Por Dogan Tiliç, Ankara, 13 oct (EFE).- El atentado suicida que el sábado causó un centenar de muertos en la capital turca fue un ataque contra toda la nación, dijo el presidente, Recep Tayyip Erdogan, pero no ha hecho más que dividir a la sociedad turca y avivar las protestas antigubernamentales.
En su primera aparición pública desde la tragedia, Erdogan condenó esta tarde el ataque terrorista y dedicó amplio espacio a recordar a los soldados y policías muertos en combates con el ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Preguntado por los periodistas por posibles fallos de seguridad que posibilitaron la masacre, el presidente reconoció que «siempre hay puntos vulnerables» pero que no justifica una dimisión de los ministros responsables, tal y como exige la oposición.
Eso sí, Erdogan anunció una investigación propia de lo sucedido que será llevada a cabo por el llamado «Consejo Estatal de Control» (DDK), un órgano que responde directamente al presidente y que tiene poderes para investigar todos los órganos del Estado turco, con excepción del Ejército y el aparato judicial.
Pero su aparente intento de invocar a los fallecidos en ataques de la guerrilla para relativizar la tragedia produce en muchos turcos la sensación de que el Gobierno considera como «adversarios» a los ciudadanos que murieron el sábado cuando marchaban a favor de la paz y contra la política de mano dura del Ejecutivo.
Varios miles de personas se congregaron hoy en Estambul en una marcha no autorizada en contra de lo que califica como «dejadez» y «complicidad» del Gobierno en el atentado que, a todas luces, fue obra de redes yihadistas turcas que apoyan al Estado Islámico (EI).
Las autoridades, por su parte, han iniciado una operación policial para detener a «un gran número» de supuestos integrantes de las redes yihadistas en Turquía, según anunció el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, sin dar detalles sobre el resultado.
Las pesquisas se centran en una lista de 21 personas de un círculo yihadista en el sureste de Turquía, del que ya salieron los responsables del ataque con bomba contra un mitin del HDP en junio y el atentado suicida de Suruç en julio, asegura hoy el diario «Hürriyet», citando fuentes de los servicios secretos.
Entre estos 21 sospechosos hay seis mujeres, tres de ellas extranjeras casadas con locales, señala ese medio.
Además, el diario digital «Diken» reproduce hoy un vídeo con el logotipo del EI, grabado con cierta calidad y subtitulado en árabe, en el que tres hombres barbudos y armados exhortan a los musulmanes turcos a levantarse contra el Gobierno.
El líder de la oposición, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, volvió a acusar hoy al Gobierno de tener responsabilidad en el atentado y se quejó del secretismo con que se desarrollan las investigaciones.
Mientras, sigue la confusión e incertidumbre sobre el balance final del atentado.
Las autoridades turcas ya han entregado 91 ataúdes a los familiares de los fallecidos para su entierro, pero aún realizan pruebas de ADN para identificar a otros cinco cadáveres, informó hoy la cadena «NTV».
La cifra oficial siguen siendo de 97 víctimas mortales, incluidos los dos atacantes suicidas, si bien el diario «Hürriyet» afirma que el Instituto Forense Turco ha realizado 102 autopsias y el presidente del Colegio de Médicos, Beyazit Ilhan, aseguró hoy a Efe que hay al menos 105 cadáveres.
El partido de la izquierda prokurda, el HDP, blanco principal del atentado, se retractó hoy de su afirmación que hubo 128 muertos en el ataque y pidió disculpas por realizar un recuento erróneo.
Ilhan destacó hoy que el saldo aún puede aumentar, ya que «hay aún 138 heridos en tratamiento, 58 de ellos en cuidados intensivos, y desafortunadamente, 30 en condiciones muy graves». EFE