Columna Poliédrica
Lo que está pasando en Costa Rica es algo que se ve pero no hay forma de entenderlo. Pareciera que la gente no tiene memoria o no le interesa recordar los hechos que han marcado la realidad política del país en los últimos treinta años. Lo peor es que esta conducta es la que prevalece en los ciudadanos que más han sido afectados por las políticas que han generado la desigualdad que hoy nos tiene encabezando esa estadística en América Latina.
Ahora resulta que la gente del cantón central de San José, en su mayoría, va votar por Johnny Araya Monge, ello según las encuestas que han salido midiendo la intención de voto para la Alcaldía de la Municipalidad de San José. ¿Cómo es posible que la gente siga votando por los mismos que nos han llevado al deterioro en que nos encontramos en la actualidad?
La situación que está ocurriendo en el cantón central de nuestra capital, también está dándose en otras municipalidades de importancia en Costa Rica. No me voy a poner a mencionar los restantes ochenta cantones, aquí lo importante es señalar la poca memoria que tenemos los ciudadanos; en otras palabras, resulta patológico que las personas sigan votando por candidatos que han demostrado su incompetencia en el manejo de la cosa pública. Y ello por decir lo menos.
Como si eso no fuera poco, ahora se atisba en el horizonte la posibilidad que José María Figueres Olsen se vuelva a postular para la presidencia de la República en el 2018. Con solo dar una pequeña mirada a lo que fue su gobierno entre 1994-1998 y a las acciones que realizó para evadir ser sometido a los tribunales de justicia, basta para que se diera por descartada cualquier posibilidad de aspiración; sin embargo, sorpresa de sorpresa, lo anterior más otros antecedentes que se pueden señalar, no son suficientes para que esta persona desista de ese tipo de pensamientos.
En todo caso, el problema no es de la persona que se postula sino de aquellos que lo apoyan y de los ciudadanos que están dispuestos a votar por él. La amnesia que presentan muchas personas en relación con este señor es, francamente, impresentable; dicho de una manera muy llana: ¿Qué les pasa? ¿Por qué esa desidia a la hora de analizar el pasado reciente de nuestra política interna?
No se extrañen, tampoco, que Oscar Arias Sánchez se vuelva a postular como candidato presidencial. Dentro de sus objetivos está pasar a la historia como José Figueres Ferrer y como Ricardo Jiménez Oreamuno; es decir, alcanzar la Presidencia de la República por tres veces y así lograr ponerse a la par de estos expresidentes. Me adelanto a decirles en relación con este punto, que como decía don Pepe: ¡Me extraña su extrañeza!
Probablemente volverá a salir, otra vez, con una de las analogías más viejas analizadas por la Filosofía Política. En efecto, la última vez fue aquella del capitán de barco y la necesidad de darle rumbo al país, pero luego puede salir con la analogía del pastor y las ovejas; en fin, con cualquier metáfora que le brinde una imagen cercana a las dos personas a las que pretende alcanzar en sus aspiraciones presidenciales.
Existen otros personajes que podríamos mencionar y que pertenecen a otros partidos, para que no digan que este es un artículo en contra del Partido Liberación Nacional. Y es que no se trata de hablar de otros expresidentes como Rafael Ángel Calderón Fournier o de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, sino en señalar que hay personas de una menor exposición pública que también siguen gravitando alrededor de estos y otros personajes cuya responsabilidad es igual o más que los expresidentes.
En todo caso, nos ocupa hacer ver que la memoria histórica de los ciudadanos es muy importante para que la democracia pueda desarrollarse adecuadamente. La alternancia en el poder supone la posibilidad de las personas de evitar que los mismos puedan llegar al poder nuevamente; en otras palabras, corresponde al ciudadano hacer eficaz este principio democrático y hacerlo valer en las urnas.
No obstante, pareciera, que en Costa Rica esa memoria no existe. Estamos a menos de dos meses de las elecciones municipales y a menos de dos años de las elecciones para Presidente y Diputados; sería traumático ver que uno o varios de estos personajes se alzaran con el triunfo electoral después de todo lo que ha sucedido en nuestro país durante todos estos años.
Finalizo diciendo que lejos de creer en las palabras de estos personajes, lo que debemos de hacer es fijarnos muy bien en los hechos puros y duros. La inequidad social en Costa Rica en los últimos 30 años ha crecido a niveles históricos que jamás habíamos tenido, seguimos viviendo de un modelo económico social que funcionó por muchos años y que no fue un fracaso como muchos lo han querido señalar.
Por favor, amigo y amiga, ciudadanos todos, antes de votar por personajes que quieren seguir pegados de la ubre pública, analicemos su pasado, presente y futuro, hagámonos la pregunta: ¿Qué ha hecho esta persona para beneficiar al país, al cantón o al distrito después de tantos años?
La respuesta a esta pregunta nos permitirá hacer un ejercicio más responsable de nuestro derecho a elegir y a ser electos. ¡Nos vemos en febrero!
(*) Andi Mirom es Filósofo
columnapoliedrica.blogspot.com
Es que el estado paga muy bien.En ningun otro lado un «trabajador» de estos logra los beneficios que se obtienen siendo empleado publico y sacrificandose por la Patria.Mas si se conocen los vericuetos de la funcion publica, y se empieza a llegar a la ciudadania de oro.
Donde si no es a traves del estado pueden estos personajes obtener esas fabulosas pensiones ? Dichosos ellos,babosos nosotros que se las damos.
De acuerdo, se ha perdido la memoria y la verguenza. Aquí todavía estamos en un bipartidismo mental, el PLN instituyó la corrrupción y ahí sigue igual, se sigue con la mentalidad como ya le dimos la oportunidad al otro ahora vienen los corruptos de siempre pero como no han estado ahorita en el poder son santos, son buenos, eficientes y sobre todo honestos. Lo de Figueres es el descaro más grande, se fue y sabía que el fiscal de ese tiempo jamás lo recurriría porque son de los mismos, así que cobardemente dejó pasar el tiempo y luego vuelve como si nada, no podemos premiar a un sujeto que no enfrentó a nuestra justicia por miedo, que dejó que prescribieran las causas en su contra y que ahora viene santificado por el olvido a ofrecernos soluciones. Basta ya .
¿Se imaginan al mediocre saltin-banquis llamado chico pancho pitufo pacheco, algo de lo más nefasto que ha tenido la política costarricense junto con su pareja, también mediocre, mamando y chupando todo el tiempo del estado? ¿Cómo es que el pueblo no se cansa de esta sarta de bribones y bribonas?
Le toca a Mariano Figueres detener las locuras de su hermanillo. El cuento de que pobrecito porque es mi hermanillo no sirve. Hay que dar la lucha para desaparecer a este montón de demagogos(as) de la escena nacional.
Es la obvia actuación de un pueblo domesticado, como dijo en su tiempo muy acertadamente don Figueres Ferrer. Cómo sacarlo de esa hipnosis? Con más palo ? Pues a elegir para que continúen embarrandonos, a Johnny Araya y similares de otros cantones,a Oscar Arias y su séquito,a Chemi con su historia de impunidad y descaro, etc. Todos estos, ahora manejan un hermoso discurso de inocencia, patriotismo heroico y honestidad. Es maravilloso.
Hay que mirar lo que pasa afuera para entender lo que pasa adentro: La derecha tomó el poder (democráticamente) en Argentina y Venezuela; los partidarios de Trump aumentan en EEUU; el nazismo sube su beligerancia en Alemania; Francia gira hacia la ultraderecha; y del medio oriente mejor no hablemos… Mientras tanto, la izquierda pasa apuros en Bolivia y en Nicaragua es una caricatura. Ante esta confusión mundial, ¿a quién puede extrañar que las y los ticos voten por Johnny?
Me parece muy acertado el comentario, en funcion de la sentencia descrita por el editor, Lo que quiere decir que las decisiones en torno a los personajes de esta administracion , caeran en la misma categoria. Oh creera Don Andy que aqui nos derretimos de deleite con el equipo a cargo ?
costa rica es el país de los «que me dice bichillo», de los «portamí», de los «pura vida» de los «pegando porte y la vara» y de los «coca cola». Son un país de guichos que se creen ilustrados, tan ilustrados que no ven que todo lo que piensan, dicen y creen es un puro atolillo con el dedo.