La Sala IV manda para atrás nuevamente el tema. Respecto de esta tal Reforma, la puritica verdad es que solo los empresarios están (ahora) entendiendo el asunto. Correctamente recomiendan que vaya de nuevo el proyecto, no que siga. Todos los demás (Presidente actual, Presidenta anterior, sindicatos por supuesto y otros) quieren revivirlo, partiendo de que aun no tiene el certificado de defunción.
NADIE quiere ver lo evidente (no hay peor ciego que el que no quiere ver). La tendencia a regular el empleo público dentro del Código de Trabajo es añeja, necia, aunque arbitraria y espuria.
Tan salvaje es que se quiera regular el empleo público en el Código de Trabajo como lo sería que se quiera regular el empleo privado (laboral) en una ley o Código de empleo público. Esta última ley nunca la habrá, obvio, simplemente porque los sindicatos no lo quieren y aquí, respecto del sector público, los sindicatos mandan. Es una consecuencia de la democracia, de la necesidad de votos para alcanzar el poder, y no hay partido que no sea capaz de sacrificar lo que sea por obtener votos.
Cuando hablamos de empleo público, obvio, nos referimos a la relación de empleo de naturaleza pública. O sea: existe un Derecho Público de Empleo, distinto y hasta contrapuesto al Derecho Laboral (representado por el Código de Trabajo). Por ser distintos, deben estar regulados en estatutos diferentes. Es el mandato ineludible del 191 de la Constitución.
Aquí no estamos diciendo nada nuevo. No estamos inventando (ni descubriendo) nada. Todo ya está dicho por la misma Sala.
NADIE quiere reconocer lo que no hay manera de no detectar. Lo que se busca (jamás por nosotros) es privatizar el empleo público, despublificarlo, desaparecerlo, pulverizarlo. De hecho los sindicatos ya públicamente lo habían enterrado, solo que se olvidaron de que se requería certificado de defunción, el que solo la Sala o una reforma constitucional podría extenderlo.
La llamada Reforma Procesal Laboral tiene de cierto solo que es “Reforma”, no es puramente “Procesal”, pues se mete en otros temas; no es puramente “Laboral”, pues se fagocita el empleo público.
Es una pugna que lleva más de medio siglo. Clara, manifiesta, aunque nadie la vea o la quiere ver. Empleo público vs. empleo privado.
La dura de matar Reforma Procesal Laboral regula aspectos de fondo atinentes al empleo público. Esto es un pecado capital. Pero lo que raya contra todo margen de tolerancia es que pretende regularlos con soluciones y criterios privatistas. Es todo un saco de regulaciones, hasta de procedimientos administrativos, que alcanzan directamente al empleo público, desnaturalizándolo totalmente.
No es solo el tema de las huelgas. Quienes reducen a solo esto el problema de la Reforma Procesal Laboral, no están en nada, o son ases del despiste. Se aprovechan de la nobleza de un pueblo amansado, adormecido, azurumbado por el desmadre económico que se oye venir, como ruido de piedras que trae el río.
Si la Reforma Procesal Laboral pasa a como está, aún sin las dos normas sobre huelgas, solo quedará ir a esperar a la Sala que enmiende semejante desaguisado. Si la Sala llegara a decir que todo está en orden, que nadie se desvele, pues habrá sido enterrado el empleo público y el 191 de la Constitución. En tal caso no nos inmolaremos, seguros estar podréis. Cada pueblo tiene lo que merece, es algo en lo que creemos firmemente.
Dr. Mauro Murillo es abogado
Cualquiera percibe que, para este señor todo tema u ocasión es buena para practicar su enfermizo ant-isquierdismo.