El empleado reparte turnos a un grupo de pensionistas frente a una sucursal del Banco Nacional de Grecia en el centro de Atenas, hoy, 20 de julio de 2015. Los bancos de Grecia abrieron hoy después de tres semanas de cierre, para permitir realizar operaciones en ventanilla, aunque los controles de capital aún se mantienen. Los ciudadanos pueden acudir a las sucursales a realizar las operaciones que hasta ahora solo se podían hacer por vía telemática y para evitar colas muchas entidades han establecido un sistema de cita previa. EFE/Yannis Kolesidis
Atenas, 20 jul (dpa) – Varias decenas de personas se concentran ante la oficina central del banco NBG en el centro de Atenas. La mayor parte son pensionistas, entre los que se reparten números para acceder a la sucursal a partir de las 8:00 de la mañana (05:00 GMT).
Los bancos griegos llevaban tres semanas cerrados, con el país al borde de la quiebra después de que el gobierno de Syriza rompiese las negociaciones con los acreedores. Durante todos esos días, en los cajeros automáticos sólo se pudieron sacar 60 euros diarios y se paralizaron las transacciones bancarias. Pero incluso tras la apertura de los bancos de hoy seguirán vigentes muchos controles de capital.
«Durante dos semanas no vendimos nada», cuenta el empresario Manolis Vouvakis, que hoy se acercó al banco NBG. «Estuve controlando nuestras cuentas y ahora quiero saldar las deudas con nuestros proveedores», explica. Su empresa importa mecheros y bolígrafos de países como China o Alemania para venderlos en tiendas de recuerdos de lugares turísticos. Para realizar transferencias al extranjero, Vouvakis necesita un permiso especial del gobierno, pero aun así se muestra optimista: «Pronto todo volverá a ser normal».
Los griegos dejan atrás tres semanas dramáticas. A la interrupción de las negociaciones le siguió un referéndum convocado por sorpresa por el primer ministro, Alexis Tsipras. Más del 60 por ciento de los griegos votaron «no» a nuevas medidas de ahorro y recortes. Una semana después y ante la amenaza de una salida del euro, el gobierno de Atenas dio un nuevo giro y aceptó condiciones aun más duras de la Unión Europea (UE).
El Parlamento griego aprobó las primeras reformas el pasado jueves y hoy entró en vigor la primera medida: la subida del IVA para la mayor parte de alimentos. Para los productos manufacturados el impuesto pasó del 13 al 23 por ciento, y también subió para los restaurantes.
Natassa y Nikoletta, que regentan una tienda de delicatessen, están desorientadas, pues no está claro qué productos se consideran «elaborados» y cuales no. «No sabemos cuánto tenemos que aplicar en concepto de IVA a cada producto», dice Natassa, que busca con su socia informaciones al respecto.
En una panadería cercana, Angelos Anagnostou introduce los nuevos precios en el programa de su caja registradora. «La mayor parte de los artículos se encarecen en un 10 por ciento», apunta. También le preocupa el cartel negro del mostrador en el que aparecen con una fina escritura los precios de los productos. Lo había encargado en una imprenta especial y ahora tendrá que pedir uno nuevo. Y por supuesto, teme que la subida de precios pueda conllevar una caída de beneficios. «Pero en estos días, todo nos da miedo», dice con algo de ironía.