Columna “Pensamiento Crítico”
Introducción
El Gobierno PAC-Solís (en adelante bajo las siglas GPS) no entiende que su problema mayor de gobernabilidad NO radica en las personas NI en su buena voluntad y confianza, sean éstas o no dirigentes del PAC, o sean parte de la Oposición.
Viene ignorando que el problema proveniente de una estructura política que no funciona al estar totalmente superada por las circunstancias históricas; y por seguir la clase política de la Partidocracia aferrada a sus viejas máximas y agobiantes procedimientos al uso.
Pero, en lugar de emprender cirugías mayores, en el GPS juzgan miopemente que basta con podar la llamada “tramitología” del sistema de siempre y con remover a los titulares que fallen en los altos puestos de aquélla Administración llamada “Administración Activa” por la Contraloría.
Lo anterior puede extrañarnos y hasta sorprendernos. No así el que los defensores del sistema político actual del ahora reciclado PLUSC -amalgama tenebrosa del PLN con el PLUSC- clamen por más “ley y orden” dentro de la misma estructura que tiene amarrado con camisa de fuerza al GPS, ocultándonos que se ha vuelto una entelequia obsoleta e inservible para gobernar, que requiere ser cambiada de pies a cabeza mediante profundas reformas de alto valor agregado –NO con “parches” a lo acostumbrado-, especialmente si se quiere construir una democracia eficiente, abierta y transparente de tipo pluralista y participativo como aspiran los sectores progresistas en el PAC, el Frente Amplio y el movimiento social.
Necesidad y urgencia de un cambio de régimen en democracia
Entendámonos: no proponemos al GPS ni ningún partido o fuerza sociopolítica, se pongan a impulsar una tan vasta transformación de la Democracia Presidencialista de golpe y porrazo, de un día para otro; sea mediante una ruptura violenta ejecutada “desde arriba” (asalto al poder, “Putsch” o “Coup d´état”), o bien, una lanzada “desde abajo” (Revolución, sublevación popular) o, como la llamó Lenín, un “festival de los oprimidos”.
En vez de eso, hablemos de que aún es factible –aunque no queda mucho tiempo disponible antes de sufrir un cataclismo político en ciernes, tal como lo hemos señalado en columnas anteriores insistentemente- impulsar un proceso de reformas políticas de fondo, negociadas y pactadas a distintos plazos y con fases bien definidas y escalonadas. En cualquiera de los casos, el cambio, sea pacífico o no tan pacífico, se impone. Y ojala lo sea una transformación para Bien, es decir, para “Mejor Vivir” tanto como para “Mejor Gobernar”.
Por lo anterior y, además, por carecer de una agenda política conectada a un proyecto de transformación visionaria de corto/largo plazo, es que el GPS es instrumento y a la vez víctima de unas circunstancias intratables. A un año en el poder no maneja, ni podrá manejar en esa tesitura, el aparato estatal sin contar con esos elementos de estrategia, colocados frente a sí como sus “Guías Maestras”. Tampoco podría darle rumbo preciso al conjunto del sistema político y mucho menos al país, como lo prometió.
Para lograrlo, el GPS tendría que dedicar “tiempo real” de su agenda -y sin florida retórica- a promover una REFORMA ESTRUCTURAL POLÍTICA, como tarea prioritaria de gobierno, a fin de al menos preparar y facilitar desde ahora una transición viable hacia alguna modalidad de régimen parlamentario, que sirva como propuesta y hoja de ruta, o diseño, para avanzar hacia una NUEVA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA.
Otra democracia es posible
Hablamos aquí entonces de una Democracia, que sea realmente de los Ciudadanos y no solo de los Partidos, como lo es la nefasta Partidocracia reinante del PLUSC, ahora metamorfoseado y reforzado.
Si el GPS se comprometiera con un proyecto político alternativo, podría quizás aspirar a lograr un modo de gobernar con buen sentido; y hacerlo a lo largo, NO de una, sino de varias Administraciones. O bien, al menos podría intentar abrir y preparar el mejor camino posible para que la transición sistémica pueda ser llevada a buen puerto por los sucesores de otras tiendas.
Si el GPS del todo NO quiere NI se las agencia para avanzar es esa dirección -y es impensable que lo haga la contrahecha Partidocracia del ahora recompuesto Bipartidismo del PLUSC-, entonces es necesario y hasta preferible pensar en que, al final de cuentas, lo hagan OTRAS fuerzas sociales y políticas disponibles, progresistas y democráticas, con líder(es) y partido(s) diferente(s), eso sí: situados a la altura de las exigencias que conlleva un cambio histórico-estructural con la envergadura del aquí propuesto.
Ahora bien, de no transitar el GPS en definitiva por un rumbo visionario de altura y, en consecuencia, volverse políticamente impotente para enfrentar la crisis de inestabilidad e ingobernabilidad con objetivos y metas estratégicos, nos colocaría más adentro de lo que ya estamos en la inquietante antesala de una crisis mayor de régimen, la que podría pronto precipitarse como un verdadero Tsunami político.
Conclusión
Si es ése el fatal destino del GPS, los dirigentes del PAC deben desde este mismo momento esperar el más duro veredicto negativo y el repudio de la ciudadanía para los jerarcas y el partido. De seguro, la opinión pública los calificará como una Administración perdida, que ya lleva haciendo fila todo un año hacia el cementerio político donde están los últimos mandatarios y gobiernos inútiles de la Partidocracia, por incapaces que fueron de cumplir sus promesas de campaña y de afrontar los más graves retos de nuestro desarrollo integral, en especial los del remozamiento de nuestra vetusta, estancada y maltrecha Democracia.
No hay, pues, que perder de vista que esos gobiernos de la Partidocracia neoliberal, no solamente frustraron las expectativas de cambio de la ciudadanía volviéndose Administraciones insustanciales, casuísticas y reactivas, sino que encima de ello dejaron gravísimos problemas nacionales agudizados y amontonados sin solución desde la política, dando así muestra cabal de su esterilidad e ineficacia, ineficiencia e improductividad; lo mismo que de su ceguera frente a la crisis política en que nos hallamos y la mayor que se avecina.
¿Querrán verdaderamente los adalides del GPS seguir “jugando de casita” y contribuir a adentrarnos todavía más en ese siniestro y aciago precipicio, donde lo más probable es que fuerzas conservadoras salidas principalmente de la derecha y la ultraderecha, todas desleales a la Democracia, salten al escenario de la política y se apresten a golpearla hasta quebrarla y hundirla en las garras de alguno de los autoritarismos en boga?
Aún les queda algo de tiempo para pensarlo…y decidir.
(*) José Luis Vega Carballo es Catedrático de Sociología Política de la UCR
Presidente Luis Guillermo Solis, llame urgente a Vega Carballo para que lo ilumine, él tiene las respuestas que usted requiere para que su su gestión sea un éxito.