San José, 4 Set (Elpaís.cr) – La Décima Segunda Misión del Observatorio de Derechos Humanos y Autonomía Indígena (ODHAIN), aseguró que tras una visita a la zona de Buenos Aires de Puntarenas, determinó que los indígenas viven una situación de conflicto con los no indígenas por las tierras, que ha llevado a agresiones en perjuicio de los primeros.
A solicitud y por invitación de las personas afectadas y los líderes del Territorio Bribri de Salitre y la Coordinación Nacional del Frente Nacional de Pueblos Indígenas (FRENAPI), se realizó la Décima Segunda Misión del Observatorio de Derechos Humanos y Autonomía Indígena (ODHAIN).
Esta misión se conformó con el propósito de documentar los hechos relacionados con las actuaciones de las autoridades locales y nacionales, frente a esta situación de violencia en Salitre. Precisamente, esta semana, habitantes del territorio indígena Cebror denunciaron que vecinos de Buenos Aires quemaron una casa de una familia aborigen y golpearon a sus integrantes.
Los resultados del Observatorio, evidencian que el territorio indígena Bribri está en una situación de conflicto violento abierto, del cual tiene muy bajo control las autoridades policiales, lo que posibilita las actuaciones tanto delictivas como verbales de grupos cada vez más organizados.
Por otra parte, aseguran que las instituciones del Gobierno continúan ausentes por lo que le piden más diálogo y atención al Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS).
Asimismo, el Observatorio afirma que la no existencia de un protocolo que implemente las medidas cautelares establecidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que se convierte en un factor más de desprotección hacia la comunidad de Salitre que podría traer consecuencias irreparables para las comunidades indígenas de todo el país.
1 Comment
Ernesto
En un país co-dirigido por el empresariado que presiona a un gobierno com ímpetus gamonales, los pueblos indígenas NO son prioridad. Es más, como las familias campesinas de Térraba, las cientos de miles de familias que viven en precarios en el Valle Central, las familias en zonas costeras o comunidades transfronterizas tendrán que conformarse con lo que les arrogen de sus mesas los «iluminados» de la política criolla, quienes siguen intentando hablar y pareserse al señor colonial aun cuando Donald Trump deja en evidencia que, para el conquistador, todo lo que esté al sur del Río Bravo es México y sus gentes merecen en mismo irrespeto. De por si «todos son delincuentes» (Trump).
Aun cuando sus títulos universitarios sean de afuera, sus ambiciones modeladas por lo ue viene de afuera, sus antojos, su avaricia, su falta de lealtad con su pueblo provengan de fuera, siguen siendo costarricenses, mexicanos para Trump y su séquito racista y Tercermundistas para los europeos.
Seremos nosotras y nosotros, los mestizos oprimidos y excluidos del mundo, quienes deberemos forjar la alternativa que no será promovida, jamás, por quien nos quita el pan de la boca.