viernes 8, diciembre 2023
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El papa denuncia la debilidad de la política para proteger el planeta

Vista general de la presentación de la encíclica del papa Francisco en la sala del Sínodo en Ciudad del Vaticano hoy, jueves 18 de junio de 2015. El papa publicó hoy su esperada encíclica sobre medioambiente en la que advirtió contra el comportamiento suicida de un sistema económico mundial que ha convertido el planeta en un «depósito de porquería». La encíclica, de 191 páginas, es la primera que escribe en solitario Bergoglio -la anterior la había empezado su predecesor, Benedicto XVI- y en él realiza una clara crítica a los poderes económicos por buscar el beneficio financiero y así ignorar sus consecuencias sobre la dignidad humana y el medioambiente. EFE/Alessandro Di Meo

Ciudad del Vaticano, 18 jun (EFE/Elpaís.cr).- El papa Francisco denunció hoy la «la debilidad de la reacción política internacional» y «los intereses económicos» a la hora de afrontar la defensa del medioambiente en su encíclica «Laudato si».

«El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las cumbres mundiales sobre medio ambiente», escribió el papa en este documento.

Para Francisco «hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos».

Además, el papa pidió hoy una «valiente revolución cultural» contra el comportamiento «suicida» que destruye el medioambiente y el planeta y criticó la «especulación» del actual sistema económico mundial.

El pontífice aseguró que «es insostenible desde diversos puntos de vista» un sistema mundial que los poderes económicos «continúan justificando» y que busca el beneficio financiero ignorando sus efectos «sobre la dignidad humana y el medioambiente».

«El estilo de vida actual, por ser insostenible, solo puede terminar en catástrofes, como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones», dijo Bergoglio en su encíclica sobre protección del medioambiente.

Igualmente, urgió a sustituir el uso de combustibles fósiles y desarrollar en su lugar las fuentes de energía renovable con el fin de reducir las emisiones de gases contaminantes.

El pontífice consideró que se ha vuelto «urgente e imperioso» desarrollar políticas para que en los próximos años se reduzca drásticamente la emisión de anhídrido carbónico y otros gases altamente contaminantes.

«En el mundo hay un nivel exiguo de acceso a energías limpias y renovables. Todavía es necesario desarrollar tecnologías adecuadas de acumulación» añadió Bergoglio.

La «deuda ecológica» entre el norte y el sur

Por otra parte, el papa denunció  la existencia de una «verdadera deuda ecológica» entre el norte y el sur creada por desequilibrios comerciales consecuencia de la explotación de recursos naturales por parte de algunos países.

«Las exportaciones de algunas materias primas para satisfacer los mercados en el norte industrializado han producido daños locales» como la contaminación por la extracción de oro y cobre, destacó el pontífice.

«Con frecuencia las empresas que obran así son multinacionales, que hacen aquí lo que no se les permite en países desarrollados», dijo el papa.

El pontífice explicó que esas empresas «al cesar sus actividades y al retirarse, dejan grandes pasivos humanos y ambientales, como la desocupación, pueblos sin vida, agotamiento de algunas reservas naturales, deforestación, empobrecimiento de la agricultura y ganadería loca, cráteres, cerros triturados, ríos contaminados y algunas pocas obras sociales que ya no se pueden sostener».

«Los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro», consideró Bergoglio.

«La tierra de los pobres del sur es rica y poco contaminada -continuó el papa– pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso».

El papa llamó a los países desarrollados a contribuir a resolver esa deuda «limitando de manera importante el consumo de energía no renovable y aportando a los países más necesitados para apoyar políticas y programas de desarrollo sostenible».

El papa habló en su encíclica de lugares del planeta «repletos de biodiversidad que son la Amazonía y la cuenca fluvial del Congo o los grandes acuíferos y glaciares», sitios importantes «para la totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad».

Y alertó contra «ignorar los enormes intereses económicos internacionales que, bajo el pretexto de cuidarlos, pueden atentar contra las soberanías nacionales».

«Existen propuestas de internacionalización de la Amazonía que solo sirven a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales», dijo el papa.

La publicación de esta su primera encíclica en solitario -en la precedente Bergoglio completó el trabajo de su predecesor, Benedicto XVI- se hace, como el pontífice prometió, antes de la nueva cumbre internacional contra el cambio climático que se celebrará en diciembre en París.

Sustituir los combustibles fósiles por las energías renovables

El papa también llamó  a sustituir el uso de combustibles fósiles y desarrollar en su lugar las fuentes de energía renovable con el fin de reducir las emisiones de gases contaminantes.

El pontífice consideró que se ha vuelto «urgente e imperioso» desarrollar políticas para que en los próximos años se reduzcan drásticamente la emisión de anhídrido carbónico y otros gases altamente contaminantes.

«En el mundo hay un nivel exiguo de acceso a energías limpias y renovables. Todavía es necesario desarrollar tecnologías adecuadas de acumulación» añadió Bergoglio.

El papa identificó que «muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático».

«Pero muchos síntomas indican que esos efectos podrán ser cada vez peores si continuamos con los actuales modelos de producción y de consumo», continuó Bergoglio en el documento.

De ahí la urgencia de la sustitución progresiva del empleo de los combustibles fósiles, según el papa.

«Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora», explicó el papa.

Y en la encíclica consideró en relación con el calentamiento de la Tierra que «la humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo» para combatirlo o «al menos (luchar contra) las causas humanas que lo producen o acentúan».

El pontífice señaló que «la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la actividad humana».

Y que «al concentrarse en la atmósfera, impiden que el calor de los rayos solares reflejados por la tierra se disperse en el espacio. Esto se ve potenciado especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles».

De ese uso dijo que «hace al corazón del sistema energético mundial».

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