Dice el sitio Web de Harvard University, que la universidad fue establecida en 1636 y que su lema es “Veritas”, verdad en latín.
Dentro de la universidad, se encuentra “Harvard Graduate School of Education” (HGSE), fundada en 1920. Dice además el sitio que, “Todo lo que hacemos en HGSE se basa en la creencia de que la educación es la cuestión más apremiante de nuestro tiempo, y que la política y la práctica educativas fundadas en la investigación tienen el poder de crear una sociedad más justa y próspera”.
Dentro de la misma universidad, no obstante, se encuentra el “Center for International Development”, dirigido por don Ricardo Haussmann, ex ministro de Planificación de Venezuela y ex jefe de la “Oficina Presidencial de Coordinación y Planificación” (1992-1993) durante la segunda administración de Carlos Andrés Pérez Rodríguez… También fue “economista en jefe” del Banco Interamericano de Desarrollo (1994-2000). Haussmann es además profesor de economía en la John F. Kennedy School of Government de Harvard University, y “preside el Meta Consejo sobre Crecimiento Inclusivo del Foro Económico Mundial”.
Antes: ese “crecimiento inclusivo”, ¿se enmarca dentro del “capitalismo inclusivo”, por ejemplo, al que se refiere el Dr. Nafeez Ahmed, periodista investigador y académico en seguridad internacional, director ejecutivo del Instituto para la Investigación y Desarrollo de Políticas, en su artículo “Inclusive Capitalism Initiative is Trojan Horse to quell coming global revolt. Henry Jackson Society’s pre-emptive PR offensive seeks to popularise parasitic economic growth for the few” (Iniciativa capitalismo inclusivo es un caballo de Troya para sofocar la revuelta global por venir. Ofensiva preventiva de la Sociedad Henry Jackson se propone divulgar el crecimiento económico parasitario para unos pocos) (The Guardian, 28 de mayo de 2014)?
Contrario a “la creencia de que la educación es la cuestión más apremiante de nuestro tiempo, y que la política y la práctica educativas fundadas en la investigación tienen el poder de crear una sociedad más justa y próspera”, don Ricardo publicó el artículo “The Education Myth” (El mito de la educación).
Para sustentar su criterio, don Ricardo utiliza una serie de datos sin que cite sus fuentes. Sí hace referencia, por ejemplo, del “Programme for International Student Assessment” (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), “producto” de la “Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico” (OCDE).
El mismo “programa”, cuya literatura internacional avalada por científicos en universidades de primer orden estable que es un “estrecho y sesgado criterio” (una muestra: “Open letter to Andreas Schleicher, OECD, Paris”/ Carta abierta para Andreas Schleicher, OCDE, París).
En su artículo don Ricardo hace varias aseveraciones. Sin embargo, referencias distintas, hasta del mismo Banco Mundial, hacen dudar de ellas. (Nota: se incluye las referencias del Banco Mundial, aunque ya se ha acreditado que sus políticas en educación son erróneas, según así se desprende de una larga lista de estudios científicos, entre ellos “The World Bank and Education: Critiques and Alternatives” (2012): un “…volumen notable que reúne a los críticos más consistentes y serios sobre las políticas y prácticas educativas del Banco Mundial en al menos las últimas tres décadas”, que “han señalado los estrechos objetivos economicistas y utilitarios fijados para la educación, los limitados y engañosos análisis… empleados, la inadecuada base de conocimientos en la que se toman decisiones, el hecho de no tomar en cuenta el contexto, así como las voces de los beneficiarios de las reformas de los sistemas de educación propuestos…”).
Dice don Ricardo:
- “No obstante, el que la educación constituya una estrategia para el crecimiento económico es una materia diferente. Lo que la mayor parte de la gente entiende por una educación mejor es una mayor escolaridad, mientras que por una educación de mejor calidad, lo que se entiende es una adquisición efectiva de habilidades (según lo revelan, por ejemplo, los resultados de la prueba estandarizada PISA que administra la OCDE). Pero ¿es esto realmente lo que impulsa el crecimiento económico?”… “Evidentemente, se necesita algo más que educación para generar prosperidad”.
Los estudios para el Banco Mundial, “The Role of School Improvement in Economic Development” y “Education Quality and Economic Growth”, ambos por Eric A. Hanushek, Hoover Institution, Stanford University, y Ludger Wößmann
University of Munich, establecen más bien, por ejemplo, que “la calidad educativa –medida por lo que la gente sabe- tiene efectos poderosos en los ingresos personales, en la distribución del ingreso, y en el crecimiento económico”.
Y aunque “A Well-Educated Workforce Is Key to State Prosperity” (Berger & Fisher, 2013), para el Economic Policy Institute en Washington, D.C., es específicamente para el contexto de los Estados Unidos de América, no exento de su necesidad de desarrollo económico, este apunta, por ejemplo:
“Como lo muestra el presente trabajo, el traslado de los trabajos de un estado a otro estado no hace nada para aumentar la productividad. Más bien, la productividad aumenta con inversiones en infraestructura y los trabajadores, con inversiones en educación que elevan el rendimiento escolar proporcionando un gran impulso. Por lo tanto, la inversión en educación es una contribución primordial que los estados pueden hacer para el bienestar de sus habitantes y la economía nacional en general”.
“Al mismo tiempo, el aumento de la productividad por sí misma no garantiza que los beneficios económicos resultantes serán ampliamente compartidos”.
Por su parte, el Banco Mundial (2015) dice:
“La educación es uno de los instrumentos más poderosos para reducir la pobreza y la desigualdad y establece una base para el crecimiento económico sostenido”.
- “Como suele suceder, la experiencia de ciertos países en particular es más reveladora que los promedios. China empezó con menos educación que Túnez, México, Kenia o Irán en 1960, y había progresado menos que estos países para el 2010. No obstante, en términos de crecimiento económico, los aventajó a todos de manera estrepitosa. Lo mismo se puede afirmar de Tailandia e Indonesia con respecto a Las Filipinas, Camerún, Ghana o Panamá. Es decir, los países que crecen en forma rápida deben estar haciendo algo que va más allá de proporcionar educación”.
No obstante, según el Banco Mundial (China Overview, 2015):
“Sin embargo, China sigue siendo un país en desarrollo (su ingreso per cápita es todavía una fracción de aquella en los países avanzados) y sus reformas del mercado están incompletas. Los datos oficiales muestran que alrededor de 98.990.000 personas todavía viven por debajo del umbral nacional de pobreza de 2300 RMB por año a finales de 2012. Con el segundo mayor número de pobres en el mundo después de la India, la reducción de la pobreza sigue siendo un reto fundamental”.
“El rápido ascenso económico ha traído muchos desafíos, así, como la alta desigualdad; la rápida urbanización; desafíos a la sostenibilidad del medio ambiente; y los desequilibrios externos. China también enfrenta presiones demográficas relacionadas con el envejecimiento de la población y la migración interna de mano de obra”.
Volviendo a citar a don Ricardo: “Es decir, los países que crecen en forma rápida deben estar haciendo algo que va más allá de proporcionar educación”. Correcto, como en el caso de China, están proporcionando: pobreza extrema, “desigualdad”, “rápida urbanización”; “desafíos a la sostenibilidad del medio ambiente”, entre otros…
- “Y hay noticias aún peores para los partidarios de la “educación, educación, educación”: la mayoría de las habilidades que posee una fuerza laboral, las adquiere en el propio trabajo. Lo que una sociedad sabe hacer, se sabe principalmente dentro de sus empresas, no en sus escuelas”. “Al revisar estos datos, los entusiastas de la educación suelen decir que ella es una condición necesaria, pero no suficiente para el crecimiento”. “El ingreso de un país está dado por la suma de la producción de cada trabajador. Para aumentar el ingreso, es necesario aumentar la productividad del trabajador. Evidentemente, “algo que anda por ahí, y que no es la educación, hace que la gente sea más productiva en algunos lugares que en otros. Para que una estrategia de crecimiento tenga éxito, se precisa descubrir en qué consiste ese ‘algo’”.
Al final de cuentas, para don Ricardo, el criterio de que la educación es un mito se reduce a la idea de que el crecimiento económico de un país debe centrarse en simple capacitación empresarial. En otras palabras, no extraña que los entusiastas vean más bien hacia otro mito: el de la formación dual al estilo alemán: “Los mitos de la formación dual en España” (2015), “CCOO califica de «fraude educativo» la formación profesional dual” (2012), además de la miríada de estudios en Alemania y otros países que demuestran que cierto mundo empresarial no produce el supuesto crecimiento económico para toda la sociedad.
Aún así, demos el beneficio de la duda a don Ricardo.
¿Quizás realmente nos esté alertando de que mejor nos olvidemos de la educación, porque es un “mito” especialmente en los países en vías en desarrollo, porque esa será la única salida que tendremos… según nos dicen desde Cambridge, Massachusetts, y que la “política y la práctica educativas fundadas en la investigación” son privilegio para ciertos grupos élite?
Definitivamente “algo anda por ahí”… ¿serán ciertas academias y cámaras entusiastas que buscan desfinanciar la educación pública, privatizarla, para convertir los países en centros de capacitación, para que los ministerios de educación pública sean transformados en “ministerios de capacitación y formación pública”? ¿Será una nueva generación de “mitólogos” ilustrados que ahora dicen que su título escolar, universitario, son un “mito”?
Dice Paul Andrew Sukys, profesor de Filosofía y Derecho de North Central State College, Ohio, en su artículo “Dehumanizing the Humanities: Neoliberalism and the Unethical Dimension of the Market Ethic” (“Deshumanización de las Humanidades: el neoliberalismo y la dimensión poco ética de la ética del mercado):
“Irónicamente, los neoliberales se las arreglan para engañar a casi todo el mundo, incluidos ellos mismos, acerca de la verdadera naturaleza de su filosofía, ya que camuflan esa filosofía al hablar en términos de derechos humanos y los valores universales”.
¡Mucho cuidado! Algo sucede por ahí… en los congresos, en las conferencias internacionales, en los medios de información a medias… Y no parece ser nada bueno…
Gerardo Barboza
Educador
www.englishincostarica.org