiental, desarrollo cultural, etc.
La discusión acerca de cómo debe organizarse el Estado y cómo se deben emplear los recursos fiscales no puede verse como etapas separadas. En pocas palabras deben contestarse las preguntas: ¿para qué se necesitan más impuestos y cómo se deben administrar?
Pero la búsqueda de respuestas no se puede hacer desde el inmovilismo. Los capitalistas no solo no quieren pagar sino que además apoyan de manera descarada la evasión fiscal, como lo demuestra Álvarez Desanti , diputado del PLN, al anunciar una guerra abierta al proyecto de ley para combatir el fraude fiscal. Enfrentar con firmeza tal posición es abrir el debate e impulsar la organización necesaria para lograr la reforma fiscal necesaria y urgente. Debemos revertir el dictado neoliberal y afirmar que “El Estado es un grave problema, cuando solo está al servicio del poder económico”
El FAU aportará el trabajo de los meses siguientes a impulsar el debate y la organización requerida para hacer realidad la reforma fiscal necesaria.
(*) Frente de Acción Unitaria (FAU)