sábado 9, diciembre 2023
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De cuatro años a cuatro días: Blatter no soportó la presión por escándalo de corrupción

San José, 3 Jun (Elpaís.cr) -El viernes anterior (29 de mayo) luego de ser reelecto clamaba por que lo dejarán liderar el proyecto de cuatro años para limpiar una muy manchada imagen de la FIFA, tras las detenciones de altos cargos del ente que dos días antes se habían llevado a cabo en Zúrich, Suiza, por el destape de una red de «corrupción sistemática» de al menos 25 años, según había explicado la Fiscalía General de los Estados Unidos.

Siempre dio la impresión de estar fuerte. Convencido de su inocencia. «Es imposible controlar las acciones de otras personas», decía en referencia a los directivos arrestados y que según el Departamento de Justicia estadounidense producto de varios delitos como fraude electrónico, pago de sobornos y lavado y blanqueo de dinero, se enriquecieron aprovechándose de sus puestos en el organismo.

El mundo del fútbol no le creyó. Simplemente, estar a la cabeza del ente regidor del fútbol mundial exige una responsabilidad muy grande y con ese «terremoto FIFA», que desde antes se sospechaba, desatado por la fiscal de EE.UU., Loretta Lynch, con la colaboración del FBI y a su vez, de «arrepentidos» como Charles «Chuck» Blazer, la escasa credibilidad del suizo como jerarca, terminó de desmoronarse.

Políticos, deportistas, jugadores y sobre todo, los hinchas del fútbol, pidieron de inmediato la salida del helvético para comenzar una nueva era, en la que lo fundamental fuera el juego, la pelota, que se manchó el miércoles pasado, y no los intereses propios y mucho menos sacar ventaja de posiciones altas para cometer irregularidades.

“Aunque los miembros de la FIFA me reeligieron presidente, parece ser que este lunes no fui apoyado por todo el mundo del fútbol, aquellos que inspiran la vida en el fútbol como hacemos en FIFA. Esto es por lo que convocaré un congreso extraordinario y pondré a disposición mi cargo, que va a ser cubierto lo más rápido posible y un nuevo presidente será elegido para sucederme”, afirmó el ayer durante la lectura del comunicado de su dimisión.

El viernes pasado venció al príncipe jordano Ali bin Al Hussein por el retiro de este en la elección de presidente. Las alianzas tan sólidas del suizo con las Confederaciones de Asia, África y el Caribe de Concacaf le permitieron ganar con 133 votos contra 73, ya que el jordano desistió de ir a segunda vuelta porque sería imposible evitar el quinto mandato de Blatter, que le ganaría por mayoría simple.

Aún así, como él mismo lo palmitó, las malas noticias no se detendrían porque la justicia estadounidense también afirmó el miércoles anterior cuando explicaba toda la trama que envuelve los actos ilícitos de los arrestados, que «este apenas es el comienzo».

Pese a que el suizo de 79 años, con 17 como presidente de la FIFA, no resultaba implicado en los informes de la Fiscalía por los actos de corrupción ventilados hace una semana, conforme avanzaran los días surgirían más informaciones y acusaciones que podrían alcanzarlo. Sin embargo, hubo una puntual que lo hizo entrar en estado de nervios, algo que ni siquiera pareció ocurrirle con las detenciones previas al Congreso celebrado el viernes anterior.

El diario «The New York Times» reveló que Jerome Valcke, su mano derecha, secretario general de la organización, puesto que ocupó Blatter antes de ser el mandamás, supuestamente realizó en 2008 una transferencia de 10 millones de dólares a la cuenta del exvicepresidente FIFA y exjerarca de Concacaf, Jack Warner, como pago de una coima para que diera su voto para elegir a Sudáfrica sede de la Copa del Mundo del 2010.

Esa y otras informaciones también de medios estadounidenses de que el FBI ya está tras sus pasos, llevaron a Blatter a tan solo cuatro días de encabezar su nuevo mandato a dar un paso al costado, situación que se concretará cuando se desarrolle el congreso extraordinario para elegir a su reemplazante. La fecha podría ser en diciembre próximo o marzo del 2016, esto de acuerdo con la explicación del presidente del Comisión de Auditoría y Cumplimiento de la FIFA, Domenico Scala.

“El próximo congreso ordinario de la FIFA tendrá lugar el 13 de mayo de 2016 en Ciudad de México. Esto crearía un innecesario retraso e instaré al Comité Ejecutivo a que organice un Congreso Extraordinario para la designación de mi sucesor lo más pronto posible”, aclaró Blatter.

El suizo no pudo convivir con la presión de estar en medio de la tormenta en la que cada día que pase habrá más salpicados por el escándalo, y en la que sin dudas él es uno de los focos «de la investigación federal por corrupción», como dice en su publicación el «New York Times». Los detenidos jugarán un papel fundamental.

«No voy a seguir. Voy a estar libre de las restricciones de una elección. Voy a estar en una posición para enfocarme en reformas profundas. Por muchos años hemos llamado a reformas, pero no han sido suficientes», expresó.

La situación parecía cada vez más insostenible, incluso el lunes pasado el presidente de la Federación de Inglaterra, una de las más críticas con la permanencia del suizo en el poder, propuso a las asociaciones fuertes de Europa como la alemana, boicotear el Mundial de Rusia 2018 en señal de protesta por la reelección del suizo.

El boicot debería ser respaldado por lo menos “por diez grandes países para que surta efecto”, dijo Greg Dyke en la emisora de radio londinenes BBC. “De lo contrario carece de objeto”, agregó.

Otro aspecto que complicaba su permanencia en el cargo es cómo haría Blatter para asistir a premiaciones de eventos del fútbol mundial sabiendo el repudio que se ganaría por ejemplo de los aficionados presentes en los estadios. Cómo podría convivir con eso, sabiendo que para los futboleros, dirigentes y en general, ya es una persona «non grata».

Precisamente, el próximo sábado en Berlín se jugará la final de la ‘Champions’ o en un par de semanas la definición del Mundial Sub-20 de Nueva Zelanda, en el que ya el director ejecutivo de dicha Asociación dio a entender que el suizo no será bienvenido, por lo que mejor le aconsejó no ir a entregar el trofeo, como acostumbra históricamente a hacerlo.

Todos en contra. Una muestra del consenso mundial que existía entorno a la mala imagen de Blatter es la reacción de exjugadores como Luis Figo, Romario y José Luis Chilavert. También, distintas Confederaciones aplaudieron la decisión del helvético, pero clamaron de inmediato por darle una verdadera limpieza al organismo para comenzar «una nueva era».

«Todos los gestores corruptos de las confederaciones, en todo el mundo, sentirán su caída como un tsunami. Espero, ahora, que las aguas de esa gran ola sean suficientes para barrer toda la corrupción liderada por la máxima entidad del fútbol», sentenció Romario.

Ahora, se vendrá una interesante lucha entre los que se postularán para relevar a Blatter en la silla de máximo responsable de la FIFA. Son muchos los nombres que se barajan, mas no tantas las certezas, al menos a pocas horas de conocerse la noticia que sacudió al mundo y que algunos consideraron como «sorpresiva» y otros como predecible, aunque «pronta».

De lo que no se tiene ninguna duda es de la necesidad de cambio urgente en la dirección del ente, de las reformas que requiere, de controles más fuertes para que reinen la transparencia y la claridad en los manejos, y sobre todo para evitar que en un futuro, la pelota se manche como en esta última semana.

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