Un 20 de agosto de 1940 era asesinado en la ciudad de México, León Trotsky (1879-1940), quien junto con Vladimir Lenin (1870-1922), fue uno de los principales dirigentes de la revolución bolchevique de octubre de 1917. Con este crimen atroz culminaba la serie de asesinatos y ejecuciones ordenados por José Stalin quien, a la cabeza de una burocracia de origen zarista desvirtuó la revolución haciéndola derivar hacia un capitalismo burocrático de estado, los que en el término de poco más de veinte años llevaron a la eliminación de la mayor parte de los dirigentes de la rama bolchevique del socialismo ruso. Los procesos de Moscú de 1936 y 1938 fueron una monstruosa comedia para acusar, sin derecho a defensa alguna, a connotados revolucionarios como Bujarin, Zinoviev, Kamenev, Radek y otros de ser agentes del mikado japonés y el régimen nazifascista alemán, los que terminaron con sus condenas a muerte y ejecución posterior. El fiscal Vichinski, un antiguo menchevique se vengaba así de los que dirigieron la revolución más importante del siglo XX y aun así, el déspota del Kremlin no se conformaría hasta asesinar al gran compañero de Lenin durante las horas y los años más decisivos de la revolución, quien había encontrado asilo en el México generoso del presidente Lázaro Cárdenas(1934-1940), donde fue recibido por el pintor Diego Rivera y su esposa, la también pintora Frida Kahlo, junto con otras personalidades de la vida política cultural mexicana de entonces, además de haber habitado en Coyoacán, un bello sector ubicado al sur de la capital de México. Más allá de disputas anacrónicas y bizantinas sobre trotskismos y antitrotskismos nos permitimos recomendar la lectura del extraordinario libro «TROTSKY Revolucionario sin fronteras» Fondo de Cultura Económica de Argentina Buenos Aires 2009, del historiador y experto en lengua y cultura rusas Jean-Jacques Marie quien:» Convencido de que el período histórico abierto por la revolución de octubre de 1917 no está cerrado,…responde a estas preguntas (¿Por qué su fantasma -el de Trotsky decimos nosotros- sigue asediando a tantos espíritus en todo el mundo? ¿Cuál es la herencia del apóstol de la revolución permanente en la hora de la globalización y la mundialización?) con enorme rigor histórico, siguiendo el recorrido político de Trotsky y su prolífico pensamiento. A partir de testimonios provenientes de archivos rusos, en la mayoría de los casos inéditos, Marie insiste en la clarividencia política del fundador del Ejército Rojo y su considera que su análisis fue precursor en cuanto a las consecuencias de la globalización, los límites de la democracia y las formas actuales del capitalismo»(Contraportada de la edición).
Con respecto a la estadía de León Trotsky en México nos permitimos recomendar la lectura del bello texto de Alain Dugrand (Lyon Francia,1946) CALLE VIENA, COYOACÁN que forma parte de un opúsculo un poco más extenso, publicado bajo el título «TROTSKY México 1937-1940″ por la editorial Siglo XXI(México DF 1992). Nos dice Alain Dugrand: » Si Francia es mi país natal, México es mi segunda patria, el territorio de los españoles infinitos, mi Nuevo Mundo, un nuevo mundo que nace del fragor de las crisis de América Latina. Lo ha sido para tantos marginados y exilados. México es un poco París para los centroamericanos, la ciudad generosa, siempre emocionada hasta las lágrimas por el perseguido que deposita en un muelle o en el vestíbulo de un aeropuerto su hatillo, su maleta. Sea nicaragüense, cubano, español argentino, guatemalteco, portorriqueño, haitiano o chileno, México se ofrece a aquel que nada tiene. Un cuarto miserable para dormir en un edificio del centro, un cuarto de hotel para renacer, un próspero centro de ayuda para que se repongan los perseguidos que nadie quiere en el mundo. Fidel Castro y el Che vivieron aquí antes que la revolución victoriosa expulsara a Batista; Sandino, el nicaragüense, pudo descansar aquí; los republicanos españoles llegaron a México por decenas de millares y aquí encontraron su razón de existir; los judíos y los antifascistas europeos, de Víctor Serge a Merceau Pivert, de Otto Rühle a Gustav Regler, fueron acogidos cuando la Europa stalinista, nazi, vichista, musoliniana constreñía a la fuga a aquellos cuya utopía era del color de la sangre”.(op.cit p.14). No quisiera terminar estas líneas armadas con cierta premura, tal vez por el deseo de compartirlas en esta fecha que recuerda un crimen tan atroz, sin recordar la emoción con que escuché hace un par de años, allá en la Ciudad de México, a un grupo de jóvenes-casi niños todavía entonándose con aquella melodía de John Lennon, para cantar la resonante y conmovedora letra hasta hacernos llorar y que con su tonalidad poética, aunque breve y directa, nos dice: «All we are saying is… give peace a chance».
(*) Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).
3 Comments
Fede
Dejando a un lado mi poco conocimiento de la Revolución Rusa, así como de la obra de León Trotsky; la impresión que me deja este artículo es la importancia que tuvo este personaje, a lo largo de su vida, como precursor de la revolución.
Ya en 1905, hubo esfuerzo armado de parte del ejército ruso, por derrotar al zar, pero no fue sino hasta 1917 que Lenin, el principal ideólogo, junto a mentes brillantes como la de Trotsky, que encabezaron un movimiento social, que acabó con la dinastía zarista; en procura de una reforma social libre e igualitaria para todos.
Lastimosamente, Lenin muere al poco tiempo después y no es sino que un tipo aprovechado como Josef Stalin, se apodera del poder, concentrando la administración del estado ruso con mano dura y forzando a los pensadores de 1917 como los que cita el autor, a dar el paso al costado, so pena de ser ejecutados por el ejército.
Stalin inicia así con una dictadura larga y prepotente. Sus críticos son expulsados del país, y no conforme con ello, son perseguidos por el mundo, tal como le pasó a Trotsky.
Su muerte dejó un gran vacío, porque este intelectual y políglota, fue en su momento muy importante, porque con su pensamiento revolucionario y emancipador, derivó como mencionamos atrás, la conformación del bloque bolchevique que tumbó a la monarquía del zar, devolviendo la soberanía política al pueblo.
¿Qué hubiera sido de la revolución sin Stalin pero con Trotsky? Nunca lo sabremos, pero sin duda, la inteligencia clarificadora en Trotsky, hubiera sido significativa para haberle dado un vuelco a la historia que finalmente tuvo.
DOMINGO ESPINOSA G.
Bien documentado el artículo, siempre el México solidario.
Ernesto
Es un gusto leer la pluma de un académico destacado que, sin poses y de forma sencilla, invita a las y los otros a aprender y pensar más allá del dogma de mercado que ha impuesto dioses, desaparecidos lenguas y pueblos, olvidado a sus héroes y heroínas para aceptar, de forma acrítica, las formas de ser y pensar de los señoríos imperiales.
Muy bien escrito Rogelio.