El Pireo (Grecia), 17 sep (dpa) – El entrenador del Bayern Múnich, Josep Guardiola, puso fin a la generosidad del alemán Thomas Müller con otros compañeros a la hora de lanzar penales.
El técnico obligó el miércoles al delantero a ejecutar la pena máxima que dio el 3-0 a su equipo ante el Olympiacos en Grecia, pese a que el español Thiago Alcántara había convencido a su colega para que le cediera el tiro.
El centrocampista había puesto incluso el balón sobre el punto que marca los once metros, pero lo gestos enérgicos de Guardiola desde la zona de banquillo dejaron claro que Müller era quien debía disparar.
«Thiago me comentó que le gustaría tirar. Yo soy un jugador de equipo y no tenía nada en contra de que tirara», explicó Müller tras el partido en El Pireo. «Pero entonces vino la señal del entrenador de que yo estoy en la lista por algo».
El alemán es el número uno en el orden de lanzadores de penales.
«Debía tirar yo. Era un partido oficial», admitió Müller tras las indicaciones de su entrenador. El atacante anotó así la séptima de los ocho penas máximas que ha lanzado en la Liga de Campeones.
Era ya la segunda vez en una temporada que acaba de empezar en la que un compañero apelaba a la generosidad de Müller.
En la victoria por 3-0 en la Bundesliga contra el Bayer Leverkusen, el alemán, que ya había marcado dos tantos, dejó el segundo penal del partido al holandés Arjen Robben, que antes tuvo no obstante que pelearse con el chileno Arturo Vidal porque también lo quería lanzar.