No estoy de acuerdo, desde ningún ángulo y posición, con las amenazas de uno de los representantes sindicales a la prensa. Sería estúpido hacerlo. Aunque considero que la prensa, al menos la que responde a los grupos más poderosos económicamente, está vendida a las camarillas neoliberales que tanto daño han hecho al país.
Los medios de comunicación masiva son empresas privadas y por lo tanto obedecen a sus propios intereses corporativos. No tiene por qué exigírseles una postura de alto interés social, como sería cualquier organización del Estado, aunque si lo que hemos venido señalando desde hace años: una actitud ética a toda prueba. Y acepto que no siempre, o quizá nunca, se comportan conforme esta parámetro básico y fundamental. Las medias verdades, la tergiversación de la información, el no informar del todo sobre ciertos hechos y circunstancias, la desinformación, en fin, pueden señalarse como características propias en nuestro medio.
No soy tan majadero como para no percibir la campaña sostenida en contra de la administración pública (no solamente en contra de los beneficios concedidos a ciertos sindicatos de empleados públicos por los políticos de gobiernos anteriores), y de los beneficios desproporcionados que ciertos convenios colectivos, al menos los de las organizaciones públicas más grandes, otorgan a un número reducido de empleados públicos, creando diferencias odiosas frente a la enorme masa de otros funcionarios que no cuenta con estos beneficios.
Pero amenazar con violencia, amenazar con una huelga general, está fuera de toda proporción. El matonismo retrotrae a las dirigencias sindicales a los más bajo de la beligerancia.
Y me pregunto: ¿Cuando todos éramos conscientes de la corrupción de los dos gobiernos anteriores del Partido Liberación Nacional, que hacían los sindicatos? En esos momentos estaban calladitos, porque sabían que si atacaban a los gobiernos corruptos que precedieron a este, podría salir a conocimiento público lo que ahora está siendo divulgado.
A mi parecer, lo que está en juego en este momento es la difusión de la verdad. Y cuando de ello se trata no importa si el difusor lo hace por intenciones retorcidas. Lo importante es que salga a la luz una realidad que ha estado escondida durante decenios, y que a través de los medios de comunicación estamos conociendo.
Y en este caso, aunque quien la difunde no es precisamente santo de mi devoción, si le agradezco que por fin se ventile la podredumbre que los sindicatos han establecido dentro de determinadas organizaciones públicas, en donde no solamente reciben beneficios odiosos, sino que controlan al recurso humano. No es fácil entrar a los Bancos del Estado, RECOPE, INS, JAPDEVA, las Universidades Publicas, la CCSS, por ejemplo, si uno no tiene alguna palanca dentro de la organización. (Sobre ello nadie dice nada).
Vería con mejores ojos si los sindicatos se sumaran a un gran movimiento nacional que homologara los salarios en todo el aparato burocrático del Estado, eliminando tanta barbaridad como nos estamos enterando, porque el beneficio que traería a todos los empleados públicos, jamás sería tan oneroso como los beneficios adicionales que hoy rigen para pequeños grupos de beneficiados.
Igualmente, que se unieran para impulsar la devolución de fondos ociosos de las instituciones autónomas a la caja única del Estado, en vez de estar generando intereses a esas organizaciones incapaces de cumplir con sus responsabilidades de inversión. Si cooperaran denunciando los actos de corrupción (cosa que no hacen porque son parte de ellos). Si se unieran a un gran movimiento nacional para llevar a la cárcel a los grandes evasores de impuestos y de cargas sociales.
Soy un convencido del beneficio que los sindicatos, asociaciones solidaristas y de otro tipo conceden a la protección de los empleados, públicos o privados. Conozco también la lucha feroz que se libra en contra de ellos por parte del gran capital. Esto no es nuevo, viene desde el Siglo XIX y ha sido utilizado como instrumento político por diversas corrientes y gobiernos en muchísimos lugares del mundo.
Los sindicatos pueden ayudar a sus miembros a negociar de forma colectiva los salarios y beneficios de forma más efectiva de lo que podrían hacerlo los individuos por sí mismos. Un trabajador tiene una mínima posibilidad de éxito cuando va a pedir un aumento a su jefe, sino que probablemente será despedido, como sucedía en especial durante el siglo XIX, por hacer semejante pedido que perjudicaría las ganancias del empleador. Los sindicatos, sin embargo, pueden hacer los mismos pedidos y tener el beneficio de representar a toda la fuerza laboral, con una mayor posibilidad de éxito.
Hay momentos en que los salarios necesitan aumentarse y ser equitativos, pero el poder de los sindicatos a veces eleva los salarios y beneficios a niveles irrealmente altos. Estos niveles pueden superar a lo que el mercado puede sostener, lo cual causa el aumento de los costos de fabricación de los objetos que se producen o del servicio que prestan. El efecto contrario al aumento de salario se hace notar en que los costos se trasladan a través de toda la cadena hasta el usuario, que inevitablemente, es el trabajador representado por el sindicato. Las huelgas también hacen que los miembros un sindicato parezcan codiciosos, en especial si tienen un trabajo bien pago en comparación con otros trabajadores.
Pero creo que ha llegado el momento de decir unas cuantas verdades.
En primer lugar, una amenaza a la prensa desvirtúa toda posición que podría ser justa. Y aunque en esta caso lo que se está defendiendo no es precisamente tema de justicia y equidad, la mesura y la habilidad en la negociación rinde mejores efectos que la incitación a la violencia.
En segundo lugar, amenazar con una huelga general para que no les quiten los beneficios desproporcionados de que gozan algunos de ellos, está fuera de toda consideración razonable. Se están comportando con la misma avidez e injusticia que en muchos casos los hace la empresa privada, víctima de su codicia. Un hecho como ese a los únicos que daña es a los ciudadanos, y los pone en contra de los intereses egoístas de aquellos que durante decenios se aprovecharon de políticos débiles y corruptos para obtener las barbaridades de que hoy gozan, y que pagamos todos los ciudadanos.
La negociación seria, razonable, de las convenciones colectivas es el campo donde se debe luchar, no el lanzarse a la calle como vulgares alborotadores. Y tenemos claro los ciudadanos de que este gobierno ha decidido poner orden en este desmadre, lo cual aplaudimos todos aquellos ciudadanos que no nos beneficiamos de los regímenes odiosos que estamos conociendo en detalle.
Tercero, para nadie es ahora un misterio la existencia de regímenes absolutamente desproporcionados, como los que existen en RECOPE y JAPDEVA, que son el colmo de la desvergüenza, aunque no se queda muy atrás el ICE, los Bancos del Estado, las Universidades Públicas, el INS y la CCSS, para mencionar los más llamativos.
Se impone pues, en este momento, una actitud razonable, serena, de negociación, respetuosa. Porque lo que ha salido a la prensa es todo cierto y ya era del conocimiento de algunas personas que desde hace años estábamos investigando. Puede ser que el ataque de la prensa que los sindicatos consideran virulento y como parte de una campaña de desprestigio del funcionario público no lo sea tanto, aunque es una estrategia neoliberal siempre utilizada. Lo que es absolutamente cierto es que los regímenes desproporcionados existen, hasta el nivel del ridículo, y no son de aceptación pública.
Como mencioné arriba, existen otras causas más nobles por las cuales luchar. Y una vez que se demuestre una actitud cívica y de defensa de la institucionalidad, de persecución de los corruptos de siempre, de tomar distancia de las injusticias que existen dentro del aparato burocrático del Estado, puede ser que los ciudadanos veamos con más benevolencia las luchas sindicales al interior de las organizaciones.
Hay que olvidarse de ideologias.Hay que poner la casa en orden.Punto.
Con cuanto dinero se cuenta hoy dia?.Obligaciones ,deudas,intereses,cuanto queda ?obras sociales indispensables,infraestructura indispensable,
Cuanto nos queda para pagar en sueldos para gobernar.Asi de simple.
Presupuestos que no se cumplen,dineros que urgen en otras areas.Orden.
La prensa, de derecha,neoliberal de izquierda, socialista ,como le quieran llamar,pero es el unico medio o forma que los ciudadanos tenemos para darnos cuenta de la situacion del pais y como nos gobiernan.Si no como ? El primer paso de todo gobierno autoritario es callar a la prensa,o no ?
El mundo esta cambiando,nuevas tecnologias tienden a desplazar trabajos y negocios tradicionales,y defenderlos no es por medio de huelgas.Que lo digan los europeos.
Tanto los sindicatos, los políticos y los medios de comunicación de este país son unos inmorales ,no hay santo donde persignarse,ya es cansancio tanto miche entre empleados públicos , gobierno y medios de comunicación, pero los que de verdad necesitan atención como la pobreza y los empleados que trabajan en empresas privadas ,son explotados, y eso a nadie le importa, harto está uno de lo mismo de siempre, puro guiri guiri,y seguimos durmiendo sobre los laureles,en este país se necesita acción, despertar, y no volver a votar por los mismos partidos de siempre, hacer limpieza de sindicatos,y empezar a informarse en otros medios de comunicación, a comprar computadoras en lugar de televisión y comprar periódicos carajo… es bueno soñar de vez en cuando.
El problema señor comentarista no es que se ventile, es que se está generalizando, se está tergiversando y se está poniendo a pelear a hermanos. Debemos ver esos problemas integralmente que se hable de los empresarios que no pagan a la Caja, de los que defraudan al fisco(dos grandes empresas de medios tienen asuntos pendientes). Las convenciones colectivas son legales y promovidas por la OIT si son exageradas y abusivas es otra cosa y si que las hay de ese tipo, pero meter a todos en un mismo saco, de ahí a que se promueva la destrucción de la CCSS, del ICE de las universidades ya es otro cantar, en río revuelto… y hay muchos medios que están revolviendo el río para luego pescar y que pesquen los empresarios, y lo peor no tienen moral para hacerlo. Se está polarizando cada vez más, se está incitando a muchas cosas. Hay un Señor de apellido Rodríguez Baldí que a cada hora saca en FB comentarios promoviendo prácticamente el linchamiento de los empleados públicos y eso no puede ser, cuando empiecen a haber muertos ¿quiénes se responsabilizarán por ellos?
La democracia se basa en la diversidad. Los empleados públicos no son una clase para sí, no son una clase en sí. Laboran para el Estado. El Estado es de todos los ciudadanos, hasta de los que no contribuyen con impuestos, por su nivel de pobreza. Cuando los sindicalistas se apropian de las funciones pertinentes al Estado y a los Supremos Poderes de la República, están actuando como si fueran golpistas de Estado, atribuyéndose funciones que no les pertenece. La verdad duele y hay que analizarla claramente, en forma diáfana. Para eso están los medios de comunicación y su diversidad de intereses, para que cada parte examine al todo a través del tamiz de la óptica de sus respectivos intereses. Si suprimimos eso, eliminamos una de las funciones vitales de la democracia, el análisis y la discusión, el foro y el derecho a opinar. Si un medio de comunicación falta a la verdad, para eso esté el debido proceso, no la violencia o la amenaza de violencia. Solo en regímenes dictatoriales o totalitarios, se suprime el derecho a opinar.
Una verdad sezgada no es más que una mentira, por eso los medios deben tener cuidado, y a cualquiera le queda muy claro la campaña exacerbada no contra lo que llaman «privilegios» si no contra todos los empleados públicos que son personas, hermanos de los demás. Vemos que cada uno defiende su reducto no la ética y el honor, no se habla de una ley de prensa porque cuando alguien lo hace, caen los medios y se traen abajo todo…sin embargo si les parece muy ético que una televisora no pague ni 200 mil colones por la concesión al año, cuando facturan millones de dólares. Veamos todo, veamos los empresarios privados que construyen carreteras de harina y que pagamos doble o triple por ellas, eso es corrupción. Nadie habla de lo lógico que con tantos TLC el fisco iba a sufrir y esto cualquiera lo sabe sin ser un experto en economía. Si vamos a sanear al país hagámoslo desde todos los flancos porque si no no sirve no vale.
Los empleados públicos se han convertido con el paso de los años en grupos de presión incontrolables. Se aprovechan de que los servicios públicos que prestan, en la mayoría de los casos no se pueden suspender. Por medio de los sindicatos, se mantienen en una constante búsqueda de mas privilegios. En esta actividad principal, por no decir única, los sindicatos encuentran con una conveniente y muy bien calculada frecuencia, nuevas interpretaciones del acontecer nacional y mundial, principalmente en materia económica, para presentar nuevos planteamientos a los asociados de su situación frente a la realidad socioeconómica nacional y convencerlos de ir a otra huelga para «luchar» por un nuevo pero muy justo privilegio. Arengados por un discurso comunista los empujan a la «conquista de una nueva victoria» que casi siempre alcanzan por su (desgraciadamente cierta) condición de «mal necesario». Asi las cosas, los sindicatos dejaron de ser un escudo protector de los derechos de los trabajadores frente al patrono irresponsable o explotador, para convertirse en un virus social, capaz de llevar un estado a la quiebra. Este desagradable contagio dichosamente lo sufre solo un sector reducido de la población, al cual no podemos compadecer el resto de los costarricenses, pues contrario a otras enfermedades, ésta se reviste de la mas vergonzosa e intolerable inmoralidad. Busquemos la forma de liberar a esta población contagiada del mal que la aqueja, esa vergüenza interior que los hace inclinar su rostro y desviar la mirada, y ya sanos como el que mas, libres de todo contagio sindical puedan marchar con los costarricenses de verdad, hacia un futuro promisorio, de oportunidades para todos y en igualdad de condiciones.
Has dicho una gran verdad,Freddy.
Estimado Freddy, su comentario es muy sesgado, esos privilegios no se consiguen unilateralmente como parece usted dejarlo ver, hay convenciones colectivas y algunas efectivamente son abusivas, pero hay un patrono que negocia y aprueba esas convenciones, no es que hay un asalto por parte de los sindicatos. Ahora bien cuáles son los motivos, cuáles han sido los gobiernos que han dado o «negociado» esos derechos o privilegios, eso tiene que decirse. Lo malo es que se está estigmatizando al empleado público se está metiendo a todos en el mismo saco y eso no puede ser. Si queremos adecentar este país, entrémole también a los jugosos subsidios que los empresarios negocian, recuerdan los famosos CAT. Recuerden los casos de defraudación fiscal, los medios hacen un alboroto con la cacareada libertad de prensa cada vez que se habla de modernizar la ley de radio y televisión. La pregunta es ¿queremos realmente adecentar al país? o solo defendemos nuestros privilegios, seamos empleados públicos o seamos empresarios, lo que no se vale es mentir y confundir las cosas.
now we’re talking
This phrase is generally used to indicate an improvement in a situation. It means that things have gotten better or more interesting. One does not need to be talking about the subject before using this phrase.
A couple has just entered their hotel room for the first time and are looking around. They open up the doors to a bureau and see a big screen TV, DVD player, and free booze. One of them says, «Now we’re talking!»
La expresion now we re talking , comunmente utilizada en el lenguaje popular Estadounidense , es una forma practica de decir que hemos llegado a puntos de encuentro deseables para iniciar una valoracion del problema sin posiciones extremas, sino considerando lo razonable, Significa que esta postura de Don Alfonso , se acerca a una realidad practica, presupuestaria y socialmente aceptable , al indicar la necesidad de abordar el tema de fondo con el cuidado que se merece, por tratarse de causas justas, pero tambien han venido a ser manoseadas en extremo perjudicando la situacion finaciera de la institucion, y el proposito de que las riquezas que genera el ICE son para todos los costarricenses, y no solo para sus empleados. Esa es mi opinion del comentario de Don Alfonso, quien en esta ocasion apela a lo sensato y justo de una revision despolitizada y dogmatica.