Brasil se enfrenta a un momento muy difícil, donde la corrupción está expuesta de forma agresiva y debilita la credibilidad del país y la confianza de los brasileños. No veo este momento como un fin, sino como el comienzo de una nueva etapa para el país, una lección para nuestros políticos, una experiencia de aprendizaje para todos los brasileños, y una responsabilidad soberana para mantener las instituciones de forma democrática, que tratarán de investigar todos los actos ilegales y castigar categóricamente dando una respuesta a la sociedad brasileña.
Los escándalos de corrupción a los ojos de los opositores del gobierno parece una novedad, donde muchos se colocan sorprendidos cuando se dan cuenta de una nueva noticia de corrupción involucrando funcionarios del gobierno. La corrupción no es un hecho nuevo y nunca lo será, ella esta permeada en la sociedad en su conjunto, y honestamente no tengo esperanza de que algún día esto termine. La verdad es que lo importante es trabajar para encontrar un equilibrio y crear mecanismos para que los actos de corrupción se ven obstaculizados en cualquier ámbito de la sociedad, la creación de herramientas que tales actos ilícitos no se convierta en una rutina cultural.
Hoy los corruptos se están investigando, expuestos, juzgados y castigados. El en pasado reciente que no se veían tantos encancerados políticos en Brasil y no somos ingenuos para pensar que estos corruptos aparecieron solamente ahora en el gobierno Lula y Dilma. Hace tiempo que no vemos abiertamente una lucha contra la corrupción como se está haciendo ahora, obviamente, la lucha tiene que profundizarse y esto tiene que ser hecho de manera positiva, con el fortalecimiento de la democracia brasileña.
Luchar contra la corrupción no significa destruir las instituciones, y sí las mismas personas involucradas en situaciones ilegales. El país tiene que seguir creciendo y paralelo a esto combatir la corrupción. No podemos detener nuestras vidas, perder la confianza en nuestro país. Tenemos que mejorar la calidad de nuestras elecciones.
El país ha perdido muchos puestos de trabajo y esto se ha incrementado de forma alarmante, pero tenemos que confiar en nuestra economía. Derrocar a un gobierno sin pruebas contundentes no es democrático, cultivar una intervención militar es un disparate, todo esto traería un retraso desastroso para todo país. Es importante respetar la democracia y el poder del voto, y siempre recordar que la población brasileña concedió a la Presidenta Dilma el poder de gobernar por más cuatro años y su permanencia debe ser basar únicamente por la regla democrática.
La oposición debe reconocer esto, respetar de forma concreta y trabajar para buscar un equilibrio democrático, político y no un lío en el que la población es quien más sufre. Si la oposición se preocupa con el destino del país, ¿por qué no movilizar a votar proyectos importantes a favor de la población? ¿Por qué no crear una agenda positiva con pautas importantes para apoyar a la población? Trabajar sólo para debilitar el gobierno no va a traer beneficios a la población, sino una búsqueda de las condiciones políticas para las próximas elecciones presidenciales. Si la oposición realmente quiere ganar las próximas elecciones, debería demostrar madurez democrática, apoyar a la población brasileña, no sólo acusar al gobierno, pero abiertamente aprobar proyectos clave para que el país vuelva a crecer económicamente.
El gobierno de Dilma hace un gran esfuerzo para cambiar el rumbo y poner el país en la ruta para superar la crisis. Cuando la Presidenta reconoció que hubo errores por parte del gobierno, entiendo que hay una voluntad de hacer las cosas bien y no cometer errores nuevamente. Todos los gobiernos cometen errores, y lo importante es reconocer y construir la estrategia para la resolución de los problemas. Creo que con esta última remodelación, el Gobierno gana aliento, pero debe ajustar rápidamente los rieles y decisiones para fortalecer la estabilidad política y crear las condiciones para que el país vuelva a crecer. No hay espacio para más errores.
(*) Genesio Renovato es Administrador de Empresas
São Paulo – Brasil
genesiorenovato@yahoo.com.br