Manila, 18 nov (EFE).- La 23 cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) se inició hoy en Manila tras un ejercicio de musculatura financiera y militar de EEUU con la vista puesta en el litigio territorial que enfrenta a Pekín y a cinco miembros de la organización en el Mar del Sur de China.
El líder norteamericano, Barak Obama, anunciaba horas antes del encuentro la entrega de dos navíos de guerra a Filipinas -uno de los países implicados en la disputa-, y la Casa Blanca daba cuenta de la concesión de una ayuda económica suplementaria a otros países del organismo para garantizar el patrullaje marítimo en la región.
Los gestos fueron acompañados de una reclamación directa a China para que abandone la construcción de infraestructuras en el área del conflicto -las Islas Spratly, ricas en reservas de petroleo, gas y recursos marinos-, y un llamamiento en paralelo a rebajar la tensión y resolver la disputa por medio del diálogo y de forma pacífica.
«Estamos de acuerdo en que hay que dar pasos para reducir la tensión, entre ellos pedir a China que frene su reclamación, sus nuevas construcciones y la militarización de la zona en disputa del Mar del Sur de China», dijo Obama después de reunirse con su colega filipino, Benigno Aquino III, en los prolegomenos de la cumbre.
«Como indica el presidente Aquino, las disputas tienen que solucionarse de forma pacífica», subrayó Obama, en alusión a la decisión de Filipinas de recurrir a un arbitraje bajo la Convención de las Leyes del Mar de la ONU (UNCLOS), una medida que el presidente estadounidense afirmó que su país «apoya».
El régimen de Pekín se niega a aceptar el proceso judicial iniciado por Filipinas, y antes de la cita de la capital filipina había afirmado que tampoco tenía intención de pronunciarse sobre el conflicto en Manila, donde el presidente chino, Xi Jingping, se ha limitado a referirse hoy al litigio de manera velada.
En una reunión empresarial también previa a la cumbre, Xi apuntó que el desarrollo de la Cuenca del Pacífico exige un «clima de paz».
«Tenemos que impulsar un clima de paz para que nada entorpezca el desarrollo de la región», subrayó el mandatario chino.
El laconismo hoy de Xi había sido precedida de un absoluto mutismo ayer, cuando el líder chino no hizo ninguna declaración.
A la entrega de dos navíos más a Filipinas -un anuncio que Obama hizo en su primer acto en Manila, la visita a un ex guardacostas de EEUU adquirido por Filipinas y donde departió con la tripulación-, se suma la concesión de 259 millones de dólares a «países aliados» del Sudeste Asiático, también para inversiones en Defensa.
Además de Filipinas, entre los beneficiarios de los fondos norteamericanos figuran Malasia y Vietnam, otros dos de los cinco países que se disputan con China las Spratley; de los Estados que en litigio con Pekín por el control total o parcial del archipiélago solo han quedado fuera del reparto financiero Taiwan y Brunei.
Y más; la llegada de Obama fue precedida el lunes por el anclaje en el puerto de Manila del destructor norteamericano USS Fitzgerald.
Según la embajada de Washington, la misión del destructor se enmarca «en un apoyo general a la cumbre de la APEC», que concluirá mañana, en la que aparte de Obama y Xi participan líderes de otros 19 países y que también ha servido al líder de EEUU para advertir del peligro de -ante la amenaza terrorista- caer en el «pánico». EFE