10 COMENTARIOS

  1. «Solo lei menos de la mitad, y creo que lo demas es lo mismo, un puro bla bla bla…». (sic). «A confesión de parte, relevo de pruebas». ¿Cómo es que se lee «menos de la mitad» de un texto y se concluye que todo ese texto es, en la introspección del comentarista, blablá? A eso se le considera así, como lo declarado «creencia», o ¿heurística, empirismo, intuición…quizás? Quedamos a la espera de que el comentarista, de manera fundada, «racional», y no sobre la base del «sentido común» y de lo que es «obvio», haga valer su comentario. No dudo que este distinguido medio brinde la oportunidad de publicar el artículo correspondiente. En otro orden de ideas, ¿qué podría decir un juez al peguntarle a un letrado: ¿cuál es su fundamento legal?, y el letrado responda «ley de vida»? ¿Qué diría el Colegio de Abogados sobre esto? ¿A no ser, desde luego, que la «ley de vida» sea una posición darwinista implícita y los «subdesarrollados» deban aceptar su destino impuesto por otros? Una cosa es cumplir requisitos por la naturaleza del empleo y la otra es la imposición y, de paso cobrada, de requisitos infundados e ilegales en un Estado de Derecho. No confundamos ser médico, abogado, etc., para lo cual existen los colegios profesionales, con un simple idioma como el inglés, que se encuentra a la deriva desde décadas atrás por la «creyencería» de unos pocos a cargo de la educación nacional, en perjuicio de todos. La pregunta es sencilla: ¿Cuál ley de La República dice que el inglés es un requisito? Sus promotores no han contestado. ¿Por qué en las resoluciones no se habla, por ejemplo, de otras pruebas estandarizadas en otras lenguas? ¿Porque es «obvio», «de sentido común», de «mi gusto personal», «porque la vida así lo «destina»? Evidencia científica independiente, por favor. Un cordial saludo, Gerardo Barboza.

  2. Because English is the universal language to make business… Hasta usted lo puede ver en la calle, con la creciente presencia de la publicidad en inglés. No hace falta ninguna ley para decretarlo como oficial, simplemente transformarlo en requisito obligatorio y no optativo. Aparte de que en este país se promueve la inversión extranjera directa y no el fomento de pequeños y medianos emprendimientos locales… Y si para negociar con gente de afuera se debe saber inglés (requisito obligatorio, no optativo), hay que saber hablar inglés. Su punto es coherente, objetivo y racional don Gerardo, sobre la imposición del inglés como posible lengua hegemónica, pero, la realidad es que si ni siquiera los compatriotas que tienen capital desean invertir en el país, sino que prefieren hacerlo donde los costes sean menores (fuera de aquí), pues, tenemos que jugárnosla con la inversión que hagan aquellas empresas o empresarios que -además de saber inglés- quieran reducir sus costos en otros país, entre ellos, Costa Rica. Que eso haya generado un boom de instituciones que hagan sus ganancias a partir de la enseñanza de otra lengua, es secundario, especialmente porque la enseñanza del inglés en la educación primaria y secundaria es mediocre, además de que no cuenta con el mismo número de horas que las de la enseñanza del castellano, o de cualquier otra lengua. Al final, nos sometemos al mercado: oferta (de lenguas) es menor que la demanda (de lenguas), por lo tanto, su precio es más alto, incluso el de aquellos oferentes que tienen programas de enseñanza mediocre. Eso funciona como el mercado de los limones, pero diay, ni modo, hay que saber hablar inglés…

  3. “Because English is the universal language to make business…”

    Don Manuel, do you mean “to do business”? And I don’t quite agree that English is “the” universal language. But I’ll elaborate on that in a new op-ed. In the meantime:

    Lo cito: “No hace falta ninguna ley para decretarlo como oficial, simplemente transformarlo en requisito obligatorio y no optativo”. Costa Rica es un Estado de Derecho. Cuando la Asamblea Legislativa así lo apruebe, entonces se puede “transformar” el inglés en un requisito, antes, no podemos andar haciendo “nuestra propia ley”, nos guste o no.

    “Aparte de que en este país se promueve la inversión extranjera directa y no el fomento de pequeños y medianos emprendimientos locales…”. Muy de acuerdo con usted. Es precisamente lo que apunté en el artículo. La política de empleo está balanceada a favor de un grupo ocurrente, el mismo que trae inversión extranjera directa anglófona y que hasta un presidente es salesman de ese grupo, en tanto el resto de la población no tiene empleo.
    Para el que no hable inglés, entonces sus oportunidades se disminuyen en su propio país, ¿por qué?

    “Y si para negociar con gente de afuera se debe saber inglés (requisito obligatorio, no optativo), hay que saber hablar inglés”. Pues en el foro de las Naciones Unidas, por ejemplo, el mayor foro de negociación mundial, no he observado que a sus miembros se les obligue a hablar en una sola lengua, en este caso, el inglés. Cada quien tiene el derecho a hablar en su propia lengua.

    “…la realidad es que si ni siquiera los compatriotas que tienen capital desean invertir en el país, sino que prefieren hacerlo donde los costes sean menores (fuera de aquí), pues, tenemos que jugárnosla con la inversión que hagan aquellas empresas o empresarios que -además de saber inglés- quieran reducir sus costos en otros país, entre ellos, Costa Rica”.
    Pues no sé, he observado que existen, por ejemplo, transnacionales bancarias, ferreteras, y automotrices cuyo origen es latinoamericano y no ponen al menos requisitos ilegales lingüísticos. ¿Seguro, don Manuel, que las empresas nacionales se van porque no quieren invertir acá? ¿Por qué será que no quieren? ¿Cuáles son las condiciones para las empresas de acá? ¿Cuáles son las condiciones para las extranjeras? ¿Tendrán los empresarios nacionales los mismos beneficios que las extranjeras, en zonas francas…, por ejemplo, fiscales, crediticios, políticos…? Un artículo suyo, don Manuel, sería estupendo para conocer por qué para las empresas extranjeras es tan apetecida Costa Rica y, para las nacionales, todo lo contrario. Quedo a la espera de su publicación.

    “Que eso haya generado un boom de instituciones que hagan sus ganancias a partir de la enseñanza de otra lengua, es secundario, especialmente porque la enseñanza del inglés en la educación primaria y secundaria es mediocre, además de que no cuenta con el mismo número de horas que las de la enseñanza del castellano, o de cualquier otra lengua”.

    ¿Y usted piensa don Manuel que esto es producto de la casualidad? ¿Que hacer la educación pública mediocre en lenguas –y en casi todo- ha sido un proceso “natural” por el que surge una oferta privada “salvadora”, que precisamente lucra con esa mediocridad? Este comentario suyo, don Manuel, es un aporte esencial para mi próximo artículo. Merci beaucoup!

    “Al final, nos sometemos al mercado: oferta (de lenguas) es menor que la demanda (de lenguas), por lo tanto, su precio es más alto, incluso el de aquellos oferentes que tienen programas de enseñanza mediocre. Eso funciona como el mercado de los limones, pero diay, ni modo, hay que saber hablar inglés…”.

    Muy bien, don Manuel, concuerdo con que es el “modelo de oferta y demanda”. ¿Significa que la oferta educativa, las pruebas estandarizadas y los materiales carezcan de base teórico-científica que se refleja en los resultados y pasen las décadas con un paradigma que en nada mejora la educación en lenguas en Costa Rica? ¿Tampoco hay derecho a pedir calidad educativa en esa “natural” oferta que surge de la “mediocridad” de la educación pública, supuestamente «natural» y, jamás provocada…?

    Al señor Moca, gracias por su participación. Dice Moca:
    “En aspecto laboral hay muchos requisitos que se van creando a través del tiempo y según las necesidades globales” (sic). Correcto, pero esos requisitos en un Estado de Derecho deben estar dentro del ordenamiento jurídico. O ¿la historia esclavista no cuenta sobre los “requisitos” por los que debían pasar los esclavos…? Cualquiera puede poner requisitos arbitrarios y ya conocemos la historia global… En un Estado de Derecho, no es así. Como en todo trabajo existen derechos y obligaciones, que deben ser debidamente amparadas a la ley, porque si no, algún ocurrente tiene un “requisito” y luego otro y otro, por “la libre”, no gracias. Costa Rica no es una monarquía…al menos constitucionalmente hablando… El efecto “natural” de la imposición del inglés como requisito es “de facto”, por lo tanto, a gusto de unos…

    “…en especial países como Costa Rica cuya fuente de empleo en un alto porcentaje es gracias a empresas transnacional y cuyo idioma empresarial es el inglés”. En esto estamos de acuerdo. La política de empleo impone un tipo de empleo y en democracia deben respetarse los principios de igualdad y de oportunidades. Y, si por ejemplo, ¿alguna persona del país decide mantenerse monolingüe? ¿No es su derecho? ¿Por ello entonces debe ser excluido de la oportunidad laboral decente y bien remunerada en su propio país, solamente porque no desea hablar inglés o cualquier otro idioma? ¿No es la exclusión sinónimo de discriminación y, en este caso, lingüicismo?

    “América latina es un mercado muy grande pero las mayores contribuciones a nivel mundial a un mercado global es en países cuya lengua de comunicación internacional es inglés”. (sic). Says who, Mr. Moca?

    “Me parece un artículo muy mal enfocado”. Me complace leer esto, porque quedo a la espera de “su” enfoque, que en la lógica, estaría “muy bien enfocado”, en un artículo debidamente fundamentado y publicado en este medio, de tal manera que todos podamos realizar el análisis de su contribución, pero, a la vez, un análisis objetivo, alejado de adjetivizaciones. Dudo que el contribuyente con tan poca referencia descalifique con una indicación del gusto personal un artículo publicado. We look forward to it, Mr. Moca.

    Los comentarios, todos enriquecedores, pero siguen ayunando de la respuesta esencial que conteste la pregunta: ¿cuál es la ley que en un Estado de Derecho señala el inglés como requisito para el trabajo y para la universidad en tanto ese requisito debe ser satisfecho por medio de pruebas estandarizadas infundadas y caras? Si un profesional en medicina, digamos, especialista en Oncología, debe ser evaluado, certificado, con todo el respeto, por un paramédico, ¿aceptaría esto el Oncólogo? ¿Cómo es que a excelentes profesionales en todas las áreas, bilingües, trilingües, políglotas, con excelente experiencia internacional se les impone una evaluación por medio de una insignificante prueba estandarizada para que ridículamente “certifique” su inglés? Concuerdo, reitero, con el aprendizaje de nuevas lenguas, pero no con un Estado complaciente con una sola y, tras de eso, discriminatorio de quienes no desean aprenderla, e irrisoriamente “certificado” por inservibles. ¿Esa es la “ley de la oferta y la demanda”…? Once again, sirs, I look forward to your papers, founded and published. You have the floor.

  4. Aunque casi monosilábico, un comentario esencial. La lógica se define como “la ciencia que se basa en las leyes, modalidades y formas del conocimiento científico. Se trata de una ciencia de carácter formal que carece de contenido ya que hace foco en el estudio de las alternativas válidas de inferencia. Es decir, propone estudiar los métodos y los principios adecuados para identificar al razonamiento correcto frente al que no lo es”. (http://definicion.de/logica/). ¡Esa es la definición de lógica que necesita el país!, aunque, ¿será “lógica” en parangón con “sentido común”, “la fuerza del mercado…” y demás subjetividades…? Porque si es esa, no hace falta buscar “pelos en la sopa”, son fácilmente localizables… Con esa “lógica” se han embolsado más de US$20.000.000.00…, con el “sentido común” del “requisito” ilegal en un Estado de Derecho, casi mudo en lenguas distintas a la materna y oficialmente constitucional.

  5. Don Gerardo dice…. para el que no hable inglés, entonces sus oportunidades se disminuyen en su propio país, ¿por qué?….es correcto¿ por que? solo los que aprenden Ingles tiene derecho a los trabajos en las empresas extranjeras , entonces solo sería beneficio para unos cuantos, no para todos en general,no es justo, y lo veo como una discriminación o querer imponer la lengua ingles y americanizar este país de Costa Rica…no falta poco para que nuestro país sea un Puerto Rico… !!que horrible!!

  6. Don Gerardo, no se desgaste con este montón de cabezas bajas. Ellos no entienden su punto: La exigencia de hablar un idioma distinto al español es ILEGAL. Y PUNTO. Que hablar idiomas de otros lados genere empleo y riqueza es otra cosa, pero su punto es que es ilegal y posiblemente también inconstitucional, y en eso usted tiene toda la razón.

  7. Son acertados y precisos los comentarios de Mariel y Andrey. Si se le hace caso al IV Informe Estado de la Educación, nos damos cuenta de que en este momento, la educación en Costa Rica favorece a ciertos grupos sociales y excluye a otros muchos. Con respecto a la enseñanza del inglés, en el artículo anterior de don Gerardo, el comentario que hizo el Sr. Cedeño es absolutamente correcto. No habría nada más que agregar.

  8. “Costa Rica es un Estado de Derecho. Cuando la Asamblea Legislativa así lo apruebe, entonces se puede “transformar” el inglés en un requisito, antes, no podemos andar haciendo “nuestra propia ley”, nos guste o no.” Sinceramente no entiendo su punto, ¿por qué la idea de legalizar una habilidad o destreza? En el artículo 18 de la CP dice que los costarricenses deben observar la Constitución y las leyes, servir a la Patria, defenderla y contribuir con los gastos públicos. Usted bien sabe que las pruebas que sostienen que este podría ser el artículo más violentado de toda la CP, simplemente llevarían nuestros brazos rápidamente hasta el agotamiento. Una ley no determina el comportamiento de un agente, por eso creo que normalizar una habilidad no sirve como argumento para justificar la “ilegalidad” de otros idiomas como requisitos obligatorios. El mayor problema aquí es tener que pagar por algo que forma parte del acervo cultural de la humanidad, y también es un problema querer permanecer monolingües sólo porque el idioma oficial decretado sea el español, y digo “sea” porque eso fácilmente puede cambiar a lo largo del tiempo con un plumazo. Y entiendo también como usted apunta críticamente, que en este país existen otras lenguas locales que no se enseñan ni son oficiales, pero, ¿sólo por eso vamos a hacerle caso a una ley y no a otra? Yo creo que no…
    “Pues en el foro de las Naciones Unidas, por ejemplo, el mayor foro de negociación mundial, no he observado que a sus miembros se les obligue a hablar en una sola lengua, en este caso, el inglés. Cada quien tiene el derecho a hablar en su propia lengua.” Claro, pero mientras cada miembro de ese foro habla, un mediador traduce a los que no comparten esa característica cultural. ¿O será acaso que usted también apunta a que sea requisito obligatorio que todas las organizaciones permitan a sus colaboradores hablar en el idioma oficial de su país, siempre y cuando haya alguien que medie entre ellos traduciendo palabra por palabra? Yo creo que no. Mejor, usted minimiza costos contratando gente que habla el idioma que necesita su organización, aunque la intención de su artículo sea una crítica a ello.
    “¿Seguro, don Manuel, que las empresas nacionales se van porque no quieren invertir acá? ¿Por qué será que no quieren? ¿Cuáles son las condiciones para las empresas de acá? ¿Cuáles son las condiciones para las extranjeras? ¿Tendrán los empresarios nacionales los mismos beneficios que las extranjeras, en zonas francas…, por ejemplo, fiscales, crediticios, políticos…? Un artículo suyo, don Manuel, sería estupendo para conocer por qué para las empresas extranjeras es tan apetecida Costa Rica y, para las nacionales, todo lo contrario. Quedo a la espera de su publicación.” Para ahorrarle la espera, le recomiendo un ejercicio: hágase de una empresa, y si ya tiene una, o dos o tres, coméntenos cómo la ha mantenido en pie desde que nació.
    “¿Y usted piensa don Manuel que esto es producto de la casualidad? […No…] ¿Que hacer la educación pública mediocre en lenguas –y en casi todo- ha sido un proceso “natural” por el que surge una oferta privada “salvadora”, que precisamente lucra con esa mediocridad? […Dios, no!!, pero tampoco los agentes involucrados, o sea, el MEP como ente rector, educadores y sindicatos, ayudan a cambiar esta dura realidad…] Este comentario suyo, don Manuel, es un aporte esencial para mi próximo artículo. Merci beaucoup! […De nada!…]” Yo tengo claro para qué $irve un $i$tema de educación e$tandarizado, y también tengo claro que $i $e de$ea adquirir habilidade$ que $e encuentren por encima de e$te e$tándar, e$o cue$ta caro.
    Para mí, el poder aprender otras lenguas no debería de costar nada, más allá del esfuerzo individual realizado por quien quiera aprenderla “como Dios manda”, por el simple hecho de que cada idioma forma parte del stock cultural existente en este mundo. Y, ¿quién desearía no ser cada vez más culto? El problema aquí, es que pareciera que más que requisito, el otro idioma se vuelve una característica que le da valor agregado al trabajador, y sin convertirlo en un artículo de lujo, simplemente por el hecho de que no es el único que habla ese otro idioma necesario para la organización, se le contrata porque lo maneja. Aunque, en un mercado laboral tan competitivo, con un indicador nacional de desempleo del 10%, lo único que resta es ser competente y competitivo.

  9. Muchas gracias don Gerardo Barboza por la atención brindada a mis inquietudes e interrogantes en esta materia tan delicada y que no es reductible al primitivismo de las leyes de la vida. No cabe la menor duda de que el inglés y otras lenguas modernas figuran entre las prioridades de la agenda cultural de un país que se dice soberano, pero que no es reductible a la que tienen algunos empresarios y sus organizaciones o cámaras, sino que va mucho más allá pues en nuestro caso el inglés no es sólo una lengua extranjera, sino un tesoro cultural que nos aportaron y cultivaron los afroantillanos en el Caribe de Costa Rica, un tesoro que no hemos sabido valorar.Reclamamos el derecho a conocer el inglés, el francés, el alemán y el italiano, entre otras de esas lenguas como valiosas herramientas culturales para enriquecer nuestro horizonte cultural y expandirlo. Como no, se trata de un inglés que también nos puede servir para apreciar las obras teatrales de Shakespeare, la poesía de Edgar Allan Poe o las pegajosas melodías de los Beatles. Una lengua, cualquiera que ella sea es el patrimonio cultural de uno o varios pueblos o comunidades culturales, al introducirnos en sus recovecos y expresiones más propias es como si estuviéramos tocando su alma y sus sentimientos más profundos. El inglés y el castellano de las américas merecen tanto respeto como cualquiera otra y no son simples herramientas de call center como pretenden algunos.

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