Buenos Aires, 23 ago (dpa) – Productores agropecuarios argentinos paralizarán desde mañana y durante cinco días la comercialización de granos y hacienda en reclamo al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de medidas que reviertan la crítica situación económica que atraviesa el sector.
La huelga fue convocada por la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), luego de una serie de protestas en los últimos meses bajo la consigna «No maten al campo». La medida finalizará a la medianoche del viernes 28 de agosto.
No participa en cambio la Federación Agraria Argentina (FAA), el cuarto integrante de la comisión de enlace de entidades agropecuarias a nivel nacional.
Quedarán excluidas de la huelga las producciones de las zonas afectadas por las inundaciones en la región central de Argentina, en particular en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, y la comercialización de productos perecederos.
«Esta acción gremial busca poner en evidencia la crítica situación económica que atraviesan todas las producciones agropecuarias del país, que el gobierno nacional sigue sin resolver», señala un comunicado conjunto de las entidades rurales.
La medida de fuerza se suma al reclamo de dirigentes de 220 entidades y 28 complejos productivos en una reciente reunión en Buenos Aires, en la que manifestaron la necesidad de que se declare la emergencia de las economías regionales, que han perdido rentabilidad y están sujetas a una fuerte presión fiscal.
«Necesitamos financiación y previsibilidad ahora, estamos enfrentando un desastre agropecuario, no nos alcanza ni para pagar el flete», alertó Federico Gardea de la Cámara de Industriales Arroceros de la provincia de Entre Ríos.
Representantes de los sectores vitivinícolas, peras y manzanas, tabacaleros, frutas finas, apícola, granos, citrícola, arrocero, yerbatero, tealero, hortícola, azucarero y lechero coincidieron en reclamar medidas urgentes al gobierno.
La caída de los precios de la materia prima, sumada a los altos costos de transporte, el atraso cambiario del peso argentino que minó la competitividad y los impuestos son algunos de los factores que pusieron en jaque a la producción primaria.
«Traer una caja de citrus a Buenos Aires sale lo mismo que llevarla a Ámsterdam», advirtió José Carbonel, presidente de la Federación Argentina de Citrus.