El triunfo de Mauricio Macri en Argentina es sólo la punta del iceberg de lo que viene para el sur en un periodo no muy lejano, tampoco es de asombrarse, ya que es un fenómeno dialéctico que dados los últimos fallos estratégicos de la izquierda en la región ya se veía venir con antelación y con mucha fuerza.
Algunas de esas causas:
– Vulnerabilidad e inconclusa construcción ideológica de parte del proyecto bolivariano a causa de un mundo donde la misma «realidad rebelde» (las contradicciones que ha presentado son parte de esa decadencia) desborda los paradigmas ideológicos contemporáneos, tanto de un lado del espectro como del otro, pero especial ahínco en la izquierda tradicional.
– Altos niveles de corrupción en el sector público.
– La «hibridizacion» o introducción de la lógica de mercado dentro del sector público (endo y exo privatización) es una tendencia que es efectiva, pues rinde frutos concretos y en la praxis es irrefutable desde el punto de vista de los resultados, incluso si de temas sociales se trata. Esto condena a los Estados a que si desean seguir teniendo empresas públicas, para que puedan competir, deben ponerlas a funcionar como si fueran empresas privadas, de lo contrario y por razones obvias, bajo las reglas de la economía global imperantes, es insostenible para el mismo pueblo mantenerlas (recordemos que es a punta de impuestos especialmente que se financian, donde no siempre los que más tienen son los que más pagan). Parece que esto no lo entienden algunos gobiernos del sur y en general algunas izquierdas, no todas.
– A excepción de Ecuador, Uruguay y Bolivia, los otros gobiernos «progresistas» no han sabido aplicar muy bien las correctas políticas redistributivas que permitan de manera sostenida (a largo plazo) hacer cambios cualitativos en temas de desigualdad que no impliquen necesariamente ahogar y casi eliminar al sector privado, mismo que es fundamental para producir empleo y generar la riqueza correspondiente para su distribución.
– En el fondo, el tema de los precios y el control de las materias primas es estratégico para un cambio de timón en el rumbo político de estos países, la baja en los precios del petróleo presentan un problema para países como Venezuela, que atenidos a su petróleo respaldaban toda su línea política, al bajar tanto los precios y al ser incapaz el Estado de sustituir al mercado por razones lógicas, la legitimidad de estos gobiernos comienza a verse socavada, ya que el pueblo al no entender muy bien la realidad que subyace, al ver que la situación económica se pone difícil y que no parece verse un futuro prometedor, al ver a la derecha hablar de cambio y mejores oportunidades, van a optar por esta opción sin pensarlo dos veces. En Argentina no fue el petróleo sino el default el detonante de ese cambio.
– Deficientes modelos de desarrollo: otro tema interesante de analizar es que las iniciativas productivas tanto de la izquierda como de la derecha se basan en el extractivismo y consumo desmedido de recursos naturales escasos, la única diferencia es que unos los explotan desde el Estado y otros desde la empresa privada, pero en términos ambientales y de preservación de la vida quedan debiendo.
Desde el punto de vista geopolítico vemos un reacomodo geoestratégico de fuerzas que pueden buscar la caída de Venezuela como principal pilar de las propuestas soberanístas y que buscan mantener más independencia política del hegemónico poder norteamericano y de sus bancos, por otro lado sería un golpe duro contra Rusia y China en la actual disputa geopolítica por el control de las periferias (al mejor estilo de la Guerra Fría). Esto podría afectar también al desgastado gobierno del PT en Brasil, recordemos que hasta primaveras han intentado y siguen intentando montarle.
Debemos tener presente además, que el triunfo de Macri puede ser fundamental para EEUU y Reino Unido debido al tema Malvinas; el petróleo que hay en la zona y la disputa de las grandes potencias por los recursos del polo sur, sumado a la posición geográfica de Argentina, la convierte en el nuevo eje geoestratégico (junto con Colombia) o palanca detonante de cambios en la región. Nos tocará ver la posición de Macri respecto a este tema y la asistencia que Rusia específicamente estaba brindando al gobierno que va saliendo.
Ojalá la crisis de los cubanos y la provocación de parte del gobierno nicaragüense no tenga que ver con esta desestabilización que quizás puedan estar montando contra Venezuela y con la disputa que se cierne sobre el sur del continente, porque de ser así, somos el chivo expiatorio perfecto para bajar la presión y ganar tiempo contra el cambio de tendencia político-ideológica que viene para la región. Recordemos también que vienen elecciones parlamentarias en Venezuela y el clima es tenso.
(*) Mauricio Ramírez Núñez es Mágister en estudios latinoamericanos con énfasis en cultura y desarrollo.
Esta bien planteado.Es evidente que viene un Cambio.
Argentina con Macri.El 6 de diciembre se espera una Victoria holgada de la oposicion en Venezuela.En Brasil el PT esta de capa caida y aunque cueste creerlo Donald Trump se perfila como Presidente de EEUU.
El cambio no es tan drástico como siempre se cree y se quiere, generalmente se ve en términos absolutistas; pero ese cambio no será tan fácil de implementar, y de todas formas al final estos gobiernos caerán en lo mismo; actos de corrupción por todos lados. Las dos tendencias que al final no son tan diferentes ni tan poderosas porque estamos hablando de 50 y 50, coexistirán sin grandes dramatismos. Estas similitudes atentan contra la democracia, los pueblos tarde o temprano se darán cuenta que es elegir entre dos monas vestidas diferente.
No hay posibilidad de cambio en Venezuela, Madura ha dicho varias veces que «Saldra a la la calle a defender la revolucion» y que «Se derramara sangre» en caso de perder las elecciones de este Diciembre.