Iguala (México), 27 sep (dpa) – Padres y compañeros de los 43 estudiantes desaparecidos hace un año en el sur de México recorrieron hoy en la ciudad de Iguala los distintos sitios donde los jóvenes fueron atacados y perseguidos por policías aliados de un grupo criminal.
Un día después de una marcha en Ciudad de México en la que participaron unas 15.000 personas, los padres de los estudiantes de la escuela normal del magisterio de Ayotzinapa colocaron una ofrenda floral en un monumento en honor a dos de tres estudiantes muertos la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014.
La noche del ataque, dos estudiantes fueron asesinados a tiros durante una conferencia de prensa en la que pretendían denunciar lo que estaba pasando. Otro estudiante apareció después muerto, con la piel de la cara arrancada.
La madre de Daniel Solís Gallardo, uno de los jóvenes asesinados, agradeció la solidaridad, a un año de la pérdida de su hijo, y afirmó que seguirá participando en las actividades de protesta en busca de justicia.
La movilización pasó también por el Hospital Cristina, donde varios estudiantes se refugiaron la noche del 26 al 27 de septiembre y al que llegaron miembros del Ejército a hacer una revisión pero no intervinieron, según los estudiantes.
«Aquí fue donde llegaron militares del 27 Batallón y comenzaron a gritar que nos aguantáramos», dijo uno de los sobrevivientes. «Tuvimos que venir al hospital porque a nuestro hermano Eric le atravesaron una bala en la quijada», indicó.
Bertha Nava Ramírez, madre de Julio César Nava, otro de los estudiantes asesinados, afirmó que los padres no van a descansar en sus demandas.
«Ya nos quitaron tanto, que nos quitaron el miedo. Hoy se cumple un año de que me quitaron a mi hijo y sigo esperando a que llegue la justicia, pero aún no se ve cerca», señaló.
Los padres de los 43 han realizado varias actividades esta semana por el aniversario, entre ellas un ayuno de 43 horas en Ciudad de México.
El jueves fueron recibidos por el presidente Enrique Peña Nieto durante casi tres horas, pero salieron insatisfechos de la reunión aunque el mandatario les aseguró que el caso seguirá abierto y que continuará la búsqueda de sus hijos.
Varios detenidos afirmaron que los estudiantes fueron asesinados e incinerados en un basurero de Cocula, una localidad vecina a Iguala.
En noviembre, el entonces procurador general, Jesús Murillo Karam, afirmó que esa afirmación se habían constatado con peritajes, pero un grupo interdisciplinario de expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos afirmó que no existen evidencias de que así haya sido.