Naciones Unidas, 3 oct (PL).- América Latina y el Caribe abogaron en la Asamblea General de la ONU por un mundo justo y sin guerras, donde se imponga el diálogo para resolver las diferencias.
Jefes de Estado o de Gobierno de la región coincidieron en la urgencia de colocar al ser humano como centro, y bajo ese argumento llamaron al compromiso global con el enfrentamiento al cambio climático y la reducción de las desigualdades.
«Podrá contar siempre la comunidad internacional con la sincera voz de Cuba frente a la injusticia, la desigualdad, el subdesarrollo, la discriminación y la manipulación; y por el establecimiento de un orden internacional más justo y equitativo, en cuyo centro se ubique, realmente, el ser humano, su dignidad y bienestar», afirmó aquí Raúl Castro.
Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, señaló ante la plenaria de los 193 países miembros de Naciones Unidas que 70 años después del nacimiento de esa organización, queda claro el fracaso del sistema capitalista, al cual responsabilizó por los males de la humanidad.
«No hay paz sin justicia social», sentenció.
A su turno en el podio, la mandataria argentina, Cristina Fernández, advirtió que según un informe reciente, el uno por ciento de la población mundial concentra la mitad de las riquezas, en un proceso de concentración sin precedentes.
Asimismo, rechazó la intención de algunos en hacer pagar la deuda a costa de los pueblos, en alusión a abusos como los cometidos por los llamados fondos buitres.
Fernández destacó la recién adopción en la Asamblea General de los principios básicos para los procesos de reestructuración de la deuda, con el respeto a la soberanía entre ellos.
Líderes latinoamericanos y caribeños resaltaron en el foro el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos como una victoria del diálogo, los avances en la búsqueda de la paz para Colombia y los acercamientos entre Venezuela y Colombia y Venezuela y Guyana para solucionar sus diferencias.
Desde la región también abundaron los llamados al levantamiento del bloqueo contra Cuba, el fin de las guerras en el Medio Oriente y la materialización del derecho de los palestinos a contar con un Estado independiente, que deje atrás la ocupación israelí.
«No podemos aplazar la creación de un estado palestino que coexista en paz y en armonía con Israel. No es aceptable la ocupación de los territorios palestinos», subrayó la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
En el caso del cambio climático, la región reclamó compromisos y voluntad política para lograr la adopción en la cumbre de diciembre en París de un convenio universal que garantice la protección del medio ambiente.
Aunque reconocieron que el problema requiere respuestas globales, pidieron no olvidar el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, porque los países ricos han provocado el deterioro ambiental y deben asumir la ayuda a los más vulnerables.
El jefe de Estado ecuatoriano, Rafael Correa, denunció los daños causados por las transnacionales a la naturaleza, como los existentes en su país.
Al respecto, defendió el establecimiento de un tratado vinculante que sancione a las empresas privadas culpables de vulnerar los derechos de la naturaleza.
Los países caribeños advirtieron aquí el particular impacto del cambio climático sobre los pequeños estados insulares en desarrollo.
Se trata de una amenaza existencial, necesitamos en París un instrumento que enfrente el fenómeno con justicia, alertaron los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, Antigua y Barbuda, Gaston Browne, y Barbados, Freundel Stuart.
De acuerdo con Stuart, la meta debe ser mantener el incremento de las temperaturas en el planeta por debajo de 1,5 grados centígrados respecto a los niveles pre-industriales.
Los caribeños ilustraron la urgencia de actuar con los recientes daños causados por la tormenta Erika en Dominica.