San José, 23 Set (Elpaís.cr) – Con el objetivo de establecer el grado de afectación en la superficie vegetal de los manglares del Humedal Nacional Térraba Sierpe, la Universidad de Costa Rica (UCR) desarrolló un proyecto de investigación para determinar los elementos químicos contenidos en los sedimentos, así como la composición granulométrica.
El uso de fotografías aéreas y satelitales son básicas para realizar este análisis con el fin de detallar cómo incidió, en las últimas décadas, el proceso de sedimentación en la costa y el daño que esta causa en la flora del humedal.
Los investigadores de la UCR también han colocado puntos de extracción de sedimentos en diversas partes de los meandros de Boca Zacate, con el fin de contrastar la composición en lugares donde el manglar se encuentra en perfecto estado con aquellos donde se presenta una degradación evidente.
Con todos esos datos, los encargados del proyecto pretenden proporcionar información al gobierno y a los grupos relacionados con la preservación del manglar para desarrollar un plan de acción que mitigue los efectos de la sedimentación y de la desaparición del manglar.
“Tenemos mucha arena que llega a los manglares, con contenidos de magnesio, manganeso, calcio y potasio provenientes del río Térraba, la cuenca más grande del país, con un proceso de erosión paralelo, ya sea natural o inducido. Eso está matando las especies de flora que se encuentran en el bosque cercano a la costa”, explicó la geógrafa y docente de la Escuela de Biología, Carmen González.
Para evitar una catástrofe natural, los investigadores proponen prohibir la agricultura en los márgenes del manglar, controlar la pesca en los alrededores del humedal y el impacto en el uso del suelo en las partes altas de las cuencas que desembocan en el área.
El proyecto fue desarrollado por el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR), en colaboración con la Escuela de Biología y el Programa Institucional de Osa (PiOsa), adscrito a la Vicerrectoría de Acción Social. También contó con el apoyo del Proyecto Hidroeléctrico El Diquís del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para analizar los sedimentos.
Estos manglares están inscritos desde 1996 en la lista de la Convención Internacional de Humedales de Ramsar, que ratificó la importancia trascendental de su preservación para el mundo.