Aunque la crisis fiscal en nuestro país está funcionando como detonante para un ataque en profundidad de los agentes mediáticos del neoliberalismo criollo, la realidad es que las políticas neoliberales de desmantelamiento de los servicios públicos vienen de lejos
Ya en la década de los 80 del pasado siglo desde la época de Margaret Thatcher y Ronald Reagan la ideología neoliberal ha partido de la base de que es necesario adelgazar el Estado (lo cual implica la eliminación de organizaciones públicas, su privatización o el despido masivo de empleados y funcionarios del Estado) y hacer que sean las personas las que asuman individualmente los riesgos de su vida y también de su salud. A esta corriente se alineó el Partido Liberación Nacional, además de que fortaleció el Partido Unidad Social Cristiana, permitió el nacimiento del ese engendro de corrupción que se llama Partido Libertario, y acompaño los intereses mercantilistas de los llamados ”partidos cristianos”.
Este fue un concepto que no funcionó del todo en Costa Rica, pues a los partidos políticos tradicionales les convenía mantener un elevado número de empleados públicos afines a sus intereses, que los defendieran cuando eran gobierno, o entorpecieran el funcionamiento del Estado, en caso de que no obtuvieran en las urnas la aprobación ciudadana. Como está sucediendo en la actualidad.
La idea de que el mercado es el mecanismo más eficiente de asignación de recursos en todos los órdenes de la sociedad se ha vuelto cada vez más hegemónica y predominante, y para ello se ha producido un ataque sistemático a los principales enemigos de este modelo teórico: los sistemas de protección social, calificados de burocráticos e ineficientes, las redes y organizaciones de solidaridad y autodefensa de los trabajadores (los sindicatos y otras organizaciones sociales) y los sistemas de organización social y política capaces de poner trabas a la voracidad insaciable de los mercados (los sistemas de organización política, las organizaciones públicas y los políticos identificados con la corrupción, como si el mundo empresarial y de las finanzas no fueran el origen y la principal fuente de corrupción e ineficiencia en nuestra sociedad). Todo esto se ha hecho a pesar de que la evidencia empírica nunca ha demostrado la veracidad de estas teorías.
Se trata de acabar con el papel del Estado como garante de los derechos de las personas, la eliminación de los servicios públicos (educación, sanidad, servicios sociales) y la desregulación de las relaciones económicas y comerciales a nivel internacional. En esta estrategia ha tenido un papel relevante organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, etc, que han promovido la privatización de los servicios públicos (Acuerdo General Sobre Libre Comercio- GATSS), la reducción de los gastos sociales, la precarización de las condiciones laborales y la eliminación de las reglas que controlaban la circulación de capitales (favoreciendo la libertad de especulación).
En cualquier caso, hay que ser conscientes de que en el área de la salud, y especialmente con referencia a la Caja Costarricense del Seguro Social, este proceso se ha producido con una gran flexibilidad y capacidad de adaptarse al terreno concreto y a las circunstancias del país, apostando por la ruptura de la integralidad de los mismos introduciendo mercados internos, desregulación y empresarización de los centros sanitarios, las subvenciones al sector privado, la disminución de las coberturas públicas, etc.
La crisis está teniendo una mayor repercusión y trascendencia en los más pobres, con menores recursos y estructuras sociales más débiles, en los que las políticas de privatización y de desmantelamiento de los servicios públicos y el flujo de profesionales hacia los países más desarrollados han experimentado un importante avance gracias a las políticas neoliberales.
El modelo de Globalización Neoliberal ha tenido una importante repercusión para la salud de los ciudadanos: empeorando los factores que determinan la salud-enfermedad. Ha contribuido al deterioro del medio ambiente (que está detrás del cambio climático), a incrementar la pobreza y la marginación social por la depredación de materias primas, a la destrucción de las economías de los países menos desarrollados, a la deslocalización de empresas, a la precarización de las relaciones laborales y a la explotación de la mano de obra, a facilitar la expansión de las multinacionales del tabaco, el alcohol y la comida basura, a la eliminación de controles a la producción y circulación de drogas ilegales, a la difusión de epidemias de enfermedades asociadas a la explotación y exportación incontrolada de animales para la alimentación (vacas locas, gripe aviar, gripe A), a la expansión de los alimentos transgénicos que afectan a la salud y someten la producción agrícola de los países en desarrollo, etc.
Deteriorando los servicios sanitarios públicos: Imponiendo las relaciones de mercado, abandonando las políticas de salud por las de enfermedad y deteriorando los servicios públicos de salud. Además de amenazas para los sistemas sanitarios, como son la dotación de infraestructuras los llamados modelos de “colaboración público – privada” (iniciativas de financiación privada, concesiones administrativas, etc.), la excusa para las privatizaciones y las repercusiones sobre los profesionales: menos empleos y empeoramiento de las condiciones laborales.
Pero lo peor de todo es la actitud criminal proveniente del sector privado, que acostumbrado ya a la evasión fiscal, tampoco paga a la Caja Costarricense del Seguro Social, las sumas multimillonarias que deberían acreditarle, tanto por sus contribuciones de ley, cuanto por las sumas descontadas a los empleados de su sueldos.
Ambos elementos, si se subsanaran con una actitud enérgica de parte del gobierno de turno, solucionaría bastante la precaria situación en que nos encontramos.
Combatir la evasión fiscal representaría el aliviamiento significativo de la crisis fiscal. Porque no es cierto que esté causada solamente por lo que representa la planilla de los funcionarios públicos. Sino primordialmente por la evasión y las absurdas exenciones fiscales concedidas por los políticos de los partidos tradicionales a sus socios del sector privado. Perseguir a los evasores del pago de las cuotas del Seguro Social, incluso llevándolos a la cárcel y embargándoles sus bienes, daría un respiro importante a la CCSS.
Sin embargo, como los gobiernos anteriores tampoco le pagaban al Seguro Social lo correspondiente, al menos en lo que representan las organizaciones del Gobierno Central, los empresarios privados consideran que ellos también pueden hacer lo mismo. Y los esfuerzos que realiza el señor que publica en su blog el producto de sus investigaciones acerca de las deudas de grandes empresas a la CCSS, caen en oídos sordos hasta en los mismos funcionarios de dirección de esta institución.
Según mi criterio, esta es una actitud absolutamente criminal, digna de ser perseguida y sancionada adecuadamente, establecida bajo el aliento de la concepción neoliberal de lo que debería ser el papel del Estado y el papel del Sector Privado. Sustituyendo al primero por el segundo.
Y me pregunto: ¿Qué hace el actual gobierno, que nos engañó con el cuentico del cambio, el respeto a las leyes, la honestidad en la función pública y la persecución de los delincuentes de cuello blanco, sean funcionarios públicos o empresarios privados? Al parecer…!Nada!
Debemos recordarle al señor Presidente de la Republica y a sus funcionarios designados, que el crimen contra la salud pública se comete tanto por comisión como por omisión. Y espero que me entiendan.
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría
4 Comments
Nana
Gracias a la falta de recursos por la descontrolada evasión de los pagos de las grandes empresas a la CCSS, personas como yo tenemos que sufrir dolores inimaginables y largas esperas. Voy a exponer mi caso. Sufrí un accidente en el que me fracturé la cabeza del húmero (el hueso del brazo que conecta con el hombro). Cuando me hicieron las radiografías, los médicos me dijeron que iba a necesitar una cirugía para corregir esto. Luego de que me hicieran los exámenes de rigor, en lugar de internarme en el hospital para la pronta cirugía que requiere mi condición, para mi sorpresa me mandan para la casa diciéndome que debo esperar para que me llamen, sólo Dios sabe cuándo, para realizarme la operación que requiero.¿Es justo esto? Quien alguna vez en su vida haya sufrido una quebradura de un hueso, sabrá que es algo sumamente doloroso. Yo no tengo los medios para pagar una clínica privada, en la que me cobren sumas millonarias por hacerme la cirugía que requiero. Para eso se supone que me rebajan las cuotas de la CCSS, mes a mes miles de colones, para que si yo tengo un accidente como este, me traten de inmediato y me alivien mi condición. Pero aquí llevo ya 3 días esperando, rabiando de dolor, arriesgándome a quedar lisiada por una fractura que no sanó bien.
Fernando Lopez
Nana, el problema suyo es el diario vivir de miles de costarricenses.
Si hay empresas que no pagan,pues hay que denunciarlas y que les caiga todo el peso de la ley.El problema con la Caja es que en el gobierno de Arias le meterion muchisismos empleados de administracion,que es a donde se va el dinero,por ello no hay plata para medicos y medicinas.
Fernando Lopez
Don Alfonso;sabia ud que el mayor evasor de sus responsabilidades y mayor deudor de la Caja es el propio estado costarricense.Que ironia.
María Elena López
Nana, lo mejor que puede hacer usted en este momento es poner una queja de violación del derecho a la salud en la Sala IV, en la Defensoría de los Habitantes, a la Dirección del Hospital y a la Contraloría de Servicios de ese hospital de su zona de referencia, a la Presidenta Ejecutiva de la CCSS y a la Junta Directiva de la CCSS. Una fractura es una emergencia y no puede ser desatendida o retardada su atención bajo ninguna excusa. Su denuncia además de servirle a usted, le servirá a todos aquellos con su misma condición y si puede ventile su caso en los medios de comunicación…