Wellington, 18 nov (dpa) – El exjugador neozelandés Jonah Lomu, una de las máximas leyendas de la historia del rugby, murió este martes repentinamente a los 40 años.
«Estamos todos shockeados y profundamente entristecidos por la repentina muerte de Jonah. Estamos sin palabras, nuestras más sentidas condolencias para la familia de Jonah», expresó Steve Tew, el presidente de la federación de rugby de Nueva Zelanda.
«Jonah era una leyenda de nuestro deporte y era amado por muchísimos fans aquí y en todo el mundo», añadió en un comunicado difundido en el sitio web de la federación.
El exmédico de los All Blacks John Mayhew aseguró que Lomu murió esta mañana en Auckland tras arribar desde el Reino Unido.
«Fue totalmente inesperado. Jonah y su familia arribaron desde el Reino Unido anoche y murió repentinamente esta mañana», dijo Mayhew a la emisora «TV 3», sin dar precisiones sobre el motivo del deceso del exdeportista, que estaba casado y tenía dos hijos.
El diario «The New Zealand Herald» recordó que Lomu sufría desde hace años de un desorden renal conocido como síndrome nefrítico, aunque no está claro que ese haya sido el motivo de su muerte.
El exjugador se había sometido en 2004 a un transplante de riñón, pero en 2011 su cuerpo lo rechazó. Durante sus visitas al Reino Unido solía recibir un tratamiento de diálisis. Además, durante la última Copa del Mundo de Inglaterra trabajó para la compañía de cerveza Heineken.
Lomu disputó 63 encuentros con los All Blacks desde su estreno en 1994. Con apenas 19 años, fue el jugador más joven en debutar con Nueva Zelanda en un «test match» ante Francia en Christchurch.
Su salto a la fama se produciría en el Mundial del año siguiente, cuando guió a Nueva Zelanda a la final con siete «tries», cuatro de ellos en una inolvidable semifinal ante Inglaterra. Sin embargo, en la final los All Blacks caerían ante Sudáfrica. Como consecuencia de sus problemas de salud, y tras un retorno sin éxito, decidió retirarse en 2002.
Con su potencia descomunal, el potente «wing» marcó una época en el rugby a tal punto que se considera que fue la primera superestrella global de su deporte.